Objetivo Oscar 2016: Mejor guión original
Las cinco candidatas para el Oscar por Mejor guión original

La apuesta de Spielberg para estos Oscar se presenta en forma de un film ambientado en la Guerra Fría. Difícil elección, ya que este tipo de cine lleva años en la gran pantalla. La clave para el director era hacer que no fuera una más, que destacara en su género. ¿Cómo lo ha hecho? A juzgar por las nominaciones de El puente de los espías, uno de los ingredientes era el guión. Resulta curioso que Steven Spielberg como director y los hermanos Coen como coguionistas acaben abanderando el Hollywood más clásico con esta película, un film adulto, bien hecho y elegante, al que suman suspense.

Spielberg nos sitúa en el complicado Berlín Oriental de comienzos de los 60, cuando Donovan se embarca en un complicado intercambio de prisioneros.

En este punto hay lugar para el drama y la tensión, pero tanto Spielberg como los Coen aprovechan la ocasión para mostrar la faceta extravagante de los conflictos políticos y del espionaje paranoico que marcaron aquel periodo. El puente de los espías es para Spielberg “un drama familiar, el de James Donovan, el hombre corriente que medió en este intercambio”. Una familia que el creador sintió como suya y así ha querido plasmarlo. Lo que le interesó del guión de Matt Charman tanto como para darle prioridad en su apretada agenda (con dos rodajes consecutivos en marcha) fue que le hizo recordar aquel momento de tensión mundial. Añadiendo una actuación soberbia de Tom Hanks, se trata, ante todo, de un film de personajes y principios.

Situada al lado opuesto de El puente de los espías, Ex Machina es una película de ciencia ficción británica escrita y dirigida por Alex Garland, en su debut como director. Bajo una engañosa apariencia frágil y un atrayente minimalismo escénico, actualiza elementos clave del ideal robótico (el complejo de Dios, el Prometeo enfrentado a su creador...). Al igual que Tom Hanks en su cinta, aquí se convierte en obligación hablar de Alicia Vikander. Es ella quien mantiene vivo el debate que Garland quiere convertir en el centro del film: la amenaza que supone una inteligencia artificial superior. A ello hay que añadirle la necesaria reflexión sobre la identidad femenina y su representación en el cine.

Lo que hace especial este filme, que se encuadra en un amplio panorama como lo es el del género sci-fi actual, es que con apenas tres personajes y un escenario hace reflexionar al espectador.

Esta vez no se trata de una película se ciencia-ficción cargada de acción y recargados efectos visuales, sino más bien de llegar a plantear posibles dudas sobre la vida en la Tierra y el futuro de ella.Ex Machina es de esas películas-rompecabezas que se disfrutan cuanto menos sabes, es todo un acierto dejarnos sorprender por las habilidades de guión de Garland. Entre ellas el punto de vista, que maneja con gran acierto. La clave es que el público conecte con el robot, que sienta empatía. Nos hará entender el hermético mundo de Caleb (Domhnall Gleeson) y su encuentro con Ava (Alicia Vikander), animándonos a reflexionar sobre la naturaleza del ser humano y la conciencia.

Volviendo al género asentado en la realidad, Spotlight nos devuelve la fe en el periodismo, remontándose para ello al año 2002. Algo sin duda necesario en la era actual. Escrita por Thomas McCarthy y Josh Singer, narra sin adornos la historia de cómo un equipo de reporteros del Boston Globe destapó los escándalos de pederastia producidos durante décadas por unos curas de Massachusetts y que intentó ocultar la Archidiócesis de Boston. Estos hechos sacudieron a la Iglesia Católica y posiblemente marcaran la memoria de muchos.

Se agradece el interés de los guionistas por mostrar a los periodistas como, precisamente, una unión imparable, a lo que se une el otro gran acierto de la cinta: los momentos en los que los miembros de Spotlight entrevistan a las víctimas de los abusos (prácticamente los únicos momentos en los que el espectador realmente llega a sentir con los personajes y se le encoge el corazón ante esos duros testimonios).

