Tras una temporada sin el Tour de Francia, en la que no se pudo ver al dúo dinámico del Katusha, Purito y Dani Moreno, haciendo de las suyas, el madrileño ha querido dar motivos al conjunto ruso para que no vuelva a romper ese binomio en la Vuelta a España. Dani Moreno se ha llevado el triunfo en Lagunas de Neila, la etapa reina de la Vuelta a Burgos, pero no le ha valido, por muy poco, para reeditar el éxito de 2012, año en el que acabó de morado la ronda castellana.

El gran trabajo y la constancia de Rein Taaramae (Astana), que actuó como gregario de Miguel Ángel López durante toda la etapa, le valió para, al final, acabar proclamándose campeón de la carrera burgalesa. Fue el más fuerte de su equipo y supo gestionar la ventaja lograda en la contrarreloj grupal de Burgos. Con un agónico sprint para tratar de salvar el morado, el estonio logró su segunda victoria de la temporada, tras el triunfo en la Vuelta a Murcia en febrero.

La etapa constaba de 170 kilómetros entre Comunera de Revenga y Lagunas de Neila, con un terreno duro para el pelotón. Hasta siete puertos, con el colofón final del mítico puerto burgalés de categoría especial conformaban un escenario ideal para vivir un gran espectáculo, potenciado por las cortas diferencias entre los favoritos en la general.

Escapada de once... e ilusión local

La jornada se inició con una interesante fuga de once corredores: Javi Moreno (Movistar), Damiano Cunego (Vini Fantini), Bryan Ramírez, Juan Pablo Valencia, Fabio Duarte (Colombia), Giorgio Cecchinel (Southeast), Alexis Gougeard (AG2R), Juan Carlos Riutort (Burgos-BH), Rüdiger Selig (Katusha), Matthieu Boulo (Bretagne), Lluis Mas y Carlos Barbero (Caja Rural).

Este grupo llegó a obtener una ventaja superior a los cuatro minutos, siendo el mejor clasificado de la fuga el burgalés Barbero, ganador de la primera etapa de esta edición de la ronda castellana. Por lo tanto, el rápido ciclista del Caja Rural fue líder provisional de la carrera de su tierra durante mucho tiempo, algo que ilusionó a la afición burgalesa, consciente también de la dificultad de que dicho éxito de su ciclista acabara siendo real.

Duarte, el último superviviente

La dureza del terreno fue desgastando poco a poco a la fuga, que perdía miembros paulatinamente. Un sube y baja constante, sin terreno para descansar, aunado al esfuerzo del Astana por tener atada la diferencia de la fuga convertía esta empresa en una misión imposible.

Finalmente, solo un hombre aguantó el tipo en cabeza de carrera. El imprevisible Fabio Duarte, con la clasificación de la montaña en la mente más que la victoria de etapa, prolongó la fuga hasta las rampas del Alto del Collado en su segundo paso, a solo 13 kilómetros para el final.

Foto: Movistar Team

Pero la maquinaría azul celeste se había activado, con un Luis León Sánchez imprimiendo un ritmo que poco a poco ocasionaba que el pelotón perdiese unidades. La cadencia del murciano especialmente en el Collado dejó a muchos sin oxígeno, teniendo que ceder en esta penúltima ascensión.

La intentona telefónica

Una vez neutralizado Duarte, llegó el momento del Movistar. El conjunto telefónico lanzó en primer lugar a Marc Soler, que consiguió abrir un pequeño hueco en los últimos metros del Collado. El catalán bajó a todo gas pero el pelotón, ahora liderado por Katusha, acabó engulléndole.

En este instante tomó la iniciativa Winner Anacona. Demostrando que aun le quedaba algo de ese golpe de pedal exihibido en la última semana del Tour, el colombiano se fue junto a Egor Silin (Katusha), pero el ruso pronto soltó la rueda del cafetero.

Foto: Movistar Team

Astana, que con el demarraje de Soler no se había preocupado, puso de nuevo a sus hombres a trabajar en pos de mantener el liderato de 'Superman' López. Taaramae y Scarponi comandaron la caza de Anacona, lográndolo a cinco kilómetros para meta, y siguieron con su labor de endurecer la carrera.

El ritmo era duro, y hombres importantes como Rubén Fernández y Jesús Herrada (Movistar) cedían. El grupo de cabeza quedó compuesto por solo ocho corredores: Scarponi, López, Taaramae (Astana), Rodolfo Torres (Colombia), Dani Moreno (Katusha), Anacona (Movistar), Latour (AG2R) y David Belda (Burgos-BH).

Un último kilómetro de infarto

Solo quedaban mil metros para finalizar la etapa, la Vuelta a Burgos y dilucidar quien vestiría defintivamente de morado. Lo probó primero David Belda, ambicioso, sabedor de que un triunfo en Neila para el equipo local sería un activo más que importante. La ilusión del liviano ciclista duró poco, ya que rápidamente el joven y sorprendente Latour saltó a su caza y le superó.

Mientras, comenzaban a sufrir los colombianos. Anacona se descolgó con el ataque de Belda y poco después lo haría Miguel Ángel López, coincidiendo con el ataque de Dani Moreno. El madrileño, que en 2012 ganó la Vuelta a Burgos, pero no dejó su sello en Lagunas de Neila quería inscribir su nombre en esta cima tres años más tarde. 'Superman' López se quedó solo, ya que tanto Scarponi como Taaramae se fueron hacia adelante, tratando de salvar el liderato para Astana.

Ninguno de los dos logró alcanzar a un Dani Moreno que le robó la capa a Miguel Ángel López para, cambiando el azul de Superman por el blanco del Katusha, volar hasta la cima de Lagunas de Neila. Allí alzó los brazos y mandó un mensaje a su equipo en busca de un hueco en la Vuelta. Por detrás llegó el estonio Taaramae que rompió el sueño de Moreno de llevarse la general, que iría a parar al palmarés del báltico.

La victoria de Dani Moreno, en imágenes

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