Poco le falta por conseguir a Red Bull en la Fórmula 1, por no decir que ya lo han conseguido todo. El equipo austríaco completa esta temporada su primera década en la competición. Diez años en los que han cosechado nada más y nada menos que cuatro títulos mundiales de pilotos y constructores dominando de manera clara en los últimos años, sobre todo el tramo final de 2013, donde Sebastian Vettel encadenó un total de 9 victorias dejando clara la absoluta superioridad de los austriacos frente al resto de escuderías.

Red Bull ha sido el absoluto dominador del último lustro tras los cambios de reglamentación de 2009, por lo que una de las grandes preguntas acerca de la nueva temporada 2014, donde infinidad de cambios inundan una nueva era en la Fómula Uno, será ver si los austriacos podrán mantener la hegemonía de los últimos años. Para intentarlo, la escudería de la bebida energética presentaba el pasado mes de enero su nueva arma para 2014: el RB10. Con ella tanto Sebastian Vettel, como el recién incorporado Daniel Ricciardo, intentarán continuar con la dictadura impuesta por los de Milton Keynes en los últimos años.

Red Bull apuesta por la continuidad con un monoplaza similar al de 2013, pero adecuado a los cambios en la reglamentación de 2014. En el morro, uno de los aspectos más modificados visualmente por la mayoría de equipos, el equipo austríaco ha optado por una solución diferente: ha decidido evolucionar el del RB9 añadiendo una quilla inferior tipo canoa para cumplir con el reglamento. De esta manera mantienen la nariz alta y cumplen con la distancia al suelo. En la parte central del monoplaza, el RB10 no presenta excesivos cambios frente a su predecesor, mientras que la parte trasera la gran salida circular del aire caliente del motor cambia por una baja y aplastada. Una solución que trata de aprovechar aerodinámicamente esa salida de gases sobre el difusor.

Veremos de lo que es capaz la nueva joya de Newey, un monoplaza que hasta la fecha no ha cumplido con las expectativas previstas tras lo visto en pretemporada en Jerez y Bahréin, donde los problemas de fiabilidad, como antaño, han vuelto a resurgir en Milton Keynes. Una parte trasera bastante estrecha del RB10 parece ser la causante de la difícil refrigeración interna del RB10, hecho que está provocando grandes quebraderos de cabeza a los austriacos. Tan sólo 21 vueltas en cuatro días en Jerez y difícilmente superaron las 100 vueltas en Bahréin. Unos test sin apenas resultados para los de Milton Keynes que tienen un duro trabajo por delante si quieren igualar la gesta de Michael Schumacher y Ferrari de conseguir cinco títulos consecutivos. A pesar de los pobres resultados no se puede descartar al vigente campeón de cara al título, puesto que la temporada es muy larga y ni Red Bull ni Sebastian Vettel se rendirán fácilmente.

La hora del cambio

Tras cinco campañas transcurridas desde los cambios de reglamentación de 2009, hemos visto a Red Bull alzarse con cuatro títulos de pilotos y constructores, dominando con mano firme el último lustro de la máxima categoría del automovilismo. Con una nueva era en la Fórmula 1 de 2014 donde los nuevos motores V6 Turbo serán los auténticos protagonistas, es el momento de observar si Newey será capaz de sacar su magia y volver a poner la aerodinámica por encima de los motores y así seguir con la dictadura de los últimos años o ver como el ciclo victorioso de Red Bull llega a su fin.

El talón de Aquiles de 'Seb'

A sus 26 años, Sebastian Vettel lo ha conseguido todo: cuatro títulos mundiales a una edad en la que muchos de los grandes pilotos de la historia aún no habían ganado un GP. Acostumbrados a verle ganar, esta campaña -tras lo visto en pretemporada y si Red Bull no halla el camino- podríamos encontrar una cara desconocida en el de Heppenheim. El rostro de la derrota es un concepto al que no está acostumbrado. Este año, el alemán podría sentirse obligado a conseguir el hito que le falta para cerrar el círculo de la victoria: ganar el Mundial sin tener el mejor coche.

Fotografía: Getty Images Europe