Sin olvidar, por supuesto, el trabajo de los actores, que no podemos disociar, ya que actúan de un modo coral, todos al mismo nivel e importancia. No resulta difícil que el guión sea bien acogido si contamos con un grupo de actores compuesto por Mark Ruffalo, John Slattery, Rachel McAdams, Michael Keaton, Stanley Tucci o Liev Shcreiber. Toda esa investigación periodística, con la oposición constante de la Iglesia, es la que nos va mostrando con un ritmo "in crescendo" los casos más dolorosos. En tiempos de crisis periodística como la que vivimos, marcada por la noticia inmediata y el empleo no profesional de Internet como medio periodístico, se alza como una reivindicación del periodismo de investigación, todo ello mientras arroja la duda sobre la Iglesia.

El hombre que dirigirá la nueva entrega de Fast and Furious ha querido centrar sus esfuerzos en un ambicioso y exuberante biopic de la banda NWA, que levantó el acta fundacional del gangsta rap con su primer álbum en 1988. Son muchas las veces que nos han contado cómo alguien llegaba a lo más alto para que luego ciertas complicaciones que surgían por el camino provocaran que todo se tambalease.

El guión de Straight Outta Compton, firmado por Jonathan Herman y Andrea Berloff, no se desvía de ello, pero aportando variedad de matices. Nos presenta los excesos, también las envidias, los egos y las peleas, pero también hay un marcado interés en mostrar la época, y en cierto modo la actualidad, destacando la brutalidad policial contra los afroamericanos, algo que influyó tanto en su música como en la personalidad de todos ellos.

Straight Outta Compton tiene algo de regreso a casa para el propio Gary Gray, que narra aquí la forja y ascensión de un nuevo lenguaje expresivo por parte de los talentos combinados de Ice Cube, Eazy-E y Dr. Dre, entre otros. La dualidad entre domesticidad y zona de guerra está presente desde el principio. Para ello nos muestra los orígenes de Eazy-E en las zonas más conflictivas de la ciudad. Inmediatamente después se apresura con gran tacto a mostrar escenas entrañables, precisamente representando las figuras de Ice Cube (interpretado por su propio hijo) y Dr. Dre. Straight Outta Compton es entretenida, visceral y convincente pese a seguir las pautas de otros biopics.

Un buen guión original es el que estimula la propia imaginación del espectador mientras agota el tiempo de la película imaginándose a sí mismo en tales situaciones. Ese es precisamente el efecto que consiguen los guionistas de Del revés, Michael Arndt y Pete Docter. Por esta razón será el público con experiencia vital y con conocimientos acumulados quien le sacará todo el provecho a esta original epopeya psicológica.

Del revés (también conocida como Intensa-mente) nos devuelve a ese Pixar inteligente, divertido y arriesgado que nos deleitó con filmes como Toy Story o Up. Es todo un engranaje de comedia, drama y film didáctico sobre la psicología, que funciona a la perfección.

Nos presenta a cinco peculiares personajes animados como alegorías de las emociones que controlan nuestras acciones y recuerdos: Alegría, Miedo, Ira, Enfado y Tristeza. Todos trabajan en la mente de Riley, tratando de sobrellevar un equilibrio a veces inalcanzable. Estos desequilibrios darán fuerza al guión, un punto de inflexión y de reflexión para los más filosóficos. En este filme el espectador es capaz de identificarse con Riley y seguirla en todas sus etapas, de modo que la empatía con ese personaje animado se multiplica. ¿En qué estará pensando? Esa es una pregunta típica para los padres de todo el mundo. Y es lo que le ocurrió al director Pete Docter, ganador del Oscar, con su hija Ellie. De ahí que el equipo afirme que lo realmente importante no es la historia de Riley sino la tarea de los padres en estos cambios, y sobre todo, en la difícil adolescencia. La relación entre Alegría y Tristeza es el núcleo de la historia, y cuando se ven arrastradas al fondo de la mente de Riley, el caos se apodera de la sala de control. "Imagina por un momento", dice el productor ejecutivo John Lasseter. Nos quedamos con estas palabras, imaginemos durante 95 minutos.

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