La capacidad de entrar en los sueños de una persona para poder modificar su personalidad. Sobre esta idea desarrolló Nolan Origen, una película en la que Dom Cobb y su equipo debían introducirse en la mente de una persona para implantar una idea.
La película en seguida se convirtió en un éxito tanto para crítica como para público, destacando su complejo argumento y la forma de presentar el mundo de los sueños en la gran pantalla. Sin embargo, Christopher Nolan no fue el primero en llevar a la gran pantalla el mundo onírico. En 2006, en Japón, Satoshi Kon estrenaba Paprika, una cinta de animación que guarda ciertas similitudes con Origen.
En esta ocasión nos encontramos con un grupo de científicos, liderados por Atsuko Chiba, que han desarrollado el mini DC, un artilugio que posiblita entrar en los sueños de quien lo utiliza, lo que permite realizar un diagnóstico más certero de los problemas del paciente. El problema surge cuando ese dispositivo es robado y comienza a ser utilizado con fines poco éticos.
Así, tanto Origen como Paprika tienen un planteamiento similar, aunque desarrollo diferente. Sin embargo, las dos vuelven a confluir una vez más en su punto álgido, cuando el mundo de los sueños cobre mayor protagonismo, dando a lugar a situaciones que escapan a toda lógica.
Las ventajas que ofrece la animación y el imaginario japonés hacen que este momento sea mucho espectacular en Paprika, donde vemos como todo tipo de criaturas invaden las calles de la ciudad, mientras la protagonista debe hacer todo lo posible por capturar al ladrón, alguien que quiere borrar los límites entre sueño y realidad.
Los protagonistas también son bastante similares, al menos en el plano psicológico. Tanto Dom Cobb como Paprika desarrollan su trabajo con una aparente normalidad, sin embargo en ambos arrastran serios problemas que les impedirán completar sus respectivas misiones.
En el caso del personaje de DiCaprio, está la muerte de su esposa, quien contínuamente invade sus sueños, lo que ha provocado que necesite buscar a otro arquitecto (Ariadna, Ellen Page) para que diseñe los mundos en los que desarrollar los sueños de su víctimas, para evitar que el recuerdo de su mujer pueda infiltrarse. Por su parte, Paprika se debate entre su yo real (Chiba) y su yo onírico.
A pesar de todo esto, Nolan nunca ha reconocido a la obra de Kon como una de sus influencias a la hora de crear Origen. Lo más cerca que ha estado de hacerlo, fue al admitir que el personaje de Ariadna estaba inspirado, levemente, en el de Paprika.
Podría estar en lo cierto. En el cine hay infinidad de títulos que, de una forma u otra, tratan el tema de los sueños y su relación con el soñador o con su mundo, como Desafío Total (Paul Verhoeven, 1990) o la saga de Pesadillas en Elm Street. En cualquier de estas podría haberse inspirado el director británico, aunque también podría haber recurrido a psicólogos como Sigmund Freud y sus interpretaciones de los sueños como una explicación del subconsciente del paciente, sin embargo esto parece más cercano al argumento de Paprika.
De cualquier forma, ambas películas merecen un espacio destacado dentro de la historia del séptimo arte. Sin embargo y como siempre ocurre, el cine hollywoodiense genera más atención, provocando que, en el mejor de los casos, Paprika se quede relegada a 'la película que inspiró Origen'.
