Vincenzo Nibali (Astana) tenía un plan. Correría la Vuelta a España en busca de su segundo maillot rojo y, de paso, pondría todos sus reglajes a punto para vestirse de arcoíris. Los ambiciosos planes del siciliano se fueron al traste con la descalificación de la ronda española en la segunda etapa. Pero eso no hizo más que incrementar el hambre del Tiburón de Messina. El miércoles, en la Coppa Agostoni, se quedó con la miel en los labios. Fue segundo. Veinticuatro horas después, sació sus ansias de triunfo. Lo Squalo ganó la Coppa Bernocchi después de atacar junto a otros cinco corredores a falta de 30 kilómetros y culminar su victoria con una aceleración en el último kilómetro que no dio posibilidad a ninguna respuesta.

La carrera comenzó tremendamente rápida, con una velocidad media en la primera hora cercana a los 48 kilómetros por hora. Todo esto se debió a la pelea por formar la fuga. 25 corredores compusieron un primer grupo de escapados que más adelante se seleccionaría: Kozhatayev (Astana), Trentin, Zurlo (Italia), Ravasi (Lampre-Merida), Tvetcov, Sella (Androni-Giocattoli), Pirazzi (Bardiani), Benedetti (Bora-Argon), Brun (Bretagne), Benito (Caja Rural), Paluta (CCC), Dougall (MTN-Qhubeka), Stach (Rusvelo), Belletti (Southeast), Castiblanco, Sarmiento (Colombia), Marcato (Wanty), Scartezzini (MG Kvis Vega), Giorni, Leone (D’Amico), Cappelli, Todaro, Mariani (Idea 2010), Loef (Sttutgart) y Monguzzi (Meridiana).

Nippo-Fantini y Wanty tiraban por detrás del pelotón, no dejando a la fuga coger más de minuto y medio de renta. Tvetcov, Sella, Ravasi y Brun se fueron por delante, mientras que Castiblanco y Mariani trataron de darles caza e integrarse en la cabeza de carrera.

Foto: Natale Pizzi

Ante un grupo más reducido, el pelotón perdió el miedo a no tener el control de la carrera, y la ventaja creció hasta los cuatro minutos, donde se mantuvo estable. Astana era el encargado de marcar el ritmo en el gran grupo, recortando poco a poco la ventaja de los fugados. Hubo varios intentos de emboscada en el pelotón, especialmente en el último paso por el Piccolo Stelvio. Sbaragli (MTN-Qhubeka), Vincenzo Nibali (Astana) y Marco Marcato (Wanty) lo probaron, pero su aventura duró escasos kilómetros. Poco después Carlos Quintero (Colombia) y Enrico Gasparotto (Wanty) siguieron sus pasos, con peor suerte aun, ya que fueron neutralizados en menos tiempo.

La fuga definitiva

A falta de menos de 40 kilómetros para meta, la escapada de cuatro ciclistas fue cazada, pero esto no evitó que los ataques cesasen. Nibali, junto a Giafranco Zilioli (Androni-Giocattoli), Matteo Trentin (Italia), Jose Mendes (Bora-Argon 18), Mauro Finetto (Southeast) y Carlos Quintero (Colombia) formaron un grupo que comenzó a poner más complicadas las cosas al pelotón. Por detrás, CCC y Caja Rural eran los comandantes del pelotón que perseguía a este sexteto, con los que acabaría colaborando MTN-Qhubeka.

Pese a la tremenda colaboración en el gran grupo, los escapados rodaban fuerte, tanto que llegaron a descolgar a dos de sus integrantes, Zilioli y Mendes, que lograrían regresar a la cabeza de carrera. La diferencia crecía y se estableció en 40 segundos a falta de 13 kilómetros, algo que sumaba enteros a la victoria de los escapados. La renta bajaba lentamente, pese a que el frente del pelotón entraron también Bardiani y Nippo-Fantini.

Mordisco letal

Los últimos dos kilómetros para los fugados fueron de puros nervios. Nadie se fiaba de nadie, y el que menos lo hacía era Trentin, sabedor de que era vigilado por todos. El italiano era el más fuerte al sprint y era consciente de que recibiría ataques de todos sus compañeros de fuga. El primero fue Mendes, que no logró abrir un gran hueco, y rápidamente respondió Nibali. El siciliano, que es un finalizador de fugas, aceleró con fuerza y nadie se decidió a seguirle. Rápidamente colocó metros de distancia entre él y el resto de escapados que, a la postre, nadie lograría recortar.

De esta manera, Nibali se resarció del segundo puesto cosechado el día anterior en la Coppa Agostoni, donde Davide Rebellin (CCC) le ganó la partida. Lo Squalo deja claro que su estado de forma de cara a Richmond es excelente y mete miedo así a sus rivales. Mauro Finetto fue segundo y Trentin completó el podio en Legnano.

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