La economía no es una ciencia exacta, es una ciencia social
La economía no es una ciencia exacta, es una ciencia social. (Foto: planpymes.com).

Podríamos decir que en prácticamente todos los campos de estudio y conocimientos que han existido a lo largo la historia ha habido, como consecuencia, diferentes maneras de abordar ese estudio o de asimilar ese conocimiento. En economía, como no podía ser menos, la corriente de pensamiento, sin entrar en la amplia profundidad de la materia que tratamos, la dividiremos según el fin que ampara a nuestro artículo, en economía como ciencia social y como ciencia matemática.

Sin lugar a dudas, conceptualmente hablando la economía es una ciencia social y como tal se estudia. A pesar de esto es menester decir que, seleccionando dos tipos de economistas con el fin de cumplir el objetivo explicativo, diferenciaremos pues entre economistas ortodoxos y heterodoxos.

Las matemáticas como medio y no como fin

A lo largo de la historia han surgido muchos economistas y con ellos muchas formas de pensamiento diferentes. Economistas cuyo fin pensaban que era el de armonizar a la sociedad, el de conseguir una sociedad más igualitaria; otros que sin embargo aceptaban la sociedad como no igualitaria en base la selección natural. Pero volviendo al quid de la cuestión nos encontramos que durante los últimos años, sobre todo desde la aparición y desarrollo del capitalismo, el economista matemático u ortodoxo ha cobrado mayor importancia.

Las deudas, las rentabilidades, la balanza de pagos, el PIB, el aumento de la demanda, de la oferta, las subidas y bajadas de precio, y un sinfín de datos micro y macroeconómicos que realzaban y siguen realzando la figura de las matemáticas en base a la creencia, sin entrar a discutir que esta creencia sea o no cierta, de la eficiencia de los mercados. De modo que de alguna forma se ha olvidado que el campo de estudio que implica a un economista ni es una ciencia exacta ni puede llegar a serlo.

Por otra parte, los economistas heterodoxos defienden la ineficiencia de los mercados cuando estos no están regulados, argumentando a su favor que existen factores no cuantificables que el mercado no puede, por decirlo de alguna manera, ordenar de la mejor forma posible. El capitalismo salvaje, ha sido, para bien o para mal, el culpable de esta concepción. El empresario, el político y el ciudadano han dejado de lado los valores y han puesto un escalón por encima al dinero y al cálculo.

¿Por qué la economía es una ciencia social?

La economía es una ciencia social que utiliza las matemáticas o al menos debe hacerlo como medio y no como fin, porque como ciencia social estudia a la sociedad y a su comportamiento en el entorno económico, es por tanto, que no todos los factores que influyen en la economía son cuantificables. Por poner un ejemplo, la cantidad demanda de un bien, no solo depende de la renta de las personas, del precio del bien, del precio de otros bienes, sino también de los gustos y de las expectativas. Estos dos últimos factores no son cuantificables, no se pueden expresar en números de forma exacta y en el momento en que los datos no son exactos el modelo deja de ser real.

La virtud está en el término medio

“La virtud está en el término medio” que decía Aristóteles. No podemos esperar que un mercado se regule solo, es decir, que no podemos tener un sistema enteramente capitalista, no porque no sea posible, que lo es, sino porque el ser humano imperfecciona el sistema e imposibilita su correcto funcionamiento. Tampoco sería justo que todos fuéramos iguales, pues no todos producimos lo mismo, ni aportamos a la sociedad lo mismo, ni sabemos lo mismo, por tanto promover una sociedad enteramente igualitaria tampoco tendría sentido, porque lo recuerdo que lo igulitario no siempre es lo más justo.

El papel del ser humano es entonces fundamental en cualquier modelo económico y su comportamiento en muchas ocasiones no es ni predecible ni cuantificable, sin posicionarme en contra del comunismo y tampoco a favor del capitalismo les diré que el sistema actual, no es culpable de las desigualdades en el mundo, es decir, en teoría sí ya que permite que grandes empresas tengan mano de obra barata a bajo coste, pero el hecho de que esté permitido no quiere decir que se deba hacerse, es ahí cuando a partir de la imperfección del pensamiento humano el estado o quien deba ocuparse de ello debe intervenir, pero no por la insolvencia de un sistema económico, sino por la irresponsabilidad e inconsciencia humana. Entonces, el ser humano, debería alejarse, no abandonarlos, eso nunca, de los números si de verdad quiere un mundo sostenible, un mundo con más valores, con más consciencia, en definitiva un mundo mejor.

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