Una función de magia. Eso es lo que se ha vivido en la sexta etapa de la Tirreno-Adriático. El sprint por la bonificación en el primer paso por Cepagatti se montó el número. Cuatro ilusionistas de la bicicleta, y sus ayudantes, iniciaron la función. El pelotón no pudo con ellos, ni con la magia de Stybar, Sagan, Van Avermaet y Kwiatkowski ni con la laboriosidad de sus ayudantes como Benatti o Gaviria. Finalmente, todo se decidió entre los cuatro magos y Van Avermaet, el que menos magia había mostrado durante la etapa, acabó imponiéndose a un monumental Sagan. Está en forma el belga.

Etapa larga y final exigente

Todo ello en una etapa llana, sin gran dificultad más allá del paso por la costa y el consecuente viento. Pero ojo porque las cosas se complicaban al final. Dos vueltas de once kilómetros con epicentro en Cepagatti, en donde estaba ubicada la línea de meta. La pancarta de la gloria se situaba al final de un repecho importante. En total, 210 kilómetros entre Castelraimondo y Cepagatti previos a la crono final.

Mirko Selvaggi (Androni), Valerio Agnoli (Astana), Stefano Pirazzi (Bardiani), Ricardo Vilela (Caja Rural), Nikolay Mihaylov (CCC) y Federico Zurlo (Lampre-Mérida) compusieron la escapada de la jornada. Un grupo que no pudo llevar su renta más allá de los cinco minutos y medio. Poco a poco, la insistencia de Orica y Tinkoff acabó con sus opciones a 25 kilómetros de meta. Buena actuación del ciclista de Caja Rural que se dejó ver en las metas volantes.

El cartel de la función

Paso por meta, con 22 kilómetros por delante, inicio del circuito final y bonificaciones. Sonido de trompeta. Tinkoff organiza a su treno mientras que Etixx lanza a Gaviria para evitar que Sagan bonifique tres puntos. El campeón del mundo no falló y se llevó los tres puntos, seguido de Gaviria. Y a partir de aquí, no se paró.

Por detrás, ciclistas como Stybar, Van Avermaet o Kwiatkowski fueron listos. Su fama primaveral no viene de la nada. Llegaron hasta Sagan, Gaviria y compañía y formaron grupo con los gregarios de estos. Colaboración total. Un grupo con Peter Sagan, Daniele Benatti y Óscar Gatto (Tinkoff), Matteo Trentin, Fernando Gaviria y Zdenek Stybar (Etixx-Quick Step), además de los solitarios Michal Kwiatkowski (Team Sky) y Greg Van Avermaet (BMC Racing Team). Un grupo de magos, de ciclistas mágicos que engatusan con sus trucos a los aficionados. Unos magos junto con sus ayudantes que preparaban una gran función.

Al polaco le costaba pasar, pero es que el belga ni quería ni podía ni tenía intención de hacerlo. Greg, siempre ofensivo, se guardó esta vez. El resto tiraban como locomotoras. Incluso Sagan y Stybar daban buenos relevos. Cualquier ayudar era buena pues la general estaba en juego.

Nibali y el pelotón desesperan

Por detrás, desesperación. Ningún equipo cogía el control y solo había arreones sin éxito. A tanto llegó el nivel de desesperación que Vincenzo Nibali, enrabietado tras la suspensión de la etapa del domingo, se lanzó al ataque en el repecho más largo del circuito final. Un ataque suicida. Fue neutralizado un kilómetro después junto a Jan Bakelants (AG2R La Mondiale). Movistar y Fabian Cancellara (Trek Factoty Racing) fueron los que más cabeza le pusieron pero nada. El corte de cabeza estaba a más de treinta segundos.

Poco a poco, las fuerzas delante se fueron minando y el grupo principal se acercaba a arreones. Al paso por meta, iniciando la segundo y definitiva vuelta, un tirón de Alejandro Valverde (Movistar Team) cerró el hueco hasta los seis segundos. Eso sí, un demarraje en el repecho de meta que desarmó el pelotón. Parecía que les iban a coger pero... otra vez lo mismo. Volvieron a distanciarse los de cabeza, con Greg Van Avermaet escondido. Pura magia.

La diferencia volvió a acercarse más a los veinte segundos que a los diez. Ritmo brutal en un apasionante final de etapa. El grupo de delante, lleno de quilates, quería jugarse la victoria, a la par que la carrera. Ganar en Cepagatti sería un golpe de cara a la clasificación para Stybar y significaría igualarse con el checo para Van Avermaet y Sagan. Por cierto que, en el pelotón, hubo una caída que afecto a unos seis-siete ciclistas y Michele Scarponi fue el más dañado. El italiano se quejaba de un golpe en la clavícula.

Truco final

Poco a poco, los gregarios fueron cayendo tras el esfuerzo. Trentin, Gaviria, Gatto... sus fuerzas fueron cayendo hasta llegar al último kilómetro. El repecho del Cepagatti. De nada sirvió el arreón de potencia de Bauke Mollema escoltado por Stuyven. No llegaron. Kwiatkowski lanzó la llegada desde muy lejos. Sabía no era el más rápido pero también que podía ser el más fuerte en subida. Llegó la función del polaco.

Una llegada mágica. Como decimos, lanzó Kwiato. Sagan, Stybar y Van Avermaet se soldaron a su rueda. Se acercaba la curva, se avecinaba exhibición del excampeón del mundo. Pero no. Saltó Sagan, saltó 'el bicho' como una bala, con furia, con ganas de ganar al fin. 'Peto' quiso hacer magia, y la hizo pese a todo. Salió de su aspiración llegando a la curva y con una fuerza tremenda le adelantó. Pero no contó con un Van Avermaet con más fuerzas que nadie.

El belga aguantó el ataque, no así Stybar que acabó sin bonificación y cediendo segundos. Van Avermaet se puso a la par de Sagan, ambos, esprintando al máximo, emitiendo potencia, clase, magia. Parecía que iba a ser para Sagan pero el belga hizo el truco final y en el último metro sobrepasó al eslovaco. Victoria y liderato para Van Avermaet. Tercero llegó Kwiatkowski y cuarto fue Stybar.

Todo se decide en la crono

El grupo llegó a siete segundos, encabezado por Ewan y Valverde. Había perdido la batalla. El que la había ganado era Greg Van Avermaet con una función de magia que asombró hasta a sus propios compañeros magos, como Sagan, Kwiatkowski o Stybar. La bonificación en meta, unida a los cuatro segundos que había perdido Stybar dejaban al belga líder y con la general muy ajustada: Stybar a 7'' y Sagan a 9'', pero ojo con un gran cronner como Bob Jungels (Etixx-Quick Step) a 21''... Sin llegada en alto, pero con mucha emoción.

Mañana se disputa la séptima y última etapa de la Tirreno-Adriático 2016. Tradicional contrarreloj individual en San Benedetto del Tronto, totalmente llana y con influencia del viento. Diez kilómetros para decidir el ganador.

Vídeo de los kilómetros finales

Clasificación de la sexta etapa