Siete películas para comérselas
Fotograma del filme "Canela", donde se realza la comida tradicional mexicana. (Foto (sin efecto): servialimentos).

“Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador.” Federico Fellini

En el Día Mundial de la Alimentacion, qué mejor que repasar algunos de los títulos más apetecibles de la filmografía. Ojo, avisamos que, pese a que muchos de ellos aumentan considerablemente el apetito y la gula del espectador, otros pueden producir el efecto contrario. ¿Cuál es tu favorita? ¿Nos recomiendas alguna otra?

Charlie y la fábrica de chocolate (Tim Burton, 2005)

Odiado por muchos pero venerado por la mayoría, el chocolate es un placer culpable del que a veces hay que privarse. Sin embargo, no hace daño observar la infinidad de dulces con los que Tim Burton seducía en Charlie y la fábrica de chocolate (2005), segunda adaptación cinematográfica del clásico de Roald Dahl.

Johnny Depp sustituyó a Gene Wilder como Willy Wonka, el dueño de una asombrosa fábrica de dulces que Burton materializó basándose en luminosos colores, originales pasillos y exuberantes habitaciones. En esta película, el señor Wonka organiza una exclusiva visita a su propiedad de ensueño introduciendo cinco billetes dorados en cinco chocolatinas aleatorias y, los niños afortunados que se hagan con ellas, podrán recorrer la fábrica acompañados de él como guía y del adulto que escojan. De entre todos ellos destaca Charlie, el protagonista, interpretado por un entrañable Freddie Highmore, quien se diferencia de sus compañeros en la humildad que comparte con su pobre familia.

Con divertidos números musicales y extravagantes personajes, Burton trasmitió los valores que Dahl integró en su novela infantil, haciendo de la historia de Charlie una delicia para el sentido de la vista y dejando a los espectadores deseosos de probar todas las golosinas que Wonka crea en su fábrica.

Earthlings (Shaun Monson, 2005)

Earthlings es un documental ganador de varios premios, producido y dirigido por Shaun Monson y coproducido por Persia White. Joaquín Phoenix narra este filme junto a la música también activista por los derechos de los animales Moby.

Earthlings relata cómo los humanos, tratados a la vez como "animales", utilizan actualmente a los animales de otras especies. Para ello se utilizan cámaras ocultas e imágenes del día a día de las prácticas de algunas de las más grandes industrias del mundo que se enriquecen con los animales. El documental está dividido en cinco partes: mascotas, alimentación, pieles, entretenimiento y experimentación. La finalidad del documental es la denuncia de las actividades especistas violenteas y crueles a las cuales la mayoría de la población está habituada y cuyo tipo de discriminación se ha normalizado hasta la fecha.

En definitiva, el documental habla sobre el respeto hacia los animales no humanos y los derechos de éstos. El punto clave, plenamente moral, se basa en que la alimentación humana puede estar completamente libre de sufrimiento y muerte de animales cuya única culpa fue nacer "no humano".

La gran comilona (Marco Ferreri, 1973)

Cuatro personas se reúnen en una casa para suicidarse. El método: comer sin tregua hasta morir. Pronto, a la gula se suma la lujuria, y entre festín y festín Marco Ferreri filmó en 1973 una comedia amada por algunos, odiada por otros muchos.

Protagonizada por Philippe Noiret, Michel Piccoli, Ugo Tognazzi y Marcello Mastroianni, esta cinta francesa se llevó en su tiempo el Premio FIPRESCI del Festival de Cannes. Jamón, caviar, queso y sexo salvaje, nada falta en la mesa de estos comensales que satirizan  a través de sus actos la sociedad del consumo, los excesos de la raza humana, muy particularmente la burguesía, y la alimentación como vía de escape en los conflictos cotidianos.

Pese a que la comida está muy presente a lo largo de todo el metraje, nos tememos que esta orgía culinaria no os levantará el apetito en absoluto.

LLuvia de albóndigas (Philip Lord, 2009)

¿Quién no ha soñado alguna vez con que llueva comida? Basada en el libro homónimo de la escritora Judi Berrett, Lluvia de Albóndigas hace realidad el sueño de más de uno de nosotros.

En esta película de animación de la productora Sony Pictures conoceremos al no poco excéntrico científico Flint, cuyo mayor sueño será crear un invento que mejore la vida de todos sus vecinos. Tras numerosos intentos fallidos Flint conseguirá crear algo realmente útil: una máquina que hará que la comida caiga del cielo.

