En una jornada de sustos y tensión, el susto más grande fue el de Kris Boeckmans. El ciclista de Lotto-Soudal se vio involucrado en la caída masiva que sacudió al grupo principal en la entrada a Murcia, a 50 kilómetros de la meta. El caos se apoderó del asfalto y, entre cascos y bicicletas, Kris Boeckmans, inconsciente sobre la carretera, reclamaba indirectamente la rápida llegada de los servicios médicos.

Un mal cuerpo recorrió a todo el entorno ciclista. La imagen fue desoladora y la incertidumbre era enorme. "Boeckmans está inconsciente", anunciaban desde TVE. "No respiraba", reconocía el doctor Martínez, médico de la Vuelta. Pero instantes después, según anunció su equipo, vía Twitter, había recuperado la consciencia y estaba de camino al hospital, estable. La preocupación dio paso a la tranquilidad, aunque a Boeckmans le espera una dura y dolorosa recuperación.

Pese a que su vida no corre peligro, las lesiones han provocado que el belga tenga que ser inducido en coma. Y es que el parte médico resulta lastimoso: "El ciclista tiene un traumatismo facial grave con varias fracturas, que probablemente necesitarán cirugía. Boeckmans también tiene una conmoción cerebral, tres costillas rotas y tenía una hemorragia en el pulmón". Impactante. El coma inducido es una solución para evitar problemas mayores.

Boeckmans estaba ante el broche de oro de una gran temporada. El belga había logrado vencer en la primera etapa de la Estrella de Besseges, donde acabó tercero en la general; también había logrado triunfar en Le Samyn y Nokere-Koerse, rematando la primera dominando en el Tour de Picardie, con dos triunfos, un segundos puesto y la general, y en la World Ports Classic, con etapa y general. Su palmarés aumentó en un 2015 de ensueño en donde soñaba con poder conseguir un triunfo de etapa en la Vuelta a España. Antes de esta temporada, sus mejores triunfos eran una etapa en los Tres días de Flandes Occidental y en la Ster ZLM Toer.

El vídeo de la caída