David Lynch: el director del laberinto
David Lynch: el director del laberinto

Hay directores con miradas cómicas, otros con miradas hiper realistas, algunos miran el cine desde el expresionismo y otros sin embrago lo hacen desde la crítica. Sólo uno de ellos mira el cine como un laberinto: David Lynch.

Con una infancia feliz en el medio rural, Lynch se traslado a Philadelphia con sus padres y allí comenzó a canalizar sus inquietudes artísticas a través de algunos cortos, todos ellos perturbadores. El joven director empezó a destacar en la esfera independiente con su primer largometraje, Eraserhead. La película, incomprensible para algunos y vanguardista para otros, cuenta el universo interior de su protagonista Henry Spencer por medio de una serie de pesadillas. De ella dijo el mismísimo Stanley Kubrick que era de sus películas favoritas de toda la historia del cine.

Su siguiente trabajo llevaría al director al Londres victoriano. Con una atmósfera expresionista, Lynch cuenta la historia de John Merrick, un hombre lastrado por una enfermedad que le deforma la cara. La cinta consigue ser un éxito de crítica y de público consiguiendo 8 nominaciones al Oscar.

La oportunidad de rodar Dune le lleva al género fantástico, una adaptación de la novela de Frank Herbert que había sido rechazada por Ridley Scott. La película está protagonizada por uno de sus actores fetiche, Kyle MacLachlan que le acompañará en buena parte de su filmografía. Por desgracia para el director, la película es un fracaso comercial y la crítica se ceba con ella. Se resarcirá con Blue Velvet, una de las mejores películas del director.

Terciopelo azul cuenta la historia de la historia de un joven universitario  (Kyle MacLachlan) que descubre el lado oscuro de una pequeña ciudad, al investigar la procedencia de una oreja cortada que había encontrado casualmente en el transcurso de un paseo campestre. Lynch muestra aquí algunas de sus constantes: una estética cuidada, las miserias de una pequeña comunidad rural y la figura de la mujer maltratada por la vida. Blue Velvet se erige como una de las películas que mejor define el cine contemporáneo.

El director se pasa ahora a las road movie filmando Corazón salvaje protagonizada por los actores Nicolas Cage y Laura Dern. La producción obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1990, pero no contó con la aprobación de la crítica ni el respaldo del gran público.

Lycnh se embarca después en el proyecto por el que es más conocido, Twin Peaks. De nuevo con Kyle MacLachlan como protagonista, el creador indaga en el mundo rural de una pequeña comunidad de vecinos que guarda importantes secretos acerca de la muerte de la joven Laura Palmer. Tras morir de éxito, el director pasó a dirigir anuncios de televisión para ganarse la vida pero volverá a la senda del éxito con el estreno de Una historia verdadera. Alejada de sus constantes narrativas, cuenta la historia de un anciano, Richard Farnsworth que va en busca de su hermano moribundo montado en su máquina cortacésped. Para muchos es la obra maestra de del director.

En 2001 estrena Mulholland Drive que intenta ahondar en los entresijos de Hollywood que le valió al director el Premio en Cannes a mejor director.

David Lynch ha llegado a declarar que preferiría suicidarse a hacer una película en la que no tuviera opinión propia, el director ha salvaguardado siempre su indepencia sin ceder a las presiones de la industria. Pertenece a una rara estirpe de directores con un mundo interior increíble a la que apoya con una estética reconocible. Lo onírico, lo inconsciente, lo que se oculta detrás de la realidad se convierte en el centro del universo de Lynch. Siendo un verdadero destructor de la lógica narrativa es la vez un creador incansable de cortos, fotografía, pintura, series de televisión y tiras de prensa. Lynch es el ejemplo perfecto de director de culto que cede a la galería.

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