Uno de los principales dichos del ciclismo es que si no puedes sacar ventaja a tus rivales subiendo, lo intentes bajando, y eso fue lo que hizo a la perfección Chris Froome en la octava etapa del Tour de Francia. El británico coronó en primera posición el Col de Peyresourde y no se frenó, se lanzó hacia abajo mientras Nairo Quintana cogía un bidón para beber, que rápidamente tenía que tirar para buscar la rueda del británico, algo imposible a todas luces. En cuanto cogió unos metros de ventaja el jefe de filas del Team Sky fue imparable, poniendo una velocidad de infarto, tomando con riesgo cada curva para llegar a la línea de meta en Bagnères-de-Luchon sin nadie que fuera capaz de seguir su estela, ganando los diez segundos de bonificación más los trece que logró con respecto al grupo de Nairo Quintana, su gran rival en la lucha por conquistar la edición 103 del Tour de Francia.

"Voy a intentar recuperar lo mejor posible para poder estar en plena forma mañana"

Día de gloria para Froome, que ni mucho menos tenía planificado el ataque en el descenso del último puerto, probando suerte al ver que no habría hueco en el ascenso, terminando con una victoria que nunca antes había conseguido. "No estaba planeado, tuve una corazonada en el último momento, probé suerte y ha funcionado, lo intenté dos veces en la subida y no hubo manera, luego pensé que lo peor que podría pasar era que me pillaran y llegáramos juntos a meta, así que valía la pena intentarlo. He tenido que invertir mucha energía en los últimos diez kilómetros pero no quería arriesgar demasiado en la bajada porque iba muy rápido y había muchas curvas, es la primera etapa que ganó así, un sueño más que he cumplido aquí y una auténtica sorpresa porque no me esperaba terminar el día de amarillo", comentó ante los medios de comunicación.

Para terminar, Chris Froome no esconde que no conocía la bajada, pero sí lo había visto anteriormente en vídeo, siendo capaz de perfeccionar los descensos en las concentraciones con el equipo. "No conocía la bajada pero sí la había visto en vídeo y sabía que había una curva muy cerrada y luego una bajada muy rápida, iba a tope, porque también es, en parte, lo que me gusta de este deporte: disfrutar, hacer apuestas arriesgadas, etc. Nunca trabajo los descensos en los entrenamientos pero cuando estamos concentrados por ahí con los compañeros sí nos picamos bastante, es en este tipo de situaciones en las que he perfeccionado la técnica y la postura. Mañana llegamos a Andorra, que promete ser una etapa muy dura, y hoy me he dejado mucha energía, voy a intentar recuperar lo mejor posible para poder estar en plena forma mañana", concluyó.