Un drama histórico abre nuestra carta para un día como hoy. El 5 de agosto de 1939 el madrileño cementerio de la Almudena recibía trece cuerpos fusilados. Trece jóvenes que sufrieron la Ley de Responsabilidades Políticas por el reparto de folletos poco antes de la entrada del bando nacional en Madrid. Esas mujeres eran modistas, pianistas, secretarias y activistas que pidieron morir igual que el resto de presos, pero su último deseo fue obviado por sus verdugos. Con una firmeza admirable, Las trece rosas (2007) cuenta cómo pasaron sus últimos momentos estas mujeres, cómo mantuvieron la dignidad y cómo asumieron su destino a favor de la causa que defendían. Todo ello con una fotografía sobria y perfectamente escogida, ganadora del Oscar junto a la música. A nivel taquillero, Martínez Lázaro no logró grandes éxitos, sin embargo, su mérito es haber colaborado a reconstruir uno de los relatos feministas más impactantes de la Guerra Civil y de la historia de España.
Seguimos con las mujeres luchadoras. Con La teniente O’Neill nos permitimos cambiar de época, hasta los noventa, y de lugar, hasta Norteamérica. Quizá no sea la mejor película de Ridley Scott (incluso obtuvo un Razzie por la actuación de Demi Moore) pero su intención era mostrar la superación de la mujer, encajarla en otro papel diferente a todo lo visto anteriormente: fuerte, rapada y en un contexto bélico. La teniente Jordan O'Neil se convierte en el filme en la primera mujer que forma parte de una unidad de élite del ejército, concretamente los SEAL de la marina americana. Nadie espera que sea capaz de superar un entrenamiento tan severo, que apenas el 40% de los hombres aprueba. Moore sufrirá duros entrenamientos y extremas vejaciones por parte de su instructor sin rendirse. En el momento que una unidad ha quedado atrapada tras las líneas enemigas, Oneil tiene la oportunidad de demostrar su valentía y salvar la vida del hombre que le ha hecho pasar sus peores momentos. Un filme que no puede encuadrarse entre las obras maestras de su director, pero nos recuerda que gracias a muchas mujeres se rompieron moldes.
La tercera propuesta es la más reciente. Sufragistas es una película que nos arroja la verdad con rabia, con elegancia, con justicia y con verdad. Que dos supuestamente prestigiosas democracias del mundo occidental más avanzado como Reino Unido y Francia no tuvieran permitido el derecho al voto a las mujeres, ni a ser elegidas, hasta 1928 y 1944, respectivamente, debería provocar como mínimo un examen de conciencia. Gavron y Morgan relatan en esta película británica el proceso de conversión ideológica y política de la mujer aparentemente común que destacó sobre el resto del pueblo. Esas obreras del activismo lo arriesgaron todo hasta las últimas consecuencias, algo que debería removernos el estómago, tanto hombres como mujeres. Ya no se trata del pasado, sino de una preocupación por el presente.
Por último, uno de los grandes éxitos de animación. En los noventa se estrenó Mulan, inspirada en un famoso poema chino titulado Balada de Mulan, el cual cuenta la leyenda china de Hua Mulan, una mujer que se disfraza de guerrero para unirse al ejército y así sustituir a su anciano padre. El poema incita a la reflexión cuando presenta a una liebre hembra (referencia a Mulán) junto a una liebre macho y pregunta si alguien podría distinguir el sexo de los animales. Lo cierto es que la historia es muy similar a la de la emperatriz Fu Hao. Esta mujer dirigió numerosas campañas militares y se convirtió en la líder militar más poderosa de su época después de derrotar a los tu y a los yi. Al mismo tiempo, llegó a ser suma sacerdotisa y presidía el oráculo y las ceremonias sacrificiales. En el filme se muestra el potente cambio, la negación de su realidad (¿quién decidió que eso fuera así?) para construir su propio camino, no el de servir a un hombre y arreglarse para ser "vendida". Todo un ejemplo de adaptación, para la historia de la única protagonista de Disney que demuestra una osadía similar a la ya mencionada teniente norteamericana. Un filme que debería convertirse en patrón clave de la educación de niños y niñas para así sentar las bases de la igualdad en los más pequeños.
