Los indios del salvaje oeste regresan a la gran pantalla
Fotograma de la película (Foto sin efecto: cinedor.es).

Los creadores de la exitosa saga Piratas del Caribe han vuelto a unir sus manos en otra superproducción que promete ser uno de los éxitos del verano. Además, entre las cosas que destacan de este western nos encontramos con la enigmática presencia de Johnny Depp, actor casi fetiche de Verbinski, que vuelve a entregar otra interpretación realmente diseñada a su medida.

El llanero solitario es una historia de indios, amor, justicia y venganza. En ella tenemos al nuevo ranger de un pequeño pueblo de Texas, que ha regresado a su ciudad de origen para ejercer su trabajo y poder reencontrarse con su hermano, casado ahora con la que fue su único y verdadero amor y de cuya unión ha surgido un niño.

En el pueblo se está llevando a cabo la construcción de un ferrocarril, lo cual supone la destrucción de gran parte del territorio indio. Sin embargo, para evitar una guerra se han realizado una serie de acuerdos para respetarse los unos al otros. El problema empieza cuando unos forajidos comienzan a aterrorizar al pueblo entero. Es entonces, cuando el ranger protagonista junto con su hermano se embarca en una misión en la que peligrará su propia vida y de la que saldrá convertido en un justiciero, en un llanero solitario que cabalgará por el desierto acompañado de otro indio que también lleva años buscando justicia.

Acción y entretenimiento asegurado

Cuando uno va a ver una película de estas características, tiene muy claro aquello con lo que se va a encontrar y que le servirá para no ser demasiado exigente con la cinta en cuestión: disparos, explosiones y acción de taquicardia. No hace falta pedirle más a las superproducciones de Jerry Bruckheimer porque cumplen con su cometido mínimo, que no es otro más que entretener al máximo a su audiencia y hacerles pasar un buen rato.

El llanero solitario no es ninguna excepción a esta regla y con ella sucede exactamente lo mismo. Aquí tenemos acción frenética, asaltos a trenes, persecuciones imposibles, saltos de vértigo y muchísima acción. La cinta comienza muy bien, y el ritmo se mantiene hasta la mitad de la película donde decae un poco hasta hacer llegar cierta sensación de sopor. Por suerte esto tampoco dura mucho, y enseguida Verbinski vuelve a demostrar porque es un genio con las producciones veraniegas. Volvemos a ver más acción, mas dinamita y mas puñetazos hasta llegar a su apoteósico clímax, al cual llega el espectador literalmente exhausto y sin aliento por todo lo que ha visto en sus últimos veinticinco minutos que son, sin duda, lo mejor de toda la película.

Quizás la única decepción sea Johnny Depp, demasiado encasillado en este tipo de papeles hasta el punto de que en esta ocasión carece de novedad y frescura. Un indio algo torpe y tonto, pero que se queda lejos de su magnífico Jack Sparrow de Piratas del Caribe, personaje al que sin ninguna duda han intentado emular para meterse en el bolsillo a sus numerosos incondicionales.

Al final El llanero solitario  es una película trepidante, que hace que sus dos horas y media de duración pasen volando y, lo más importante, consigue entretener de principio a fin. No es una obra maestra, ni pasará a la historia del cine, pero en esta época del año en la que apetece ir al cine y distraerse del sofocante calor veraniego, El llanero solitario es la mejor opción y la película que más ofrece a cambio del precio de una entrada de cine. Muy entretenida.

VAVEL Logo