Críticas de Cine: Guardianes de la Galaxia
Foto: FilmAffinity

Para mi gusto, una de las mayores alabanzas que puede decirse de una película, es que es ochentera. Y si hay algo que nos transmite Guardianes de la galaxia, es un aire a aventura de los ochenta. Aquellas aventuras que veíamos, ya fuese en cine o VHS, cuando éramos críos, y nos sumergían en situaciones y mundos fantásticos y trepidantes.

Tras un comienzo triste y emotivo (inusual en las películas de Marvel), el film nos muestra al saqueador Peter Quill, intentando robar en unas ruinas, por encargo, una misteriosa esfera. La puesta en escena me retrotrajo inmediatamente al comienzo de Indiana Jones en busca del Arca perdida. Si bien no puede decirse que sea un calco, las similitudes son evidentes, y por lo que se lee sobre la película en internet, no es una casualidad, sino un homenaje.

Pero el momento pierde enseguida cualquier atisbo de seriedad cuando el protagonista enciende su walkman, y se pone…a bailar! Aquí deja claro inmediatamente el director James Gunn que, si hay algo que va a caracterizar su cinta durante los 118 minutos que dura, es que está repleta de humor, mucho humor.

El mencionado Quill (Chris Pratt), conocerá a la mortífera Gamora (Zoe Saldana), a un hombre con sed de venganza como Drax el destructor (Dave Bautista), a un mapache cazarrecompensas armado hasta los dientes llamado Rocket (Bradley Cooper) y a Groot (Vin Diesel), guardasespaldas de éste último, humanoide con forma de árbol, y que algunos ya condiseran el Chewbacca del siglo XXI. Juntos, deberán salvar la galaxia de Ronan, villano que ambiciona destruir planetas enteros.

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La película realmente funciona, como ha demostrado su espectacular recaudación en taquilla. Es vertiginosa y muy entretenida. Situaciones hilarantes, personajes alocados, acción, buenos efectos especiales…todo ello con un espíritu canalla y un desenfado que la convierten en un producto fresco y atractivo.

Es un blockbuster donde casi todo vale, y se invita al público a pasarlo bien y reír. Una Space Opera ingeniosa, que muchos disfrutarán como si fueran de nuevo unos chavales. Además, se hace un curioso uso de la banda sonora, pues se rescatan éxitos de los 70 y 80, que contra todo pronóstico quedan bastante bien en el ambiente de ciencia-ficción.

Pero no todo es (ni puede ser nunca) positivo. El argumento es pobre, aunque es cierto que no pretende en ningún momento ser pretencioso, ni lo necesita. El villano resulta muy poco aprovechado, y ni se explica ni se profundiza en el trasfondo, ni en el universo en el que se desarrollan los acontecimientos. Hay momentos, sobre todo al principio, donde se busca demasiado la risa fácil, y forzada. Y no se presenta nada novedoso, aunque el riesgo a la hora de realizar el film debió ser el hecho de que pocos conocían la historia de este cómic, sus protagonistas, y al actor principal.

El clímax de la parte final probablemente sea de los mejor llevados en todas las películas Marvel estrenadas hasta la fecha. Con su momento entrañable y no apto para sensibles incluído (Todos somos Groot).

En definitiva, la mejor película de este estilo hasta la fecha, junto con Los Vengadores. Parece que en 2017 habrá secuela y podremos ver de nuevo otra aventura de Star Lord y compañía.

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