Los neumáticos de Pirelli van primeros en el mundial. Son lo más comentado dentro y fuera de la parrilla y son reseñados con notas positivas para el espectáculo y el público. Para los ingenieros, técnicos, pilotos y responsables de las escuderías el dolor de cabeza va en aumento ante la rebeldía de unas gomas diseñadas con la intención de modificar los hábitos de los equipos en los boxes.

El ruido es notorio y la polémica está servida. Red Bull, hegemón de los últimos cursos, ve su posición amenazada por la fuerte presencia del Ferrari a principios de año y el sublime trabajo de Räikkönen y su Lotus con las ruedas de la discordia. Las quejas no se han hecho esperar y desde el inicio de curso la presión de todo el aparato austríaco se dirige hacía el proveedor y el contratista.

"Sí, el objetivo era conseguir dar más emoción a las carreras, pero no tanto. Esto ahora es diferente a la intención original" comentó Dietrich Mateschitz después de mantener una reunión con Ecclestone en Montmeló. Sebastian Vettel y Helmut Marko prosiguieron en la misma línea, añadiendo matices como la falta de competitividad o el riesgo que puede suponer un desgaste excesivo para los integrantes de la parrilla.

La sensación general es que los bólidos no compiten a máxima velocidad

Al contrario de lo que muchos aficionados piensan, en Red Bull no están solos. Jenson Button, Paul DiResta, los Mercedes y muchos más pilotos han razonado de forma similar. Hasta Fernando Alonso, al que no le ha ido mal el sistema hasta ahora, dijo que a lo mejor se vieron demasiados parones. Al final, la presión ha surgido efecto ya que los responsables de zapatillas de los monoplazas han anunciado que modificarán la duración de sus compuestos a partir del Gran Premio de Canadá. Paul Hembrey, responsable de la marca, ha remarcado que su intención será la de reducir el número de paradas a 2 o 3 y que intentarán no ser radicales para no perjudicar a los equipos que han encontrado un buen equilibrio entre el cuidado de las gomas y la velocidad en pista.

Lotus y Kimi Räikkönen han demostrado que toda la cháchara es relativa, ya que su punto fuerte se basa en ser capaces de conservar y conservar para acabar superando a coches claramente más rápidos en términos absolutos, pero no relativos. Con los cambios anunciados, las cosas se pueden torcer para ellos y para muchos más. La sensación general es que los bólidos no compiten a máxima velocidad, o eso es lo que resalta del tono global de las declaraciones de pilotos, encargados y expertos en la competición.

Los Pirelli no han ralentizado el ritmo de los pilotos

Se asume la falta de velocidad, ¿pero es real? El año pasado Pastor Maldonado dio el pelotazo con su Williams venciendo en Barcelona con un tiempo total de 1:39:09.145, este año Alonso cruzó la meta tras 1:39:16.596. ¿Son justificables las críticas por siete segundos? Estas son las diferencias entre los ganadores de cada Gran Premio en 2012 y en 2013:

Pirelli ha claudicado y modificará el calzado del mundial

Cada uno puede juzgar lo que quiera, pero lo que nos muestra la comparación es que sí, efectivamente la tendencia es de carreras más lentas, pero con una diferencia menor a los minutos y en ocasiones, segundos y décimas. Así que no, los Pirelli de momento no han ralentizado el ritmo de los pilotos, por mucho que esa sea la sensación que se transmita con el baile de los mecánicos. Es un juego de palabras, pero hasta el momento la competición se ha beneficiado con un espectáculo mayor y muy igualado.

Las críticas y la presión han funcionado, Pirelli ha claudicado y modificará el calazado del mundial. Veremos pues, quién sale ganando y si realmente los Red Bull volverán a ser tan superiores con unas gomas más duraderas. El resto de equipos también disfrutarán del cambio, pero falta saber si lo harán en la misma proporción como para seguir manteniendo la emoción a flor de piel.