El mercado y la globalización según José Luis Sampedro
José Luis Sampedro (Vía: Jotdown.es)

Nacido el primero de febrero 1917 al amparo de una Barcelona que crecía contra viento y marea más por inercia natural que por méritos políticos o económicos, José Luis Sampedro fue escritor, humanista y economista español cuyos ideales se fundamentaban en el desarrollo, no económico, ni material, sino humano. Escribió novela, obras económicas e incluso cuentos, pero el fin de este artículo es el de recordar uno de sus libros. No es ni mucho menos el más extenso, tanto es así que entre el tamaño de la letra impresa y las ilustraciones que apoyan la explicación del autor podríamos comparar su brevedad, sin que esto signifique, ni muchísimo menos, un desdeño hacia su obra, con la duración que nos supone leer varios artículos de la prensa diaria. Pero como dijo un escritor allá por el Siglo de Oro de la literatura española “lo breve, si bueno, dos veces bueno”.

El libro al que hemos hecho pues referencia fue publicado en 2002, y aunque once años han pasado, las ideas siguen intactas o si lo permiten incluso más fuertes y palpables tras la catástrofe financiera que arrastra a la sociedad desde 2007. “El mercado y la globalización” se reduce a un conjunto de ideas complejas explicadas, lejos de que se inclinen hacia una ideología o hacia otra, majestuosamente por parte de Sampedro de una forma sencilla.

El mercado

El mercado explicaba Sampedro es un lugar a veces físico, a veces no, según se interprete o se utilice el término en el cual existen ofertantes y demandantes que intercambian bienes por unidades monetarias, en el caso de nuestro sistema económico actual, cuya cantidad a aportar por cada bien, según la teoría del mercado perfecto, viene determinada por la interacción entre los sujetos que intervienen en dicho mercado.

En la realidad, sin embargo, no se cumple la teoría como tal ya que intervienen otros factores como los sociales que impiden que la determinación del precio de un bien se reduzca a unas simples funciones de oferta y demanda. Siguiendo con la teoría, ésta nos dicta que según esta situación es el consumidor el gran beneficiado del sistema. Éste elegirá de entre todos los ofertantes el más barato lo cual obligará a que los demás ofertantes reduzcan al máximo el precio de sus bienes. Según esta última afirmación el mercado es sinónimo de libertad, pero es justo ahí donde el autor incide en que dado que el mercado perfecto de la teoría no se da, y que el mercado en el que interactuamos es imperfecto es el dinero el que da la libertad en el mercado, es por ello que sin dinero no disponemos de libertad. Es, entre tanto, haciendo una breve alusión al comunismo con objetivo comparativo, que mientras en este último existen  largas colas para obtener los productos debido a los regímenes de racionamiento, en la economía de mercado existen colas invisibles, invisibles dice porque las colas desaparecen cuando el sujeto no tiene dinero para obtener un bien.

La globalización                          

Argumentaba el catedrático que la globalización siempre había existido. En cada época a su manera, en cada época a su ritmo. Ha sido ahora, cuando la técnica ha      "Y yo digo no, otro mundo no es posible, otro mundo es seguro"evolucionado más satisfactoriamente que han aprovechado para expandir un término que invita la cercanía y a la facilidad. Y es que en una sociedad donde el veinte por ciento de los más ricos ingresa 76 veces más que el veinte por ciento más pobre algo no está funcionando todo lo bien que pudiera. Alegó entonces que no podemos mantener un planeta de recursos limitados con un consumo descontrolado y es que se trata de construir un mundo mejor, más ecológico, un mundo más humano.“Y yo digo no, otro mundo no es posible, otro mundo es seguro, lo que sé seguro es el cambio, ahora ¿El cambio hacia dónde? Eso ya lo deciden ustedes” apuntó el maestro.

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