Crítica de 'La Visita': quiero mucho a mis abuelos
Foto (sin efecto): filmaffinity

Tras años empeñado en triunfar con películas de grandes presupuestos, el señor Shyamalan vuelve a las pantallas con una propuesta mucho más minimalista que recuerda a sus primeros trabajos. En La Visita se nos narra la historia de dos jóvenes adolescentes que van a visitar por primera vez a sus abuelos y así reconciliarlos con su alocada madre. Todo es filmado por la hermana mayor (Olivia DeJonge), una niña con alma se Sofia Coppola que pretende realizar un documental contando la experiencia. Con esta encantadora premisa familiar y buenista, Shyamalan construye una laberíntica cinta llena de momentos de humor negro.

Foto: rtve.es

El director planea por varios géneros cinematográficos sin atreverse a ahondar realmente en uno de forma clara, como si de un resumen de toda su carrera fílmica se tratase. Este metraje encontrado con rap incluido, no deja de ser el último intento del director indio en retomar a la senda del éxito que dejó atrás con El sexto sentido (1999) o El protegido (2000).

El director indio bucea en los terrores infantiles más oscuros, contando la historia desde el punto de vista de los niños. Esos seres que en las películas de terror del último milenio solo han sufrido una y otra vez las travesuras de incontables demonios, espectros y demás aterradoras criaturas ahora tienen todo el protagonismo. Una novedad importante que acerca al film a un cuento infantil, con Shyamalan de narrador. Y es que este Hansel y Gretel con skype y tacos escapa a los convencionalismos del género de terror. Recordando a la crepuscular La noche del cazador (1956) los niños vuelven a estar en el centro del discurso fílmico para de verdad contar los terrores de los seres más vulnerables de la tierra.

Foto: losinterrogantes.com

Si poner en el centro de la acción a los infantes, convertir en malvados a unos dulces abuelos solo está a la altura de un director con mucha personalidad, como es el caso. De todos los seres fantásticos que han purulado por la cartelera mundial últimamente en busca del taquillazo palomitero del verano, los abuelos son los más originales. Demonios, fantasmas, locos con hachas, curas diabólicos, monstruos debajo de la cámara, espectros que te persiguen...nada comparado con las dulces galletitas de una abuela psicótica, interpretada por Deanna Dunagan.

Todo esto debería ser suficiente para hacer volver al mejor Shyamalan del cajón de los juguetes rotos de Hollywood pero parece que tendremos que esperar un poco más. Pese al giro de guión final, la cinta va perdiendo interés cuanto más inverosímiles se vuelven las situaciones. Recurriendo a los manidos efectos del género de terror contemporáneo, no hay nada en La visita que cause un terror visceral ni tampoco, como parece ser la intención, que te haga reír. La dicotomía entre las dos sensaciones más contrapuestas de los sentimientos humanos no sale a relucir en la película. El director no consigue hacer confluir humor y terror ya que la delgada línea roja se diluye entre escenas interminables de humor poco conseguido.

Aunque verdaderamente haya escenas creativamente aceptables, todo se diluye en una farsa de ambigüedades apreciadas a simple vista. El señor Shyamalan, cuyos abuelos estaría encantado de conocer, ha encontrado la senda que mejor le viene pero no es La visita ni de lejos la consumación de su enorme talento.

VAVEL Logo