Oscar Isaac: carrera corta, pero intensa
Oscar Isaac interpretando a Llewyn Davis en 'Inside Llewyn Davis'. Foto: huffingtonpost.com

Oscar Isaac es de esos actores a los que nunca te acostumbras. Su carrera cinematográfica consta de trece años pero, desde su primera película, All About The Benjamins, ha sabido conquistar la atención del espectador, con elegancia y precisión. Se antoja breve, lo exiguo de su trayectoria en la gran pantalla, sin embargo, sus papeles han llevado matices suficientemente brillantes como para que el intérprete haya podido deslumbrar en cada trabajo. Resulta llamativo su fama de co-protagonista en la totalidad de las cintas, exceptuando su enorme actuación en Inside Llewyn Davis, cuando observamos que, una tras otra, se alza con el protagonismo absoluto, dejando a sus compañeros en un segundo plano. Después de superar la veintena de largometrajes, su fama está empezando a extenderse, más allá del cine de autor. X-Men: Apocalypse y Star Wars, Episode VII: The Force Awakens, su futuro más lustroso.

Graduado en Juilliard (2005), una de las mejores escuelas de arte, a nivel mundial, comenzó su carrera en 2002, de la mano de Kevin Bray, encarnando a Francesco, en All About The Benjamins. Por entonces, Isaac alcanzaba los 23 años como cantante de su banda, The Blinking Underdogs, y sin aspirar a ninguna oportunidad, fuera de las tablas del teatro. Compartiendo elenco con Ice Cube o Mike Epps, vislumbraba un haz de lo que estaba por llegar. Seriedad, trabajo y una expresión que traspasa retinas y conciencias. Isaac estaba preparado para dar el salto a lo que iba a ser una carrera dura e intensa. Tras el experimento de Kevin Bray, Isaac inició su particular escalada teatral con su Proteus, en Two Gentlemen Of Verona. El talento que destilaba, en cada secuencia, llamó a la puerta del negocio hollywoodiense, y no tardó en ver su agenda repleta de rodajes.

En 2006, prosiguió con su carrera teatral, interpretando a Federico García Lorca, en Beauty Of The Father. De la mano, llegaron proyectos desde el séptimo arte. Pu-239 y The Nativity Story encendieron la mecha. Concretamente esta última, donde el intérprete culminó una soberbia actuación encarnando a José de Nazaret, en lo que iba a ser el papel que le abriese las puertas, definitivamente, hacia el nuevo mundo celuloide. Durante los siguientes tres años, continuó alternando su puesta en escena delante de las cámaras, con sus actuaciones sobre los tabloides, hasta que, en 2009, Alejandro Amenábar le propuso ser Orestes, en su Ágora. A pesar de contar con un co-protagonismo relativo (pocas secuencias, aunque bastante texto), se encargó de quedar por encima de sus homólogos, matiz remarcable en cada una de sus películas.

Oscar Isaac interpretandoa José de Nazaret, en The Nativity Story. Foto: empireonline.com

El punto de inflexión estaba alcanzado, sólo quedaba seguir explotando el potencial de un actor que, en cualquier secuencia que se precie, da todo lo que tiene. Y eso es algo que no todos los intérpretes aportan. Trabajo y talento se aunaron en Isaac desde el primer momento. Conoce la manera de embaucar al espectador, de que conozcamos cada detalle de su personaje, y nos identifiquemos, en la medida de lo posible, con lo que transmite en cada frase, en cada mirada. Tras su éxito, como secundario, en Ágora, el actor guatemalteco se puso a las órdenes de Robert Conolly, en el rodaje de Balibo. Interpretando a José Ramos-Horta, desenvolvió su particular tarro de esencias como protagonista, demostrando que la presión de llevar el peso de un film, no va con él. Una actuación que bien le valió el AACTA Award como mejor actor de reparto, y la nominación del Film Critics Circle of Australia, como mejor actor de reparto.

Junto a Rachel Weisz, en Ágora. Foto: empireonline.com

Entre 2010 y 2012, participó en un total de nueve cintas. Un dato sorprendente, dada la cantidad de rodajes. Sin embargo, en ocho de las nueve, conformó un papel secundario, con pocas frases y algo más de secuencia. El modelo se estaba inviertiendo, pero Isaac permanecía en ese estatus de todoterreno, adaptándose a los papeles importantes, a los menos importantes, pero siempre fiel a su estilo expresivo y contundente. Pudimos verle, como Juan I de Inglaterra, en Robin Hood (protagonizada por Russell Crowe), como Standard Gabriel, en Drive (protagonizada por Ryan Gosling) o como Victoriano "El Catorce" Ramírez, en Cristiada (protagonizada por Andy García). La senda secundaria volvía a ponerse en su camino, papeles de baja importancia, dentro de films relativamente interesantes.

2013 fue la fecha de sus consecución como actor total. Olvidado de los tabloides, desde 2011, Isaac dedicó todo su talento al séptimo arte. La oportunidad, gracias a los hermanos Cohen. Inside Llewyn Davis actuó de escaparate, otorgándole absoluto protagonismo. Actualmente, podemos afirmar que ha sido uno de los mejores papeles de su carrera, si no el mejor. La encarnación de Llewyn Davis estaba hecha a medida. Un personaje de evolución constante, paulatina y con numerosos matices íntimos. Es decir, él mismo y su carrera interpretativa, dentro de una película de los Cohen. Talento puro en cada acción. Las nominaciones como mejor actor llovieron plácidamente. Globo de Oro, Independent Spirit Award, Gotham Award, aunque no alcanzó la cima absoluta, perfiló sus credenciales para futuros asaltos a los mejores premios norteamericanos. Aunque los jurados profesionales no le galardonaron, la crítica social sí estuvo acertada, nombrándole ganador del Film Critics Society Award. Un bálsamo para su enorme trabajo.

Como Llewyn Davis en uno de sus mejores papeles. Foto: etonline.com

Sin estatuillas, los mejores premios que le pudieron llegar fueron sus papeles en In Secret, The Two Faces Of January y, por el que más se le conoce actualmente, A Most Violent Year, donde compartió protagonismo con una radiante, Jessica Chastain. Curioso es que, siempre que ha sido protagonista, ha conseguido, al menos, nominaciones a los galardones interpretativos. El último, su nombramiento como mejor actor (empatado con el Birdman, de Michael Keaton), en el National Board Of Review de 2014.

En la actualidad, el intérprete y cantante, parece haber pasado al mundo comercial, renunciando a premios importantes, pero logrando una cartera abultada. Después de su estelar aparición en Ex-Machina, una de las piezas más controvertidas de 2015, se anunció su aparición en la nueva entrega de la saga Star Wars, Star Wars, Episode VII; The Force Awakens, donde personificará a Poe Dameron, un piloto aeroespacial, con tintes solitarios y joviales. Otro de sus futuros famosos personajes, será el Apocalipsis de X-Men: Apocalypse, de quién ha afirmado ser alguien a quien la gente quiere seguir y no sólo a quien tener miedo. Nos aseguramos de colocar algunos elementos del cómic, pero también añadir algo de nuestra propia cosecha. En los comics él mide como tres metros y pesa 300 kilos. La secuela llegará a los cines estadounidenses, el 27 de mayo del próximo año.

En su último papel, como Apocalipsis, en X-Men: Apocalypse. Foto: sensacine.com

Su último papel conocido, hasta la fecha, será en The Promise, donde compartirá reparto con Christian Bale. Veremos cómo se defiende en sus próximas interpretaciones, aunque, echando la vista atrás, podemos confiar en que, Óscar Isaac, no decepcionará.

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