Nominada al Globo de Oro por Mejor Película de Animación en 2009, así como nominada en los Critics Choice y los Annie (en los que consiguió 4 nominaciones) Lluvia de Albóndigas reflexiona sobre la obesidad, la comida basura y los residuos de las sociedades modernas sin perder un ápice de su originalidad y encanto, convirtiéndose en una adaptación más que fidedigna de este clásico infantil.

Tomates verdes fritos (Jon Avnet, 1991)

La comida es una importante vía de escape para Evelyn, el personaje de Kathy Bates en Tomates verdes fritos (1991), un melodrama que estuvo nominado a dos premios Oscar (mejor actriz de reparto por Jessica Tandy y mejor guion adaptado, ya que está basada en la novela homónima de Fannie Flagg) y a tres Globos de Oro.

Tandy, fallecida en 1994, interpretó en esta película a Ninny, una anciana que habita en un asilo, con quien Evelyn inicia una bonita amistad. Esta consigue evadirse del drama que vive en su casa, ocasionado por la pasividad de su marido, a través de las historias que Ninny le cuenta acerca de dos mujeres de Whistle Stop, Alabama en los años 20. Es ahí cuando aparece la receta que da nombre al largometraje: los tomates verdes fritos son la especialidad de la cafetería que ambas abren en su pequeño pueblo, la cual gana bastante fama por su barbacoa.

No es esa la única referencia a la gastronomía que encierra la cinta. El director utilizó una pelea de comida entre las dos mujeres para simbolizar una relación lésbica que existía en el libro pero que no se incluyó como tal en la película. Además, esta contiene una escena relacionada con el canibalismo, una anécdota que resulta inolvidable para todos aquellos a los que encandiló.

Ratatouille (Brad Bird, 2007)

De todos es bien sabido la calidad gastronómica que se gastan nuestros vecinos franceses. Dentro de una de las cocinas más imitadas y variadas del mundo destaca la parisina. París no solo es un maravilloso lugar para enamorarse por el oído o la vista, también nos invita a hacerlo a través del estómago.

Desde los fogonos de uno de sus restaurantes más solicitados de París, el cineasta Brad Bird nos hace cómplices del sueño de Remy, una simpática rata que anhela convertirse en chef. Su destino se cruzará con el de Alfredo Lingüini, un joven y patoso aprendiz que, gracias a la ayuda de su pequeño amigo, se convertirá en la sensación de la cocina.

Ganadora del Oscar a la Mejor Película de Animación en 2007, Ratatouille no solo toma prestado para su título el nombre de una especialidad regional francesa, también es capaz de utilizar en buena proporción los ingredientes de la gastronomía más universal para cocinar a fuego lento y con agradable aroma una historia donde el amor por la comida es igual de intenso que la pasión, la lealtad y la lucha por los sueños. Aunque ya lo avisaba Gusteau en su libro, cualquiera puede cocinar, nos tememos que en esta ocasión solo Pixar podría haber lograr un plato tan redondo.

Como agua para chocolate (Alfonso Arau, 1992)

Y si la comida tiene que ser protagonista en el día de hoy, no podemos olvidarnos de la película mexicana Como agua para chocolate, basada en el libro homónimo de Laura Esquivel que consiguió etiquetarse como el libro más vendido de los últimos 20 años. 

El film, raro donde los haya, se hizo con muchos premios y fue la octava película extranjera más taquillera de los Estados Unidos. Es la historia de un amor imposible en tiempos de la Revolución. Tita y Pedro no pueden estar juntos porque ella, siendo la hija menor, está condenada a cuidar a su madre de por vida siguiendo la tradición familiar.

La gastronomía será la metáfora de los estados de ánimo de Tita pues, cuando está enamorada y feliz, la comida que ella cocina provoca un efecto maravilloso en los que la catan, haciéndoles disfrutar del sentimiento que su alma reflejaba cuando la preparaba; pero, por lo contrario, cuando se siente triste y apagada, la comida duele y hace que todos sufran con ella.

Ir a cenar a un restaurante, tomar un dulce o comer tu plato favorito son ilusiones rutinarias que nos hacen estar de mejor ánimo porque no cabe duda de que la comida juega el papel principal, no solo en las películas, sino también en nuestra vida y, en un día como hoy, apetece recordarlo.

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