Ahora sí que sí, definitivamente Matthew McConaughey es el hombre de moda en Hollywood. El actor ha conseguido relanzar su carrera y alzarse con su primer Oscar. Lejos quedan, por tanto, aquellos años en los que la comedia romántica constituía la filmografía del tejano. Dallas Buyers Club es el broche de oro a esta metamorfosis tan particular del actor. Inspirada en hechos reales, cuenta la historia de Ron Woodroof (Matthew McConaughey), un toxicómano y homófobo mujeriego al que le diagnostican SIDA. Tras informarle de que tan solo le dan treinta días vida, el mundo tal y como él lo conoce dará un vuelco.
Una película que muestra el amor por la vida y la capacidad del personaje protagonista para aferrarse a ella y combatir contra la enfermedad. Lejos de convertirse en el melodrama que podría aparentar ser, Jean-Marc Vallé sabe dirigir la película hacia otras cuestiones. La trama gira principalmente en la lucha del individuo contra la FDA (Food and Drug Administration) y la industria farmacéutica, camuflando cautelosas críticas hacia la sociedad y el sistema americano. Queda patente en la historia una feroz crítica al sistema sanitario estadounidense, prescindiendo de cualquier método que pudiese condicionar la opinión del espectador, y cediendo un cierto margen a la reflexión personal.
McConaughey realiza una inmejorable interpretación, sabe lidiar con un papel complicado y consigue empatizar con el espectador. Tal vez estemos ante el estereotipo del Robin Hood moderno, que logra dignificar la vida, tanto propia como ajena. Rebosante de carisma, conecta a la perfección con un reparto francamente bueno. Algo más de 20 kilos tuvo que adelgazar el actor, que paradójicamente le han hecho más visible a ojos de la Academia. Ganador en los Globos de Oro, los Critics Choice Awards y los premios del Sindicato de actores. Todo esto no hacía más que anunciar una verdad a voces, y es que Matthew, con permiso de Leonardo DiCaprio, es digno merecedor del Oscar a mejor actor protagonista.
Por otro lado, encontramos a un irreconocible Jared Leto escondido bajo la ropa y apariencia de una mujer. En esta ocasión da vida a Rayon, un transexual enfermo de SIDA. Un papel esencial de la historia, que cobra más importancia a medida que avanza ésta. Otra interpretación digna de Oscar y que, al igual que a McConaughey, otorga al actor su primer premio de la Academia. Jennifer Garner completa el reparto principal. La experimentada actriz otorga en los momentos más adecuados el drama suficiente y necesario para hechizar al espectador y atraparle en la escena. Durante el transcurso del film se aprecia la intensa batalla moral a la que se ve sometida la doctora, interpretada por la actriz americana.
En último lugar, destacar la labor del canadiense Jean-Marc Vallé, director del film y exponente del cine independiente americano. El cineasta consigue una sutileza dramática admirable, ofreciendo algo más que la simple adaptación cinematográfica de una historia real.
