Ya está aquí, ya llega, ya se ve al fondo...tras ese cruce hacia la derecha que ha puesto en aprietos al pelotón. La velocidad es tremenda desde que se coronara el Poggio, el curveo ha estirado el grupo que entra, ya está aquí, ya llega, ya se ve al fondo, al fondo de esa interminable Vía Roma, esa que se recuperó en 2015 tras ocho años de incomparecencia. Y al fondo, el primer Monumento del año, el que te lleva al Olimpo del ciclismo, junto a Fausto Coppi, a Eddy Merckx, a Roger de Vlaeminck... la gloria de Vía Roma se reserva solo a uno.

Ni ser clasicómano ni ser velocista puro... hay que ser rápido, potente y resistente

Como decimos, ya está aquí el primer Monumento ciclista del año. Como es habitual, Milán-San Remo es el primero de los cinco y uno de los más abiertos, por no decir el que más. Velocistas puros, rematadores, hombres potentes, clasicómanos... todos ellos tienen posibilidad y oportunidad de coronarse en San Remo como 'monumentales'. El paso del invierno a la primavera se emula desde Milán hasta San Remo con el paso del frío interior a las suaves temperaturas del Mediterráneo.

El palmarés de la prueba es de sobra conocido. El 'Rey' es Eddy Merckx, con siete triunfos allá por los años 60-70. Con seis victorias está el italiano Girardengo, dominador en la década de los 20. Con cuatro victorias se sitúan Gino Bartali y Erik Zabel seguidos de los que han conseguido el tridente en San Remo: Fausto Coppi, Roger de Vlaeminck y el español Óscar Freire. El cántabro es junto con Miguel Poblet (x2) que ha conquistado este Monumento.

Cipresa y Poggio, claves

Pero ya hablando de la edición actual, recorrido clásico, idéntico al del pasado año cuando se recuperó la llegada en Vía Roma. Inicio plano, picando hacia arriba, desde Milán hacia la Costa Liguriana. El Passo del Turchino es la primera dificultad montañosa que introduce la carrera en el litoral. Bordeando la costa transcurre la segunda parte de la carrera, con algún repecho hasta llegar a la parte definitiva.

Tras las pequeñas subidas a Capo Mele, Capo Cervo y Capo Berta, la carrera asciende la Cipresa. Cinco kilómetros de subida, por encima del 4% de media y con zonas del 9%. Esto con casi 270 kilómetros en las piernas hace que se produzca la primera selección. Descenso frenético, ya con la carrera totalmente lanzada y con unos veinte kilómetros por delante. Diez llanos, para coger aire y traca final.

A diez kilómetros de meta arranca el Poggio de San Remo. Subida clásica y mítica de la Classicissima. 3,7 kilómetros de subida, con rampas no excesivamente duras pero en un recorrido sinuoso y estrecho, enlazando curvas de herradura con el Mediterráneo al fondo. Tras coronar, descenso igualmente estrecho y sinuoso entre casas y muros que provoca también una cierta selección. Hay que coronar en cabeza si se quiere tener opciones de victoria. Y es que desde la cima del Poggio hasta la pancarta de meta, poco más de cinco kilómetros que se pasan en un suspiro. El sprint se lanzará ya en Vía Roma.

Velocistas - clasicómanos

Como decimos, el Monumento más abierto de todos. Innumerables son los candidatos a hacerse con la gloria. Hay que ser rápido, pero también hábil y fuerte para superar Cipresa y Poggio y salir colocado entre los primeros del pelotón. Además, tener una capacidad de resistencia brutal pues son casi 300 kilómetros entre la Chiessa Rossa de Milán y la Vía Roma de de San Remo.

Pese a acabar segundo en Tirreno, Sagan se presenta como el rival a batir

Pero destacando a los hombres con más opciones, contando todas las características, nos quedamos con unos pocos menos. Peter Sagan (Tinkoff) puede considerarse uno de los grandes nombres, quizá el ritva a batir. El eslovaco, pese a la maldición que le acompaña y que se ha acentuado con el maillot arcoiris, llega en gran forma y posee todas las cualidades necesarias para ganar: puede hacerlo atacando y seleccionando desde lejos o buscando ser el más fuerte al sprint. Deberá medir sus fuerzas con los velocistas Alexander Kristoff (Team Katusha), Mark Cavendish (Dimension Data), Michael Matthews (Orica GreenEdge) o Nacer Bouhanni (Cofidis).

Van Avermaet bate a Sagan en Tirreno | Fuente: Tirreno-Adriático oficial
Van Avermaet bate a Sagan en Tirreno | Fuente: Tirreno-Adriático oficial

Ahí no se queda la cosa. Y es que Fabian Cancellara (Trek-Segafredo) seguro que lo intenta. Ya lo ha anunciado y aunque con la edad su velocidad ha disminuido, sigue siendo temible como ha demostrado en lo que va de año. En grandísima forma también llegan hombres como Greg Van Avermaet (BMC Racing Team), Zdenek Stybar (Etixx-Quick Step) y Edvald Boasson-Hagen (Dimension Data), segunda bala del equipo sudafricano. Los tres son hombres rápidos y completos y pueden dar la sorpresa, sin ninguna duda.

Velocistas de segundo nivel llegan en muy buena forma

Pero ojo, porque hay una legión de velocistas de segunda fiala capaces de hacerles frente. Entre ellos, Arnaud Démare (FDJ), Elía Viviani junto a Ben Swift (Team Sky), Fernando Gaviria (Etixx-Quick Step, Juanjo Lobato (Movistar Team), Sacha Modolo y Davide Cimolai (Lampre Merida), Sonny Colbrelli (Bardiani-CSF), Nicolo Bonifazio (Trek-Segafredo), Sam Bennett (Bora-Argon 18), Francesco Chicchi (Androni-Giocattoli) o Jens Debusschere (Lotto-Soudal). Todos ellos deberán buscar una buena colocación en la llegada, esto no es un sprint al uso.

Los españoles buscarán su pequeña oportunidad

Entre los españoles, además de la baza de Juanjo Lobato nos queda la opción de un ataque lejano o rematar en un grupo pequeño. Alejandro Valverde (Movistar Team) y Luis León Sánchez (Astana Team) componen las alternativas al velocista de Trebujena. Junto a ellos podemos etiquetar a clasicómanos como Michal Kwiatkowski (Team Sky), Jan Bakelants (AG2R La Mondiale) o Tony Gallopin (Lotto-Soudal).