Del 2 al 24 de julio Francia respirará ciclismo por sus cuatro costados como ocurre cada mes de julio. Para darle más grandiosidad a la mejor carrera del mundo, esa que da y quita la gloria ciclista, la organización ha diseñado un recorrido con clara tendencia hacia la montaña, algo que viene siendo habitual en las últimas ediciones por dos motivos: la espectacularidad de la montaña y que los mejores ciclistas galos puedan tener opciones de triunfo, pues ya van más de 30 años de sequía francesa.

Un trazado con clara tendencia a la montaña

Para el diseño del recorrido ASO vuelve a basarse en el perfil de carrera de la Vuelta a España, aunque suavizándolo para darle un mayor interés y promover otro tipo de estrategias. Con los números en la mano, serán 3519 kilómetros divididos en 21 días de competición. Nueve etapas de alta montaña con cuatro finales en alto, ocho etapas llanas, dos de media montaña y las dos etapas cronometradas siendo una de ellas en montaña, disciplina que vuelve tras doce años de ausencia. Habrá dos días de descanso en el extranjero, Andorra y Suiza y los adoquines serán los ausentes en este edición.

Salida espectacular en Mont Saint-Michel y rápida incursión en el Macizo Central buscado los Pirineos donde con tres etapas, incluyendo una etapa hispano-andorrana finalizará la primera semana. Camino hacia los Alpes, el Mont Ventoux y la crono acentuarán más la clasificación. Para la 'traca final' unos Alpes duros pero desconocidos junto con la cronoescalada sentenciarán la carrera.

Mont Saint Michel fue el lugar de la crono en 2013 | Foto. Graham Watson
Mont Saint Michel fue el lugar de la crono en 2013 | Foto. Graham Watson

Un recorrido muy peregrino

La 'isla' de Mont Saint-Michel, segundo lugar de peregrinación de Francia tras París, será el punto de partida de la 103 edición de la ronda gala con una etapa en línea llena de historia, pues el final será en Utah Beach lugar donde se produjo parte del desembarco de Normandía.

Dos días más permanecerá el grupo en Normadía donde el viento y los nervios serán los principales enemigos y con la tercera etapa con final en la pequeña cota de Cherbourg para añadir más nervios al pelotón. La caravana ciclista continuará dirección sureste hacia el Macizo Central con la primera etapa de media montaña con final en la estación de esquí Le Lioran. Los kilómetros finales sin un metro de llano podría provocar algún susto a los favoritos o aquellos que lleguen un poco 'cortos' de preparación.

Pirineos, primera piedra de toque

Los Pirineos harán acto de presencia ya en la séptima etapa

Poco tardará el Tour en acercarse a las grandes montañas con la aparición del tríptico pirenaico. Será en la jornada séptima con la ascensión al Col de Aspin a falta de pocos kilómetros para meta un aperitivo de las dos siguientes etapas. La octava etapa será una de las grandes etapas reinas del a Grande Boucle con el encadenado de más de 100 kilómetros del Tourmalet, Hourquette d’Ancizan, Col de Val Louron y Peyresourde para después un rápido descenso a Bagneres de Luchon.

Para finalizar los Pirineos, la etapa hispano-andorrana y primer final en alto serio de la ronda gala en Ordino Arcalis, con cuatro puertos de montaña antes, para endurecer la carrera. En Andorra finalizará una intensa primera semana de carrera donde ya se empezará a filtrar los posibles candidatos al maillot jaune o es posible que la carrera quedé marcada con en anteriores ediciones

De Andorra a los Alpes suizos

Mont Ventoux y la crono servirán de puente entre Pirineos y Alpes

Tras un merecido día de descanso en tierras andorranas, la caravana ciclista comienza la segunda semana con dos etapas para los sprinters previas a la etapa del Mont Ventoux coincidiendo con el día nacional francés, 14 de julio. Al día siguiente, oportunidad para los 'cronners' con la disputa de la crono de 37 kilómetros con un perfil algo ondulado. Dos etapas que definirán o apretarán más la clasificación general.

El Mont Ventoux será una de las etapas decisivas | Foto: B. Bade / ASO
El Mont Ventoux será una de las etapas decisivas | Foto: B. Bade / ASO

Dos etapas llanas y entre medias el final quebrado de Culoz darán respiro al pelotón para entrar de llenos la segundo bloque de montaña en plenos Alpes franco-suizos. Tras el día de descanso en la capital suiza, Berna, se dará el inicio a las cuatro etapas alpinas que habrá que tomarlas como todo un bloque.

La organización 'escapa' de los grandes colosos alpinos y añade una cronoescalada

La primera se disputará en su totalidad en suelo suizo con el final en Finhaut, un puerto fuera de categoría que viene precedido por otro de primera. Serán 30 kilómetros de autentica dureza siendo la etapa reina de los Alpes.

Al día siguiente, la cronoescalada a Megevé de 17 kilómetros situará a cada uno ya en su sitio y marcará el devenir de las siguientes etapas en función de cómo se situé la general final y de como estén las fuerzas de cada uno.

La explosiva etapa de 146 kilómetros con final en Saint Gervais con cuatro puertos de montaña y el final en Morzine previo paso por la Combiere, Ramaz y Joux Plane pondrán punto final a la montaña de la Grande Boucle y a la lucha por el maillot jaune.

De Morzine, traslado hacia Chantilly para disputar la etapa final y que París homenajeé a los valientes ciclistas que terminarán la 103 edición del Tour de Francia.

París volverá a poner punto y final al Tour | Foto: B. Bade / ASO
París volverá a poner punto y final al Tour | Foto: B. Bade / ASO

En definitiva, un trazado montañoso con grandes alternativas para el espectáculo y muchas oportunidades de poder sentenciar la carrera. Francia y el ciclismo espera una combativa y grandiosa edición acorde con el recorrido propuesto.