VAVEL en corto: cuaderno de un director
Foto: El último trago, Crowfilmers.

Antes de leer este reportaje, se puede clicar en el hipervínculo de El último trago, para leer un artículo de esta propia casa y saber de que trata el cortometraje.

Así lo vivimos

El 14 de Julio, todo el equipo convocado en Morata de Jalón (Zaragoza), para el comienzo de la grabación de El último trago. Finalmente tras muchísimos cambios en el guión, se disponían de 4 días para rodar, de los que se perdía media mañana del primero y media tarde del último. Expertos opinaban que en ese tiempo, íbamos a tener complicado grabar las 21 páginas de guión que teníamos. Finalmente, el rodaje de El último trago duró 3 días. Os lo cuento: día a día.

DÍA 1

El primer día (martes 14), llegó el equipo a Morata de Jalón y según el plan de producción, por la mañana había que grabar la escena 1 del corto. Esta constaba de varios travellings con steadycam y algunos planos fijos por las calles del pueblo. Como toma de contacto e introducción del equipo en el ambiente de rodaje, la grabación de esta escena fue perfecta. Primeras risas y contacto de todo el equipo, con paseo incluido por las calles de Morata (hogar del equipo durante los siguientes 4 días).

Esa tarde, una escena con mucha más importancia para la mayoría del equipo, ya que esta, se desarrollaba en un cuarto de baño de pequeñas dimensiones y se trataba de la primera escena, en la que los actores, iban a actuar. En ese cuarto de baño tenían que estar en algunos momentos, hasta 4 actores más la iluminación, la cámara y el operador de cámara.

Dado el tamaño de esta localización, dentro del baño permanecía el operador con la cámara en mono pie, toda la iluminación y los actores. Fuera, el resto del equipo, incluido el director, veían lo que se grababa gracias a un monitor. Y el técnico de sonido, se encontraba metido como podía hacia el interior del baño.
Esta escena, dado que fue la primera en la que los actores tenían que actuar, sin apenas conocerse, fue la que más costó, acentuado también por el calor que hacía en la habitación.
Uno de los momentos más curiosos de esta escena fue el hacer un plano “nadir” (desde abajo). Para ello, el operador de cámara se tuvo que tirar en el suelo del baño, entre los pies de los actores, para poder conseguir el plano y la exposición requeridos.

Para acabar el día, quedaban todavía dos escenas por grabar. Dos escenas del cortometraje que transcurrían de noche. La primera de ellas, sucedía dentro de un coche, para la que preparamos la iluminación, simulando la luz de la luna que entra realmente en un coche por las ventanillas.
A su vez, durante el rodaje de esa escena, hubo un cambio en el guión. Los personajes del corto se montan al coche, transportando algo en él. Se cambió un plano conjunto del coche y los actores, por un plano subjetivo desde dentro del maletero, aportando mas belleza visual a la escena.

La segunda de las escenas nocturnas, transcurría con la parada de este coche en una calle-barranco del pueblo. De nuevo, a trabajar la iluminación. En este caso, se solventó con focos leds con baterías, ya que no contábamos con toma de luz en esta ubicación. A su vez, tuvimos que recrear la explosión del coche, cosa que conseguimos gracias a varios fogonazos de luz sobre los actores. Y grabadas las dos escenas nocturnas, a la 1 de la mañana finalizaba el primer día de rodaje del Último trago. Cumplíamos así, el calendario que nos habíamos impuesto (plan de producción). Restaban para los próximos 3 días, 9 escenas que se desarrollaban todas en la misma localización: un bar.

DÍA 2

A las 8 de la mañana, todos en pie. El plan de producción indicaba que debíamos rodar por la mañana dos escenas: la 2 y la 4. Trasladabamos el cuartel general al bar, casi nuestra casa. La rutina era la siguiente: la iluminadora preparaba la luz de la escena y los técnicos repasaban los planos a rodar con el director, la maquilladora preparaba el pelo y rostro de los actores, buscando el look requerido por el director.

La toma de contacto en el bar resultó ir genial y la grabación muy fluida. Algo que hay que tener en cuenta en este tipo de rodajes, es la cantidad de planos que hay que grabar en una misma escena. Por ejemplo, en una conversación de 2 minutos en la que intervienen 2 personas, teniendo solo una cámara, será necesario grabarla 3 veces. Para sacar dos primeros planos y uno general de la escena. Como a nosotros, lo que no nos sobraba, era el tiempo. Y disponíamos de 3 cámaras, grabábamos prácticamente todo con 2 cámaras a la vez, utilizando la tercera para el Making of. La grabación multicámara es más utilizada en televisión que en cine, en este tipo de producciones.
Grabadas las escenas 2 y 4, todos a comer. Y durante la comida, ocurre el primer imprevisto serio del rodaje. Uno de los actores (camarero), me comunica que el jueves por la tarde-noche tendrá que abandonar el rodaje para ir a trabajar. Y que podría volver el viernes por la mañana, si hiciera falta, pero no a primera hora.

