Quién dijera la frase “las segundas partes nunca fueron buenas” quizás la dijo pensando en Chris Froome y su sufrimiento en las últimas etapas alpinas del Tour de Francia. A las puertas de esta zona montañesa con la que la ronda francesa dará carpetazo a su edición número 103, el escenario viene a ser el mismo que ya protagonizaron Chris Froome (Team Sky) y Nairo Quintana (Movistar Team) en 2013 y 2015.

Primera batalla, la del Tour de 2013

El Tour del 2013 venía con unos antecedentes similares a los de este año. Froome, Quintana y Alberto Contador (Tinkoff) mostraban su mejor forma en las carreras previas y llegaba a la Grande Boucle con el deseo de alzarse con el triunfo final. Para el británico y colombiano sería estrenarse, para el pinteño consolidarse como una leyenda del ciclismo.

Fue ese año cuando se vio la táctica de Chris Froome y su equipo. Dar un golpe de autoridad en los Pirineos, gracias a su tremenda calidad y a la de su equipo, e ir manteniendo su ventaja y resistir a la llegada de los Alpes, ya en la parte final de la carrera. Quintana se presentaba quinto en la clasificación general a más de cinco minutos del líder, que era perseguido por la revelación de ese año, Bauke Mollema (Belkin Pro Cycling Team), y Alberto Contador.

Nairo recuperó casi dos minutos sobre Froome en las etapas alpinas

Sin embargo, fueron llegando las etapas alpinas y la fuerza y control demostrado tanto por el equipo Sky como por su jefe de filas parecía venirse abajo al primer ataque del colombiano en las rampas del mítico Alpe D´Huez. El jersey amarillo se dejó más de un minuto con el colombiano, a quién ya empezaba a verlo como su principal amenaza, toda vez que Contador y Mollema se vieron totalmente superados por la hormiga de Boyacá.

En el Sky todos temblaban viendo la alegría con la que pedaleaba el maillot blanco de la carrera en la tercera semana. Nairo ganó la etapa en Le Semoz pero esta vez, Froome si supo sufrir y apenas se dejó medio minuto en la línea de meta, algo insignificante teniendo en cuenta la renta con la que llegaba a la penúltima etapa.

Así, en apenas dos etapas, el colombiano del Movistar enseñó al mundo cómo se ganaba al Sky y a su líder, que hasta entonces parecían intratables.

2015, todo sigue igual

Los tres tenores, Contador, Froome y Quintana, se mostraban como claros favoritos al triunfo final en la edición de 2015. El británico tenía marcado en su hoja de ruta la etapa con final en Pierre–Saint – Martin como la idónea para llevar a cabo su estrategia. Sus rivales, a pesar de conocer sus intenciones, nada pudieron hacer cuando el líder del equipo inglés puso en marcha la 'moto' y uno por uno se iban quedando atrás. Sólo le pudo seguir su ritmo un compañero de equipo, hoy en día rivales, el australiano Richie Porte. Una de las grandes exhibiciones de los últimos años.

Nairo Quintana perdía más de un minuto y el madrileño casi tres minutos. Escaso tiempo era para la fuerza que había mostrado el británico en la meta final. Y de ahí, a resguardar la ventaja, tratando de aumentarla cuando la carrera se lo ponía fácil. Froome sabía su debilidad en la tercera semana y no podía desaprovechar ninguna oportunidad.

Froome vio peligrar su triunfo en el Tour en Alpe d'Huez

Al igual que el inglés nacido en Kenia sabía de su debilidad, Quintana también la conocía. Por ello, no dudó en atacar en la primera etapa que tenía final en alto en los Alpes, La Toussuire–Les Sybelles, donde recortó algo menos de un minuto. Ahora sí, Froome se veía con la posibilidad de perder el amarillo que había cogido en aquella tremenda exhibición en Pierre–Saint–Martin y Quintana de cumplir el sueño que lleva persiguiendo desde 2013, cuando participó por primera vez en la ronda gala.

Si en 2013, Froome ya sintió cómo el colombiano le pasaba como una flecha en las primeras rampas del Alpe D´Huez, en este año, la historia se repetía y perdía más de un minuto respecto al líder del Movistar Team. Pero ahí quedaría la cosa.

2013 y 2015, dos luchas de titanes con idéntico resultado, ¿será 2016 el año del cambio?.