Amenábar hasta 'Regresión'; de alumno aventajado a destructor de espectativas
Foto (efecto bob): elcineseguntfv.blogspot.com

Creo que todos ya estamos de sobras informados de todo aquello que caracteriza y desinfla el esperado estreno de la nueva película de Alejandro Amenábar: sus puntos débiles, las acciones gratuitas, las escenas de escaso interés, los momentos absurdos, grotescos y faltos de toda la inteligencia y lucidez que caracterizan la figura construida alrededor e incluso encima del realizador chileno.
La sociedad y el compendio cinematográfico español vendió a Amenábar como el caso excepcional e irrepetible de un joven con un genio arrollador, que venía de la escuela para mostrarnos lo que era cine. Ya no cine español, sino cine cine.

Foto (sin efecto): nochedecine.com

Con Tesis, se coronó como una especie de embajador del thriller americano en España, consiguiendo trasladar las más sofisticadas herramientas de construcción de relatos sobre muerte, amor imposible, y gente joven jugando a ser dioses de sus vidas, todo ello en un escenario tan aparentemente casposo como la Universidad Complutense de Madrid. Mientras escribía y rodaba esta película, tenía pendiente una asignatura de la carrera (una de corte audiovisual, ni más ni menos). Fue en esta época cuando, entre la crítica de prensa, se hacía eco de lo desagradable que era con estos periodistas.

Con Abre los ojos, Amenábar da un paso más a su ambición, y lanza al espectador una historia que, firmada por Nolan sería mucho más valorada y querida mundialmente. Manejando temas trascendentales en un tono de intriga y entretenimiento, la película entrega un rompecabezas al espectador, que se sentirá un inteligente y dotado intérprete del complejo laberinto diseñado junto a Mateo Gil.

Los Otros es la gran apertura internacional del director al mercado internacional, y entrega una digna cinta de terror, con un giro final rompedor. Un estilo de cine, en aquel entonces, especialmente apreciado, contando además con que hacía apenas 2 años se había estrenado El sexo sentido.

Mar adentro arranca una polémica que se refuerza con Ágora sobre lo trascendental de los temas que se tratan en ambas películas, sobre la visión del chileno de sus personajes en el cine y sobre la muerte. Aunque las dos películas son mundos muy distintos, ambas levantan heridas y lanzan astillas a determinados sectores de espectadores. Aunque Mar adentro fue mejor tratada por la crítica, el proyecto magno internacional sobre la investigación, el conocimiento, el aprendizaje, y la lucha de culturas y pensamientos que supuso Ágora desconcertó y molestó a la crítica, quienes veían a Amenábar con aires de divinidad, situándose por encima de los personajes, creyéndose un Dios superior enfrentando a sus personajes con motivos que él parecía controlar de manera sobrada. Sin apreciar lo más mínimo una ambición técnica, artística y/o intelectual, Ágora supone un importante crack, al no recaudar ni la mitad del presupuesto que había costado.


Regresión propone una vuelta al género que mejor parece establecer un vínculo entre el realizador, espectadores y crítica. Una película más pequeña, con participación internacional, que de nuevo desafía a la religión, a la mente humana, los recuerdos y al subconsciente, con un filtro más sobrenatural o terrorífico. Con altísimas espectativas, críticos y espectadores salen enfurruñados de las salas tras verla, al no ver cumplida ninguna de sus espectativas, y verse presas de un ejercicio que conduce al engaño, con un giro final algo complicado de aceptar.

Siendo un poquito más optimistas, pero sin alejarnos de que todos vemos la misma película, Regresión es un ejercicio de thriller bien pretendido, correcto en su desarrollo, algo irregular (acentuado esto por el factor del engaño y las falsas apariencias con las que juega el director) pero que no aporta nada de lo que se podría esperar de una mirada como la que Amenábar ha ofrecido anteriormente. Las debilidades de interés de su guion se ven algo compensadas en el apartado técnico, teniendo por ejemplo un sonido muy fino, detallista, especialmente remarcable. El gremio más olvidado del cine, en esta película brilla con luz propia. Sin embargo, en su guion, el segundo acto de la película mantiene el conflicto de la historia, pero no avanza hacia la precipitación de los acontecimientos, ni pone a prueba nuestra atención. Aunque habla de temas interesantes y tiene escenas que remarcar, es una película fría, que no va a procurar ser memorable, ni va a arriesgar demasiado. Podrían decirnos que esta película está dirigida por algún director americano mínimamente decente, con nombre desconocido, y nos lo creeríamos. Filme que ha costado 20 millones de euros, y que solo lleva recaudados alrededor de 3 millones, algo que presuntamente se contradice con la información superficial de que es el taquillazo español del año. Hay realmente poco que pensar y discutir tras haber visto Regresión, y esto es algo a lo que Amenábar no nos tiene acostumbrados. Nos gustase o no, todas y cada una de sus películas desembocaban en un discurso argumentativo para cada espectador muy fuerte, carne de discusión, originando múltiples puntos de vista y perspectivas de opinión para cada uno.


Parece lógico y normal que este consagrado director de Chile no haya querido irse por las ramas, en el buen sentido de la palabra, dado que una conclusión general que se puede sacar de lo que generó Ágora en los espectadores es que a la gente no le gusta pensar. La gente va al cine para 'no pensar'. Y eso, como dijo Vermut en su día, es algo muy jodido.

VAVEL Logo