Primer gabinete de crisis Se decide entre el director, el ayudante de dirección y la iluminadora, que no es factible jugar nuestras cartas a poder contar el viernes por la mañana con este actor, porque se perdian demasiadas horas entre tanto. Por lo que se cambia el plan de producción. De las 7 escenas que restaban por grabar, este actor aparecía en 5 totalmente y en una parcialmente. Por lo que la prioridad era grabar esas 5 escenas y los planos del camarero de la sexta en cuestión.

Esa misma tarde, de estar previstas dos escenas a rodar, que hacían un total de tres páginas de guion, se rodaron tres escenas, que hacían un total de 7 páginas. Dado este alto nivel de exigencia, que debíamos cumplir, durante esta tarde utilizamos las 3 cámaras para grabar, con la finalidad de ahorrar tiempo. La grabación a tres cámaras también aportaba problemas: principalmente de espacio, iluminación y el que se viera alguna de las cámaras en el plano de otra.

Como se muestra en el esquema, usar 3 cámaras requería un esfuerzo superior ya que es necesario crear una iluminación adecuada para cada cámara y a su vez, colocarlas de tal manera que no se vieran en el plano de otra.

Estos son los 3 planos que se grababan simultáneamente y que se pueden ver en el esquema de arriba. El principal problema era el plano del camarero, cuya cámara quedaba a ojos de las otras dos, detrás de la cabeza del actor de camisa de cuadros. De manera que no podía moverse mucho para que no se viera dicha cámara.
Con alguna pequeña trampa como esta, conseguimos rodar esas 7 páginas en vez de las 3 que estaban previstas. Tarde muy dura de grabación, que acabó dos horas más tarde de lo esperado.

DIA 3

Si queríamos cumplir el nuevo calendario que nos habíamos impuesto en el día anterior, en este tercer día, teníamos que acabar de grabar todo el cortometraje. Es decir, 3 escenas completas y parte de otra. La primera escena a grabar del día era la 7. En esta, intervenían básicamente solo dos actores y consistía en un movimiento de cámara con steadycam desde la barra hasta otra estancia del bar, lo que era un nuevo reto para el cámara y la iluminadora. Mientras se realizaba esta, el resto del equipo, como era rutina, preparaba la siguiente, además de finalizar el maquillaje del resto de actores.

Para la siguiente escena, la 8. Mientras los actores repasaban el guión antes de grabar, al igual que durante todo el corto. El resto del equipo preparábamos cerveza de color verde, ya que era parte del attrezo del guión. Como curiosidad, nos costó un buen rato preparar tres jarras de cerveza con el mismo verde.

Rodadas con éxito las escenas 7 y 8. Solo quedaba grabar la 6, la 12, que era una de las más largas del cortometraje y parte de la 9. Al finalizar la comida y antes del horario de vuelta al trabajo, se continuó con la grabación de la escena 6. La cual íbamos grabando en tiempos muertos poco a poco, ya que consistía solamente en 4 planos.
Como vemos en la imagen, la escena era una llamada telefónica en la que participaban 4 personajes y por lo tanto, se veía en cada plano, que estaba haciendo cada uno en el momento de la llamada. Por ello mismo, podíamos ponernos a grabar en cualquier momento uno de los planos, ya que necesitábamos localizaciones variadas.

La grabación de esta multipantalla resultó muy curiosa, ya que con los 4 personajes en pantalla, hablando entre ellos, mientras uno hablaba, el resto tenía que mirar y viceversa. Cosa, que calculando a ojo los tiempos de miradas, no habría salido bien. Por lo que hacíamos lo siguiente. En este caso, vemos el plano de Andrés, sin embargo, hacíamos los otros tres planos de la misma manera. La trampa era que los actores se colocaran tal como iban a estar en la multipantalla, para así recrear la escena entera, con la intervención de los cuatro. De esta manera, los tiempos de espera y habla de cada uno de ellos, era muy parecida y resultaba satisfactoria.

El de Andrés resulto más curioso que la grabación de los otros tres. Ya que al tratarse de una litera como vemos en la foto. Encontramos rápidamente la solución, subiendo a dos actores encima de su cama, mientras que el cuarto, permanecía a su derecha pero fuera de plano. De modo que Andrés solo tenía que mirar en dirección hacia donde provenían las voces.
Tras la grabación de esta escena entre la comida y parte de la tarde, continuamos con la grabación de la 12. Que era la última en la que salía el camarero. El plan era grabar la escena 12, para que a continuación, el camarero pudiera irse a trabajar y el resto del equipo grabara la 6, ya que no aparecía en ella. Sin embargo, la velocidad y calidad de trabajo alcanzado por el equipo, durante los dos últimos días, permitieron grabar las dos escenas con la presencia de todos. Y así es como se rodó el cortometraje El último trago.


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