Niza es hoy una ciudad fantasma. Golpeada brutalmente ayer en uno de los ataques terroristas más mortales de la historia de Europa, la capital del departamento de los Alpes-Marítimos se despierta de una pesadilla sucedida en la noche del 14 de julio, día nacional francés. Sin embargo, Niza es más que una ciudad que ha sufrido un grave atentado. El ciclismo mismo lo demuestra.

Niza es desde 1933 el final de una de las carreras más conocidas del panorama ciclista internacional: la París – Niza. Suspendida solamente entre 1940 y 1945, y entre 1947 y 1950, la carrera francesa fue ganada por primera vez por el belga Alphonse Schepers. Su último vencedor es el ingles Geraint Thomas (Team Sky), por delante de Alberto Contador (Tinkoff) y Richie Porte (BMC). Tres españoles han ganado la París – Niza: Miguel Indurain (1989 y 1990), Alberto Contador (2007 y 2011) y Luis León Sánchez (2010). El colombiano Carlos Betancur venció la edición de 2014.

Niza ha sido inicio o final de etapa del Tour de Francia desde 1947 en 12 ocasiones. En 1947 fue final de la décima etapa e inicio de la undécima, la cual finalizó en Marsella. En 1981, el prólogo y las dos primeras etapas en línea, empezaron y terminaron en Niza, además de ser la ciudad de salida de la cuarta etapa. La última vez que el Tour de Francia visitó la ciudad fue en 2013, con motivo de una contrarreloj por equipos de 25km disputada en la primera semana de carrera.

Niza es también historia del Giro de Italia. Hace 18 años, en la edición de 1998, fue el comienzo de la Corsa Rosa, con un prólogo dentro de la ciudad, vencido por el suizo Alex Zülle, y la salida de la primera etapa en línea, la cual terminó en Cuneo (Italia).

Niza es la cuna de muchísimos ciclistas. Desde Ferdinand Payan, corredor que disputó y terminó el primer Tour de Francia en 1903, hasta campeones del mundo de Mountain Bike como Nicolas Vuilloz o Fabien Barel.

Niza es casa de ciclistas. El considerado como uno de los equipos más potentes del ciclismo internacional, el británico Team Sky, tiene Niza como uno de sus lugares predilectos donde entrenar debido al clima mediterráneo, su posición geográfica y la abundancia de puertos de montaña. Muchos ciclistas amateurs disfrutan también de las ventajas que la ciudad ofrece.

En una ciudad anímicamente destrozada y un país sacudido de nuevo en menos de un año, cabe no olvidar aquello que los hace grandes. El ciclismo debe mucho a Niza.

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