El ciclismo despedirá en 2016 a un ciclista con un gran peso en la historia reciente de este deporte, Fabian Cancellara. Serán 16 temporadas como ciclista en activo en las cuales hubo temporadas inolvidables, como las de 2010 y 2013 (doblete Tour de Flandes y Paris-Roubaix), y temporadas lastradas por las caídas como sucedió en 2012 y 2015.

"Es la mente la que controla el cuerpo. Lidiar con una lesión grave en el transcurso de una temporada no es fácil y he tenido que hacerlo dos veces ya este año", declaró el suizo en la web oficial de su equipo.

El año 2015 no pudo ser más nefasto para el líder de Trek. Se fracturó dos vértebras en la disputa de la E3 Harelbeke, olvidándose así de las clásicas de primavera. Recuperado para el Tour de Francia, se cayó en su tercera etapa siendo líder y con el resultado del abandono de la Grande Boucle. Regresó en la Vuelta a España con el fin de preparar el mundial de Richmond pero un virus estomacal le obligó a retirarse. Con todos estos contratiempos Cancellara no tuvo "la voluntad de regresar una vez más después de la montaña rusa que esta temporada ha sido", renunciando así a la disputa de los mundiales.

Ilusionado con Mapei y la Navidad

Sin embargo, estas adversidades no hacen mella en Espartaco pues está deseando que llegue la concentración del equipo que se realizará en España la próxima semana. "Estoy feliz, estoy sano y hemos tenido buen tiempo para hacer buenas horas de entrenamiento antes de la concentración del equipo la próxima semana", aseguró el Expreso de Berna.

Además el suizo recibió "emocionado" la noticia de que Mapei Sport, centro de la ciencia del deporte en Milán, se une al equipo americano en 2016. Esta emoción es debida a que fue con Mapei donde comenzó su carrera deportiva.

La llegada de la Navidad es otro motivo de alegría para Cancellara: "Estoy feliz de haber puesto las luces de Navidad para crear un buen ambiente. Es un época para relajarse y disfrutar con amigos y familia".

Solo falta que la suerte y las caídas respeten a uno de los mejores contrarrelojistas y clasicómanos de todos los tiempos y pueda despedirse del ciclismo como realmente se merece, encima de la bicicleta.