La temporada del pavé va llegando a su fin. Desde finales de febrero y hasta mediados de abril, los ciclistas nos han hecho disfrutar con el ciclismo pasional, el de los enamorados, ofensivo, táctico a la par que espectacular... cada tramo de pavé, cada cota se ha convertido en un nicho de espectáculo y de disfrute para los aficionados y también para los propios ciclistas, pese al sufrimiento. Con la París-Roubaix, segundo Monumento adoquinado, damos prácticamente por finalizada la temporada pedrera.

113 ediciones monumentales

La París-Roubaix, una de las carreras más duras del calendario y también de las más prestigiosas se disputará este domingo en el norte de Francia. Su palmarés lo refleja. 113 ediciones. El primero en vencer fue Josef Fischer; el último, John Degenkolb, ausente tras el atropello que sufrió entrenando en el mes de enero. Entre ellos, más de un centenar de hombres que tocaron la gloria en el 'Infierno del Norte'. Los más laureados Roger de Vlaeminck y Tom Boonen, con cuatro triunfos. Tras ellos, con el trienio de triunfos en Roubaix, encontramos a Octave Lapize, Gaston Rebry, Rik Van looy, Eddy Merckx, Francesco Moser, Johan Museeuw y el último en conseguir el 'hat-trick', Fabian Cancellara. 

Tres partes diferenciadas por los tramos 5 estrellas

La apodan 'El Infierno del Norte' por algo. Pavé del duro, lluvia (aunque este año dan buen tiempo), frío, barro, caídas... y exhibiciones tan épicas como casi inhumanas. Este año, serán 27 tramos de pavé de diferente entidad los que seleccionarán y decidirán la carrera. En los 257,5 kilómetros que hay entre Compiegne-Claroix y Roubaix, el primero de lo tramos, Troisville a Inchy***, está a 154 kilómetros de meta. Después, los tramos, de mayor o menor entidad, dureza , inclinación y longitud se irán sucediendo.

El primer tramo selectivo será el mítico Bosque de Arenberg*****. A 95 kilómetros de meta, el grupo principal quedará ya algo reducido, debido al irregular pavé que se alarga durante 2400 metros. "Aquí empieza la verdadera Roubaix", se dice coloquialmente en el mundillo. Después se intercalan tramos de tres y cuatro estrellas. Y al llegar a Auchy-les-Orchies****, a 54 kilómetros de meta, vuelve el rock and roll, -antes se habría pasado por el tramo de adoquín más largo, Hornaing a Wandignies con 3,7 km-. Enlazando con el mencionado Auchy-les-Orchies encontramos el segundo tramo cinco estrellas, Mons-en-Pévele. En los 3000 metros de duro empedrado, a 48 kilómetros de meta, se encamina la carrera hacia su parte definitiva. El ritmo da paso a los ataques de hombres importantes o en tal caso segundos espadas.

Tras Mons-en-Pévele se suceden varios tramos de menor entidad. Calma tensa antes del encadenado definitivo. A veinte kilómetros de meta superan el tramo favorito de Fabian Cancellara. Ahí donde ha conseguido dar muchos hachazos en el 'Infierno del Norte', en sus exhibiciones. El enlace prácticamente sin descanso -menos de 500 metros de asfalto- entre Camphin-en-Pévele**** y el mítico Carrefour de l'Arbre***** puede ser definitivo. Duro adoquín durante prácticamente 4000 metros de pavé (el primero tiene 1800 metros y el segundo tiene 2100). El que esté fuerte y pueda enlazar ambos tramos a buen ritmo, se plantará en meta con opciones de ganar.

Una vez superado el último tramo cinco estrellas, aproximación a Roubaix donde se va agolpando el gentío. Adoquín suave, el que podemos conocer en España. Gruson**, Willems a Hem** y el tramo de 300 metros ya en Roubaix se harán duros por el paso de los kilómetros y la fatiga. Tras ello, entrada al velódromo y dos vueltas y media para alcanzar la gloria. ¿Exhibición y llegada en solitario o triunfo al sprint? Eso lo decidirán los protagonistas.

¿El cuarto de Cancellara?

Hablando ya de los favoritos, el hombre a batir es Fabian Cancellara. A su edad, puede moverse mejor en los tramos de adoquín más llanos como los del norte de Francia que en las cotas de Flandes. Con Boonen en declive, sin opciones claras de victoria aunque nunca descartable, 'Espartaco' emerge como el gran candidato en el año de su retirada. Quiere entrar en el club de las cuatro victorias, quiere añadir un último Monumento a su palmarés. ¿Volverá a exhibirse en Camphin-en-Pévele? Lo veremos.

Enfrente estará un crecido Peter Sagan (Tinkoff), que buscará el trienio del pavé en esta primavera tras sus triunfos en Harelbeke y Flandes. El eslovaco está en gran forma y encima ha encontrado el punto ganador, dejando atrás la comentada maldición. Además, los hombres de Etixx pueden tener más opciones de brillar aquí que en Bélgica. Terpstra, Stybar o el mencionado Boonen pueden tener opciones de victoria, tanto al ataque como en un sprint reducido. Sep Vanmarcke (LottoNL-Jumbo), tercero en Flandes, Ian Stannard (Team Sky) y Alexander Kristoff (Team Katusha), tanto al sprint como con una exhibición similar a la que hizo en Flandes 2015, son otros de los favoritos.

Sagan saluda a Cancellara en el podio de Flandes | Fuente: Trek-Segafredo.

En un segundo nivel encontramos a un veterano como Sylvain Chavanel (Direct Energie) además de gente consolidada como Lars Boom (Astana Team), Jurgen Roelandts (Lotto-Soudal) o Edvald Boasson-Hagen (Dimension Data).

Finalmente, clima idóneo

Pese a las especulaciones de lluvia, finalmente parece que habrá menos barro del esperado y las condiciones metereológicas, como en el Tour de Flandes, serán idóneas. Cielo nuboso y temperaturas que variarán entre los 9ºC del inicio y los 14ºC que se esperan de máxima en Roubaix.