La gloria hay que buscarla. Ni mucho menos sirve esperar sentado la llegada de los triunfos, sino que se debe trabajar hasta conseguir alzar los brazos. Michael Matthews es la viva imagen del trabajo bien hecho, y es que después de un comienzo de temporada en el que se llevó dos etapas de la París-Niza, además de la Vuelta a la Rioja, siendo quinto en la Amstel Gold Race y La Flèche Brabançonne, para comparecer así el ciclista australiano en el Tour de Francia con los colores del Orica-BikeExchange. En la segunda etapa se tuvo que conformar con la quinta posición, pero siguió trabajando hasta llegar al décimo día, jornada en la que se filtró en la escapada del día, para terminar batiendo a Peter Sagan y Edvald Boasson Hagen en un apretado sprint que le permite haber alzado los brazos en el Giro de Italia, la Vuelta a España, y ahora el Tour de Francia, las tres 'Grandes Vueltas'.

"Es el tercer año que vengo al Tour y ha sido muy difícil llegar hasta aquí, conseguir combinar todos los ingredientes y que funcione la mezcla para ganar una etapa"

Ni mucho menos era una etapa fácil la de este martes en el Tour de Francia, necesitando Matthews del gran trabajo de dos de sus compañeros para terminar llevándose la victoria. "Era una etapa difícil, y está claro que Sagan era el favorito entre todos los que llegábamos, probablemente sea el mejor corredor del mundo y es un modelo a seguir para mí, teníamos una ventaja numérica con Durbridge e Impey así que hemos querido aprovecharlo, me han ayudado muchísimo, han hecho un trabajo estupendo", comentó ante los medios de comunicación.

Para terminar, ganar en la Vuelta a España y en el Giro de Italia ha colocado a Michael Matthews como uno de los ciclistas a tener en cuenta en las grandes llegadas masivas, o en las escapadas, algo que ha aumentado con su primer triunfo en el Tour de Francia. "Es el tercer año que vengo al Tour y ha sido muy difícil llegar hasta aquí, conseguir combinar todos los ingredientes y que funcione la mezcla para ganar una etapa… es tan emocionante que no tengo palabras, al final sentía que las piernas estaban pero cuando estás a 200 metros de meta, nunca sabes lo que puede pasar", concluyó.