VAVEL en Corto: Los mejores cortometrajes de 2013
Selección de los mejores cortometrajes del 2013 (Montaje: Elena Mora Navas)

Son muchas las películas cortas que nacen a lo largo de un año y, probablemente, conforme pasa el tiempo, mayor sea el número de éstas. Los festivales de cine son los encargados de otorgar a las cintas la etiqueta de buenos o no. Sin duda alguna, son muchos los trabajos que, fuera de esta selección, carecen de reconocimiento y no por ello significa que no sean auténticas obras maestras. Desde ‘VAVEL en Corto’ ofrecemos una pequeña selección que, banalmente, intenta aglutinar los mejores trabajos del año, aunque sabemos que no están todos:

Animación

Los Oscar ya recomendaban Paperman, título de un cortometraje que ya habíamos visto en la sección. Lo cierto es que la historia, marcada con el sello indudable de Disney, es indiscutiblemente buena. Sin embargo, los Premios Goya nos traían un cortometraje que, aunque recuerda vagamente a El hombre orquesta, nos regala una original historia que, a pesar de mágica y animada, nos recuerda que en la vida las pequeñas no se valoran y que la ilusión se mantiene a pesar de todo. Un cortometraje de esos que sirven para toda la familia: El vendedor de humo, de Jaime Maestro.

Drama

También los Goya seleccionaban Aquel no era yo como mejor cortometraje de ficción. Dirigido por Esteban Crespo, la película se desarrolla en el continente africano con unos protagonistas muy particulares y especiales: una mujer española y un niño soldado. En sí, la cinta busca la denuncia ante ésta realidad social tan actual (los niños soldado participan en más de una veintena de países).

“Ser un soldado no es difícil: o te acostumbras o te matan. Lo más duro es conseguir vivir con tus recuerdos y volver a ser tú mismo después de hacer lo que has hecho”.

De ficción y de los Oscar también destaca Curfew, de Shawn Christensen – a quien pertenece, además de la dirección, el guión. Richie quiere acabar con su vida. Su hermana quiere que le haga un favor. Tiene que cuidar de Sofía. Su repelente y sabelotodo sobrina. Sin duda, un trabajo de esos que te dejan con la boca abierta, sin saber qué decir. Sensible, humana y maravillosa.

Social

Luisa no está en casa, de Celia Rico Clavellino refleja la realidad social de miles de mujeres mayores de nuestra España, por no irnos muy lejos. A nuestra protagonista se le ha roto la lavadora. Este incidente, le hará romper con su rutina diaria, cotidiana y sumisa. Un cortometraje que ha tenido reconocimiento en más de una decena de festivales nacionales.

Por otro lado, la XI edición de Jameson Notodofilmfest, nos reseñaba cantidad de películas cortas de una calidad inmejorable. Historias, personajes, realidades y guiones tan originales como que el que nos trae Manuela Moreno en Pipas. Un guiño a la comedia que había sido preseleccionado también para los Premios Goya.

Terror

Sergio Sánchez da un giro al típico y sobreexplotado mundo de los ‘no muertos’ con Tanatría, un título brillante y original que da nombre a una historia lenta pero distinta. Fran Millan protagoniza a un médico en su primera noche de guardia, así que el escenario hospitalario se convierte en el mejor aliado de la narración. El trabajo, además, cuenta con varias menciones en festivales y ciclos del género.

Romántico

El amor es el género por excelencia de todo arte. En el cortometraje no es menos. Ya si eso mañana, de la mano de Yolanda Román, nos muestra la cara más tediosa, triste y resignada del género. Tres minutos donde nuestra protagonista debate o no sobre si irse de casa y abandonar a su pareja. Una historia cercana y real con la que identificarse.

En contraposición, Hay dos clases de personas, de Eva Moreno y Juan Carlos Vellido, nos muestra todas las caras del amor. Desde la tierna, la infantil, la pasional hasta la más desgastada. Miguel Ángel Muñoz y Manuela Velles protagonizan estos tres minutos que terminan con el final de un guión magnífico y abierto al público.

Son muchos los cortometrajes que se nos escapan de las manos, son muchas pequeñas y breves joyas que nos ayudan a dedicarle el tiempo más mínimo al séptimo arte.

Tú, ¿con cuál te quedas?

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