El punto de vista, el objetivo y el tono
Fuente: Bachilleratocinéfilo

Desde el primer instante en el que una película empieza a construirse, el punto de vista, el objetivo y el tono se vuelven los pilares fundamentales de un buen guión cinematográfico. Basándonos en una historia con unos personajes determinados, el dramaturgo o guionista debe centrarse en tres características para darle firmeza a su historia.

El primero es el punto de vista. No es necesario que el punto de vista se base en la figura del personaje protagonista, pero sí es importante para comprender la historia y facilitar al espectador el viaje durante el film. Varias película pecan de no tener un punto de vista (POV en inglés) claro o de querer abarcar demasiado. Aún así, cabe decir, hay películas en las que el POV va variando a lo largo del metraje. Lo importante de esta característica no es que exista únicamente un POV, es que éste sea claro dentro de su discurso. Un punto de vista claro es el que encontramos en el filme Reservoir dogs (Ídem, 1992). En la famosa película de Tarantino el punto de vista se ubica en el lado de los ladrones que han sido emboscados en medio de un trabajo. La historia se ve desde su problemática y su drama. En ningún momento se trata la historia, por ejemplo, desde el punto de vista de la policía implicada en el asalto.

Fotograma de Reservoir Dogs (Ídem, 1992) de Quentin Tarantino.

El segundo es el objetivo de la historia. Dentro de la misma historia se debe decidir qué temática o situación se abarcará en la película. Si se habla, como pasa en el filme El hijo del Otro (Le fils de l'autre, 2012), de la confusión de una enfermera al entregar los bebés a sus madres en el momento de nacer, se debe especificar hacia dónde va a navegar la película: se va a centrar en la esfera sentimental de no ser hijo de una familia de la que siempre has creído formar parte o se va a centrar en una esfera más político-religiosa en la que el personaje va a ver como todo su sistema de creencia se derrumba? Es muy importante definir un objetivo claro para que el filme no se quede en el limbo y solo reproduzca pequeños fragmentos de cada uno de estos universos.

Para finalizar, el tono acaba de dar forma a toda la narrativa. Aunque puede parecer que el tono del filme viene determinado por el realizador, se tiene que dejar constancia en el guión literario, mediante la escritura, el tono de la historia. Ésta se puede tratar de una forma realista, histriónica, pausada, melancólica, fría… Es importante definir bien el tono para que no se den saltos extremos que hagan que el espectador se confunda. Un caso claro de tono perfectamente calculado es el de la película La Vida es Bella (La vita è bella, 1997) en la que se trata el tema del nazismo de forma pintoresca y realista bajo un tono cómico. En esta película el tono recae directamente sobre el guión cinematográfico ya que no se potencia a nivel visual como ocurre en otros filmes como Amelie (Le fabuleux destin d'Amélie Poulain, 2001) o Enter the Void (Soudain le vide, 2009).

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