«Había un sueño, que era rosa». Con esta frase de la película Gladiator, adaptada al Giro de Italia, podría describirse la mentalidad de Alejandro Valverde para la prueba trasalpina. Espera luchar como un gladiador en su primera vez en la Corsa Rosa, una prueba que muchas personas del ciclismo aseguran que podría adaptarse bien a las condiciones del murciano pero en donde nunca se ha probado el de Movistar. 2016 es el año de debutar en el Giro y las aspiraciones son máximas. Es el momento de demostrar que las previsiones y creencias de estas personas son correctas y que Valverde puede suceder a Induráin y Contador como únicos españoles que han ganado el Giro.

Sin descuidar las Ardenas, pero con más visitas a Italia, Valverde ha tratado de preparar con mimo el Giro. Es su 'grande' de 2016 después de conquistar el soñado podio en el Tour la pasada temporada y pondrá toda la carne en el asador en busca de la maglia rosa. Mallorca, Strade Bianche,  Andalucía y Tirreno, seguidas de un largo parón hasta abril para pasar por Castilla y León y Ardenas, han sido la hoja de ruta del de Las Lumbreras.

Pocos días de competición

Lo que no le faltará a Alejandro será ilusión para conquistar Italia, donde tiene una espina clavada, ya que fue el lugar donde comenzó el calvario de su sanción de dos años. Esa rabia contenida, esas ganas de agradar en una tierra donde no es del todo bien visto y la ilusión de volver a ganar una grande  serán sus principales avales mentales. Pero también los tendrá físicos. Su estado de forma ha ido creciendo en el mes de abril exponencialmente. Después de estrenar el palmarés de 2016 en Andalucía, se exhibió en Castilla y León y se coronó en Flecha Valona. No cabe duda que llega preparado para un reto de este calibre.

Cuarto triunfo en Felcha Valona | Fuente. Movistar Team
Cuarto triunfo en Felcha Valona | Fuente. Movistar Team

Junto a él tendrá a un equipo de áupa. Ya en la pasada edición del Giro, Movistar demostró ser un conjunto sobradamente preparado para dar la cara en las carreteras trasalpinas y en esta ocasión, volverán a demostrarlo. Giovanni Visconti y Andrey Amador que, a priori, estarán en el roster teléfonico, ya saben lo que es ser top-10 en esta carrera y le aportarán esa experiencia a Valverde.

Pero ante todo, tratará de hacer valer esa condición que tiene de rendir bien en cualquier etapa del año. Y es que Valverde es único por ello, porque no necesita estar en un estado óptimo de forma para ganar. Además, cuando lo tiene, pasa de ser un gran ciclista a uno excepcional y, en principio, ese pico de forma llegará en el Giro.

Algo más que el rush final

Y es que el murciano, como el buen vino, ha ido mejorando con los años. Ya no es un ciclista que ataca a 100 metros de meta. Es un corredor total, que escala bien, ataca de maravilla, aprovecha su explosividad y da la cara en crono. Controla todos los terrenos, si bien es cierto que los muros siguen siendo su coto de caza preferido. Además, la experiencia y la lectura de las carreras, algo que se va cogiendo con los años, también forman parte de su perfil como corredor. Ya no es ciclista que se movía a impulsos, de cabeza y corazón calientes que acababa pagando su precipitación. Más frío y calculador, espera a su distancia para, como los mejores depredadores de la naturaleza, asestar un solo golpe, pero mortal.

Es la oportunidad de demostrar que es un ciclista total. Clásicas y vueltas de una semana pero, de nuevo, también carreras de tres semanas. El reto es mayúsculo, con rivales de categoría, pero Alejandro tiene un sueño. Y es rosa.

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