Fabio Aru ha sido una de las revelaciones de la temporada. El ciclista corso hizo doblete de podios, acabando segundo en el Giro de Italia y primero en la Vuelta a España, conquistando así su primera gran vuelta por etapas. Cuando muchos le comparan, y yo me incluyo, con aquel joven Nibali que despuntó gracias a su ambición y estilo ofensivo. Ahora, Aru iguala estadísticamente a su compatriota, que fue el último ciclista capaz de ganar una gran vuelta y acabar segundo en otra, dentro de la misma temporada (Giro 13' y Vuelta 13'). Pero hay quien mira más allá y ve al ciclista de Astana superando los límites del 'Tiburón de Messina'. Y con el ritmo que lleva no es una locura.

Siguiendo los pasos del 'Tiburón'

Además, a sus 25 años, Fabio Aru ha tenido un gran saber estar con todos los temas extradeportivos existentes en Astana. Primero con los temas de dopaje y la duda de si el conjunto kazajo sería World Tour. Además, el 'amago de conflicto' con Mikel Landa tras el doblete en el Giro de Italia. El vasco quería su protagonismo pero el equipo no se lo dio en la Vuelta a España, en donde Nibali y Aru partían como dupla de hombres fuertes. Aun así, también hubo polémica a la hora de elegir líder con el tridente de Astana para la carrera española.

Discretos resultados en su camino hacia San Remo

Hablando ya de esta temporada, Aru arrancó tarde, y solo compitió en dos carreras antes del Giro de Italia. Debutó en París-Niza, falto de ritmo, y sus resultados fueron muy modestos. Pero en la Volta a Catalunya, teniendo en frente a los grandes capos del pelotón (Porte, Contador, Valverde, Urán, Pozzovivo...) y estuvo a su altura. La carrera resultó muy igualada y Aru acabó sexto, entre vueltómanos más experimentados. Estuvo atento en etapas nerviosas como la de Girona o la de Valls y no mostró su mejor versión en la etapa reina, undécimo, en la subida a La Molina, aunque solo a 24 segundos.

Desde el principio, a por el rosa

Aru compitió de tú a tú con Alberto Contador | Fuente: Giro de Italia oficial.

Y llegó el punto álgido de la temporada. El gran objetivo de Aru era el Giro de Italia. Y llegó en plena forma. Desmintiendo la teoría de que los resultados te dan la forma, con un acercamiento regular, el corso estuvo a tope desde el inicio. Y nada menos que frente a Alberto Contador. En las primeras jornadas de montaña, con etapas prácticamente unipuerto en Abetone o Campitello Matese, en plena exhibición de Landa que se mostró incluso por encima del madrileño y del corso.

Cogió el liderato tras la caída de Contador que supo defenderse pese a sus molestias en el hombro y recuperar la maglia rosa al día siguiente en una crono, disciplina que le viene mucho mejor al madrileño. Llegó la etapa de Madonna di Campiglio, primera jornada clave de montaña, y Astana volvió a poner en jaque a Contador. Acabó ganando Landa y Aru pugnó hasta el final con su gran rival. Pero en el Mortirolo iba a llegar el golpe vital de este Giro de Italia.

Contador fue mucho Contador

Aru apretó pese al nivelazo mostrado por el ciclista español

Contador pinchó en pleno acercamiento al puerto y Astana lo intentó aprovechar. Pero el pinteño tiró de clase y coraje y remontó, alcanzó a Aru, Landa y compañía. El italiano ya había dado muestras de debilidad ante el ritmo de su compañero de equipo y volvió a mostrarle ante la arrancada de Contador. Al final, casi tres minutos de pérdida en meta. Pero Aru no se rendía, aún siendo tercero en la general. En Verbania volvía a perder segundos pero en Astana sabían que todo se iba a decidir en los Alpes, en las últimas etapas. Aru se llevó, con maestría y un ciclismo ambicioso, las etapas de Cervinia y Sestriere y a punto estuvo de aprovechar las dos crisis de Alberto Contador, que supo regular para llevarse la victoria por 1:53. Pese a ello, el italiano podía irse congratulado por haber tuteado a un ciclista para la historia como el español.

Aru celebra su triunfo en Sestriere | Fuente: Giro de Italia oficial.

