Después de tres semanas en las que el Tour de Francia ocupó la gran parte de la actualidad ciclista, el mundo del ciclismo internacional no se ha detenido, y sobre todo en España comienza a resurgir tras la conclusión de la ronda gala. En el País Vasco la Prueba Villafranca-Ordiziako Klasika hacía acto de presencia con ni más ni menos que 165,7 kilómetros por delante, con salida y llegada en la propia Ordizia. Para decidir la prueba, cuatro ascensos al Alto de Abaltsisketa, el último a cinco kilómetros de meta que con un descenso rápido permitiría certificar el triunfo, teniendo también antes dos pasos por el Alto de Altzo.

Como no podría ser de otra manera, los ataques estuvieron a la orden del día desde los primeros kilómetros, para que al final en la fuga del día terminaran entrando un total de nueve corredores en la que se encontraban Carlos Barbero (Caja Rural-Seguros RGA), José Herrada (Movistar), Chris Meier (Orica), Francesco Gavazzi (Androni), Thalmann (Team Roth), Ibai Salas (Burgos-BH), Mikel Iturria (Euskadi-Murias), Yeison Andres Chaparro (Boyaca) y Yecid Arturo Sierra (Manzana Postobón), llegando a contar con alrededor de cinco minutos de ventaja, una renta que a priori no les permitía soñar con llevarse el triunfo de etapa al tener más de cien kilómetros por delante para el desenlace.

Los nueve integrantes de la escapada del día conseguían abrir camino aguantando la diferencia con respecto al pelotón, hasta contar con un minuto de adelanto a menos de cincuenta kilómetros para la finalización de la clásica. El empuje que se producía en el grupo mayoritario, y la velocidad a la que rodaban los escapados, provocaba que los primeros cortes se producieran, quedando tan solo en cabeza de carrera José Herrada y Francesco Gavazzi, entrando en los últimos quince kilómetros de la carrera siendo reducidos por el empuje en el pelotón de tres equipos: Caja Rural-Seguros RGA, ORICA-BikeExchange y Delko Marseille Provence KTM.

Yates se exhibe en un ataque final espectacular

Tal y como se podría haber previsto al comienzo de la prueba, la carrera se tendría que decidir en el Alto de Abaltzisketa a tan solo cinco kilómetros de la línea de meta, teniendo por delante una ascensión que una vez se coronara el puerto dejaría a los ciclistas con un descenso hasta el término de la carrera. El trabajo del ORICA-BikeExchange tendría que ser refrendado por los grandes corredores de la escuadra, siendo Simon Yates el encargado de lanzar un potente ataque ante el que nada podían hacer sus rivales para responder, uniéndose en su persecución Javi Moreno y Ángel Madrazo. Al final, Simon Yates se adjudicaba la 93 edición de la Prueba Villafranca-Ordiziako Klasika con 34 segundos de ventaja sobre un grupo encabezado por Ángel Madrazo, Alexander Vdovin, Javi Moreno y David Belda.

Clasificaciones tras la prueba