Hace unos días se hizo oficial que el Tour de Francia de 2017, carrera ciclista más importante del año, partiría desde Alemania, concretamente desde Dusseldorf, al oeste del país, 30 años después de su última Gran Depart, en 1987. La gran presencia de los ciclistas alemanes en la cita gala de julio -desde 2011 hasta 2015 Alemania ha obtenido 24 triunfos de etapa, más que ningún otro país en el mismo periodo de tiempo- y el nuevo boom que vuelve a tener este deporte en los hogares, decantaron la balanza hacia el país germano tras la renuncia de Londres, principal favorita a acoger la salida ese año. 

Tony Martin tendrá muchas opciones de vestir el amarillo en su país al acabar la primera etapaPor ahora, solo se han desvelado la primera etapa y parte de la segunda. La primera será una crono individual corta, de solo trece kilómetros, con un recorrido de ida y vuelta y con una opción muy clara de ver cómo Tony Martin, de momento mejor especialista alemán, se vista con el primer maillot amarillo de la edición. La crono partirá desde el centro de congresos de Dusseldorf, la cercanía al río Rhin hará que el  viento de costado será muy importante tenerlo en cuenta y acabará en el mismo lugar. "Los ciclistas alemanes son especialistas en cronos y en sprints", ha explicado Prudhomme, tratando de justificar el recorrido de estas dos primeras etapas.

La segunda etapa presenta algunas incógnitas: aún no se sabe dónde acabará y tampoco se conoce su longitud, pero todo hace indicar que será la primera ocasión para los velocistas, con una llegada que sea favorable a Marcel Kittel y a Andre Greipel, los dos mejores sprinters del país, y a una posible segunda victoria de etapa alemana ese año. Tampoco se descartaría alguna llegada favorable a John Degenkolb. Con esta Grand Depart, las autoridades de la ciudad germana esperan atraer "a un millón de personas", según ha dicho el alcalde de Dusseldorf, Thomas Geisel, en la presentación.