Tras la desilusión de Mara Abbott en la prueba en línea donde se quedó a escasos metros de llevarse el oro que fue a parar a manos de Anne Van der Breggen, la delegación estadounidenses se agarra a las opciones de la veterana de 42 años Kristin Armstrong para obtener el oro en la prueba contrarreloj. La norteamericana, oro en Londres y Pekín, buscaba entrar en la historia olímpica para colgarse su tercer oro consecutivo y no ha fallado adelantando su regalo de cumpleaños, pues cumple 43 al día siguiente.
La lluvia condiciona la carrera
Con inicio y final en Pontal, la contrarreloj de 29, 7 kilómetros se iba a producir bajo unas condiciones atmosféricas adversas, con lluvia, frío y viento. Los ascensos y sobre todo los descensos de Grumari y Grota Funda iban a ser determinantes en la resolución de la crono olímpica.
Armstrong sabedora de que podrían ser sus últimos Juegos Olimpicos afrontó los primeros kilómetros con mucha fuerza y marcando el mejor tiempo en el kilómetro 10, aventajando en cinco segundos a Elisa Longo (Italia) y en siete a Anna Van der Breggen (Holanda), la cual era una seria amenaza.
Zabelinskaya apunta al oro
Sin embargo, todo cambió en el segundo puerto donde Olga Zabaleinskaya (Rusia) ascendió de forma magistral para colocarse en primera posición de la contrarreloj y solo quedaba el descenso y siete kilómetros de terreno llano. Armstrong cedía dos segundos, Longo seis y Van der Breggen dieciséis. La rusa había recortado 25 segundos a Armstrong en menos de diez kilómetros. Las medallas se iban a decidir en muy poco segundos.
En línea de meta Zabelinskaya ,a punto de doblar a Evelyn Stevens (Estados Unidos), paraba el reloj con un tiempo de 44:31. Longo, que fue de mas a menos, cedió en meta 20 segundos sobre la rusa y se alejaba de los metales. Van der Brregen tampoco podía con el registro de Zabelinskaya pues hizo un tiempo superior en cinco segundos. La rusa acariciaba la medalla de oro, pero quedaba Armstrong y sus ansias de llevarse el tercer oro consecutivo le valieron para batir el tiempo de la rusa por tan solo seis segundos.
La americana igualaba así los tres oros olímpicos de Leontien van Moorsel, obtenidas en Sydney en el año 2000, entrando así en el olimpo del ciclismo olímpico.