La nueva Fórmula 1 es aburrida, dirían muchos. Es la historia de siempre, que se repite año tras año. Los cambios han provocado una brecha enorme entre una escudería y el resto. Sigue siendo cierto que Mercedes está por encima del resto, pero en Baréin quedó claro que esta Fórmula 1 puede ser emocionante. El Gran Premio desértico fue un espectáculo por delante y por detrás: luchas fratricidas, equipos emergentes, choques espeluznantes y la preciosa noche del Golfo Pérsico de testigo.

Un paseo entretenido

Bajo los focos, los bólidos brillaron más que nunca esta temporada, aunque lo único que se mantuvo igual fue el relucir plateado de los dos Mercedes, dominadores y verdaderos animadores de la carrera con una lucha milimétrica que acabó ganando Lewis Hamilton. La batalla la ganó Mercedes, que no quiso imponer órdenes de equipo más allá de una premisa sencilla, que sus pilotos no destrozaran su monoplaza. Nico Rosberg lo intentó todo gracias a una mayor velocidad punta. Se emparejó a su pareja de baile en más de 10 curvas del circuito de Shakir pero no encontró la trazada perfecta. Lewis Hamilton no se rindió nunca y tiró de audacia para contrarrestar los movimientos de Rosberg y ganar la carrera.

Hamilton aguantó los envites de Rosberg en una lucha feroz, limpia y sin órdenes de equipo

Los dos, en su galaxia particular –lo único criticable en el momento actual en que se encuentra el campeonato–, mantuvieron un pulso precioso gracias a un máquina que roza la perfección del novedoso reglamento. La sangre fría de los responsables de equipo, y después la de los pilotos, permitió al espectador ver la F1 en esencia pura. Ni órdenes de equipo ni jugadas sucias, una guerra justa que quedó impresionada en la retina del espectador. El aburrimiento, es cierto, sí hizo acto de presencia en una escudería concreta.

Enfocados para ser adelantados

Ferrari es un polvorín. Sus bólidos estuvieron faltos de todo lo necesario para competir con los equipos punteros –y no tan punteros– de la parrilla. El milagro, con un preocupado Montezemolo en boxes, fue que Alonso y Räikkönen terminaran cerrando los puntos. “Creo que estas posiciones (noveno y décimo) son las reales del coche”, declaró el piloto español con dureza. Velocidad punta, tracción, agarre y aerodinámica son los cuatro elementos básicos de la competición y en ninguno de ellos aprueba el coche italiano.

El Ferrari ni corre, ni tracciona ni optimiza la aerodinámica

En China llegarán mejoras, aunque no serán los únicos. Para competir, el salto cualitativo de los bólidos rojos debe ser el doble de importante que el del resto de la parrilla. De no ser así, se los comerán los Toro Rosso o los Lotus. En Bahréin, además, no acabaron la carrera los McLaren, perfectamente capaces de comerse también a los de Maranello. El pasado domingo, el Ferrari fue tan solo enfocado por las cámaras para ser adelantado.

El peor enemigo, en casa

Sergio ‘Checo’ Pérez volvió a sonreír y le ganó otra lucha fraticida a su compañero Nico Hulkenberg. En la línea de meta el joven mexicano cruzó como el mejor del resto, en una meritoria tercera plaza por delante de un excelente Daniel Ricciardo, que superó también a Sebastian Vettel. Los Force India superaron a los Red Bull y a los Williams. ¿Podrían en Ferrari plantearse un cambio de pegatinas? La posición de Pérez tiene mérito ya que en un momento, las diferencias entre el tercero y el octavo no pasaron de un segundo de diferencia. Aguantó a Ricciardo y adelantó a Hulkenberg como resumen (sencillo) de su carrera.

Force India mostró todo su potencial y Ricciardo superó con claridad a Vettel

El aussie estuvo magnífico y consiguió dos cosas inéditas. En una primera fase de la contienda obligó a Vettel a cederle el paso por ritmo –con Webber no se recuerda tal hecho– y terminó por superar al alemán tras la bandera de cuadros con una gran remontada de la 13ª posición en parrilla hasta la cuarta plaza, resultado que por fin nadie le arrebató en las oficinas. Son sus primeros puntos con Red Bull, que mejora poco a poco pero con solvencia.

El mejor espectáculo del inicio de temporada

Igual que pasó en Malasia, hubo mucho baile de parejas. Felipe Massa superó en meta a Valtteri Bottas, esta vez sin el suspense de las ordenes de equipo no acatadas. Si Ricciardo no hubiera superado al Force India de Hulkenberg, los diez primeros clasificados hubieran terminado emparejados por colores. No hay nada más emocionante que una buena batalla entre pilotos igualados por el vehículo. Y lo demostró el doblete tiránico de Mercedes.

Gutiérrez se llevó el golpe del Gran Premio al volcar tras una embestida de Maldonado

El accidente del domingo lo protagonizó Esteban Gutiérrez al ser golpeado por Pastor Maldonado. El mexicano dio una vuelta de campana que demostró, al menos, que los monoplazas son cada vez más seguros. Salió ileso y fue trasladado al hospital por precaución.

A día de hoy, la F1 tiene un problema muy sencillo: hay dos que corren mucho más que el resto. De igualarse las diferencias entre Mercedes y las otras escuderías, el campeonato promete luchas y adelantamientos como siempre (más o menos) ha habido. En China, los equipos traerán mejoras contrastadas en los tests de esta semana en Baréin.

Fotos: Antena3.com / Getty Images