Con rabia acumulada y ganas de reivindicarse comenzaba el año para el bueno de Joaquim Rodríguez. La temporada anterior fue muy discreta debido a que la caída en el Giro de Italia condicionó el resto de la temporada. Para el 2015, Joaquim enfocaba la temporada con tres objetivos principales: las Ardenas, el Tour de Francia y la Vuelta a España.

Muchas dudas había sobre su rendimiento: casi un año sin victorias y una edad avanzada (36 años) no auguraban nada bueno. Parecía que sus mejores momentos habían pasado y comenzaba su declive deportivo. Pero Purito esta hecho de otra pasta. Conocedor de su cuerpo hasta la ultima célula sabe dosificarlo y exprimirlo al máximo cuando la carrera y los objetivos lo requieren. Pocos días de competición, bien seleccionados y mucho entrenamiento son las claves de su éxito. Fórmula repetida en años anteriores y repitió en 2015.

Inicio discreto

Comenzó la temporada en el mes de febrero en el exótico Oriente Medio, disputando el Tour de Dubai y de Omán. Estuvo escondido entre la inmensidad del desierto, tomando contacto con la temporada y con el fin de acumular kilómetros. Volvió a ponerse un dorsal, tras un mes sin competir, en la Tirreno-Adriático siendo tercero en las etapas clave, para finalizar en una meritoria quinta plaza en la general final. El de Katusha estaba preparado para afrontar con ciertas garantías la Volta a Catalunya, la cual defendía el título, pero una enfermedad le impidió participar.

Semana fantástica en País Vasco

País Vasco devolvió a Purito al ciclismo:2 etapas y la general

Los viejos fantasmas de la mala suerte regresaban pero desaparecieron en menos de una semana. Purito acudió a la Vuelta al País Vasco con la intención de realizar un buen papel, pues la escarpada orografía vasca le favorecía. El resultado no pudo ser mejor, se impuso en la tercera etapa con final en Zumárraga. Purito volvía a ganar tras más de un año, vuelta a la normalidad.

Inconformista, al día siguiente repitió éxito en Arrate, una cima a la que le tiene mucha estima. Para finalizar, 'voló' en la contrarreloj final para adjudicarse su primera Vuelta al País Vasco. Solo fue Tom Dumoulin (Giant-Alpecin) mejor que él en la crono. Seis días perfectos para el del Parets del Vallés.

Con la confianza reforzada tras País Vasco, Purito se presentó en el primer objetivo de la temporada: las Ardenas. Estuvo siempre con los mejores, pero un año más el triunfo le fue esquivo. El tríptico lo dominó Alejandro Valverde (Movistar) con una insultante superioridad, siendo segundo en la Amstel Gold Race y vencedor en Flecha Valona y Lieja. Por su parte, Purito fue duodécimo en Amstel, cuarto en Flecha y tercero en Lieja, otro año más con la miel en los labios.

Tour de Francia: cruz y cara en los Pirineos

Olvidadas las clásicas, Purito se centró en el Tour de Francia, su gran objetivo. El diseño del Tour nunca le había sido tan favorable y se postulaba como posible vencedor. Previamente acudió al Critérium du Dauphiné, parada obligada para aquellos que disputan el Tour. Se vio continuamente superado por hombres como Chris Froome (Sky) o Tejay Van Garderen (BMC). Acabó en un discreto octavo lugar y con ciertas dudas sobre su futuro rendimiento en la ronda gala.

Las dudas se disiparon muy pronto, concretamente en la tercera etapa del Tour de Francia. El final de etapa en su muro predilecto, el Muro de Huy, se impuso con gran autoridad. Sin embargo en la general perdía ya dos minutos debido a la mala crono inicial y a los abanicos de la primera etapa.

La primera llegada en alto del Tour de Francia, la Pierre de Saint-Martin, destruyó las aspiraciones en la general de muchos candidatos, entre ellos las de Purito. Froome realizó una exhibición en la subida dejando casi sentenciada la prueba gala. Purito cedió en meta seis minutos y con la mente en otros objetivos, victorias de etapa y el maillot de la montaña.

En Pirineos se olvidó de la general y se llevó su etapa reina

Consiguió su segunda victoria de etapa muy cerca de su querida Andorra, en Plateau de Beille tras filtrarse en la fuga del día y ser el más fuerte, bajo la lluvia, en la última subida. Por fin, Purito se llevaba una gran etapa del Tour, misión cumplida.

En los Alpes siguió buscando la fuga en pos de conseguir el maillot de la montaña. Se colocó líder a falta de tres jornadas para finalizar el Tour pero la lucha por la general en las últimas etapas de montaña y el cansancio acumulado impidió ver a Purito en el pódium de París como mejor escalador.

Vuelta a España: lo mejor de Purito

Entre el Tour y la Vuelta, Purito solo participó en la alocada Clásica de San Sebastián donde terminó en quinta posición. Recuperado de los esfuerzos del Tour se centró en la Vuelta a España donde la calidad de participantes le hacía partir desde una segunda fila.

Durante la primera semana se mantuvo en las primeras posiciones aprovechando los finales en cotas pero sin opciones de triunfo. En las Cumbres del Sol estuvo cerca de la victoria (tercero) y se veía que el de Katusha mejoraba su estado de forma día a día. En ese instante era segundo en la general.

Andorra le catapultó en la lucha por la general

La etapa de Andorra, la que había diseñado el mismo, fue un punto de inflexión en la carrera. Solo Fabio Aru (Astana) de entre los favoritos fue mejor que él. La general se iba clarificando y Purito estaba metido de lleno en la lucha.

Asturias, su mejor aliada

Llegaba la carrera la cordillera cantábrica y en ella se vio al mejor Purito. Sin obtener grandes diferencias se adjudicó la etapa con final en Sotres con una ataque 'made in Purito', quedándose a un segundo del liderato. La siguiente etapa con final en la Ermita de Alba repitió estrategia y consiguió alzarse con el liderato tras un ataque en las últimas rampas. Aventajaba en un solo segundo a Fabio Aru y a dos minutos a Tom Dumoulin, sus principales rivales. Pero la alegría duro muy poco.

La contrarreloj de Burgos despertó del sueño de la victoria final a Purito. Dumoulin se mostró intratable y Joaquim cedió el liderato y se quedó en la general a más de un minuto del holandés del Giant. Quedaba la sierra madrileña para recuperar el tiempo perdido, pero Joaquim no tenía fuerzas. Aún así consiguió la segunda posición en la general final tras Fabio Aru, su mejor clasificación en una Vuelta a España. Merecida recompensa para una larga temporada.

Finalizó la temporada acudiendo al mundial con un recorrido nada favorable para él y no terminó la prueba. Lombardía también entraba dentro de sus planes pero los días previos se lesionó el pie. De esta forma ponía el punto y final a la temporada. Una temporada donde Joaquim recuperó la mejor versión de si mismo tanto a nivel físico como mental. Purito ha vuelto y esta vez es para quedarse.

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Sobre el autor
Román Vilares Francisco
Apasionado del ciclismo. Community Manager de la Sociedad Ciclista Rebonza y redactor de su revista: Pedaladas Verdinegras www.screbonza.es