Poca competición = éxito

Fabio Aru solo compitió 70 días en 2015. Valverde, rozó los 100, por ejemplo

Poco más iba a competir Aru antes de la Vuelta a España. En principio, tras su buen rendimiento en el Giro, iba a ser el líder único de Astana, pero Vinokurov se empeñó en llevar a Nibali, pese a que fuera descalificado en la segunda etapa. Pero a lo que íbamos. El italiano no quería competir en exceso. Descansó hasta agosto y participó, eso sí con mucha calma, en la Vuelta a Polonia. Estuvo delante en las etapas de "montaña", demasiado explosivas para él y con eso le bastó. Cogió ritmo, esperó ir adquieriendo forma en las primeras etapas y se lanzó a por el maillot rojo.

Quintana, Purito, Valverde, Van Garderen...muchos y buenos rivales para la conquista de su primera gran vuelta. Estaba concentrado y con buena forma. Se demuestra al ver sus posiciones. Acabó entre los quince primeros en once de las 21 etapas de la carrera y solo bajó del 36 en la última etapa. Las primeras jornadas de media montaña no eran suficientes para Aru que necesita altos duros. El primero llegó en La Alpujarra y respondió. Tercero, primero de los favoritos, y encontrando sensaciones. Solo había corrido siete días en Polonia y la forma fue llegando en carrera. Segunda llegada dura, en la Cumbre del Sol, y otra vez arriba. Cuarto y pugnando entre los mejores. Aru salvaba la primera semana quinto, a poco más de un minuto.

Hachazo en el primer gran día

Pero el primer día grande era en Los Pirineos. Durísima etapa con final en Cortals d'Encamp con victoria de Landa, desde la fuga, y exhibición de Fabio Aru, como mejor favorito. Le metió más de medio minuto a Purito, primero de los capos en meta. Nuevo líder en la primera etapa verdaderamente exigente. Ahora tocaba pensar en la Cordillera Cantábrica. Todo acabó más o menos igualado en la Fuente del Chivo, donde la niebla paró los ataques, aunque los hubo. Pero las duras rampas asturianas iban a reducir la pelea a cuatro hombres. A estas alturas parecía una lucha de los escaladores frente a Tom Dumoulin, auténtica sensación de la Vuelta y que se frotaba las manos con la crono de Burgos. Aru no fue menos. Pero el holandés se defendió y salvó la oposición de Purito, líder, Aru y Majka.

Aru, al ataque en la etapa pirenaica | Fuente: RTVE.

Tom Dumoulin fue un invitado inesperado por sus sorprendentes prestaciones en montaña

En Burgos, ocurrió lo que todo el mundo esperaba. Tom Dumoulin se llevó la victoria pero Aru estuvo inmenso y se quedó a solo tres segundos en la general. Lucha reducida a dos hombres. Dumoulin le sacaba tres segundos más en Ávila pero todo se iba a decidir en la Sierra de Madrid. Y ahí, tanto Aru como su equipo respondieron a la perfección. Zafarrancho entre Navacerrada, Morcuera y Cotos. Los kazajos tiraron a fondo, ayudados por aquellos que querían subir al podio, y hundieron a un solitario Dumoulin, que acabó sexto. Y al final, en la meta de Cercedilla, un hombre radiaba feliz. Todavía vestía de azul aunque faltaban minutos para que lo hiciera de rojo. Lo había logrado, había conquistado su primera gran vuelta con magestría y haciendo gala de sus dotes: fondo y ofensiva.

Remató el año siendo tercero en Milán-Turín, segundo en el Tour de Almaty y segundo en el Abu Dhabi Tour.

Un futuro a sus pies

Así pues, un año sin muchas carreras pero con mucho éxito. De las temporadas extralargas de hombres como Valverde, Purito o Quintana, hasta las cortas de Contador y Aru. Y es que estos ciclistas saben que, por mucho que te prepares, que ganes, que compitas, los momentos importantes son los que verdaderamente importan, valga la redundancia. Al final son los grandes triunfos los que te hacen grande. Y Aru, va camino de serlo.

Tras ser tercer y quinto, respectivamente, en Giro y Vuelta 2014, se refrenda siendo segundo y primero. Además, se llevó dos etapas en el Giro de Italia. Dos grandes etapas y al ataque, no se rindió y logró ese botín además de avivar la pelea con Alberto Contador. El futuro es suyo. Solo Quintana, Bardet o Van Garderen podrán evitar que Aru siga aumentando su palmarés. Y es que con la pasión que le pone el corso al ciclismo, seguro que volverá a vestir de rosa, amarillo o rojo.

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Sobre el autor
Adrián González Blanco
Comunicación audiovisual. Coordinador y redactor de la sección del Racing, Rallys y Ciclismo y redactor en Betis VAVEL.