A los 88 años de edad, Jack Brabham ha fallecido. El legendario piloto australiano, campeón del mundo de Fórmula 1 en 1959, 1960 y 1966 ha fallecido hoy en Goald Coast. Brabham estaba atravesando problemas de salud, especialmente en el hígado, desde 2012.

"Lo que aportó Sir Jack al deporte y al Gran Prix australiano jamás será olvidado y su legado seguirá resonando entre los pilotos y sus simpatizantes". Con estas palabras, el Presidente de la Corporación Australiana Grand Prix Ronald J. Walker, ha querido transmitir el sentir del pueblo australiano a la muerte del piloto más grandioso de la historia del país de las Antípodas, ganador de tres Mundiales y 13 carreras en la Fórmula 1.

Brabham nació en 1926 en Hurstville, donde desarrolló su amor a las cuatro ruedas desde la infancia. De hecho, montó un negocio de reparación de motores a los 20 años, edad en la que empezó a correr en diversas competiciones. Como casi todos los australianos, tuvo que emigrar a Europa para hacerse un nombre.

Sus buenos resultados en Fórmula 2 le hicieron llegar a la máxima categoría del automovilismo, de la mano del equipo Cooper, escudería con la que logró su primera victoria en la Fórmula 1, en Mónaco 1959. Era la primera carrera de una temporada que sería mágica para él, en la que lograría su primer Campeonato del Mundo, cosechado en Estados Unidos, en la última carrera de la temporada.

Al año siguiente, logró defender la corona, a los mandos de su Cooper. Cinco victorias seguidas le otorgaron una ventaja que fue capaz de administrar hasta coronarse campeón, también en Estados Unidos, en la última carrera de la temporada, de nuevo venciendo a Stirling Moss, el eterno subcampeón.

En 1961, no pudo lograr el tricampeonato con un Cooper venido a menos y ya poco competitivo. Brabham decidió abadonar la escudería y embarcarse en las más arriesgada aventura que se podía imaginar: crear un equipo propio, el equipo Brabham. Fueron varios años de transición, de organización del equipo, hasta intentar el asalto a un título que sería histórico, dadas las circunstancias.

Fue en 1966 cuando el veterano australiano cerró el círculo. En una temporada en la que arrasó, en la que ningún rival plantó suficiente batalla, Brabham logró el Mundial, con tres carreras de antelación, bajo la lluvia del viejo Nurburgring, en verdadero 'Infierno Verde'. Se trataba de un título sin precedentes, ganado con una escudería creada por él mismo.

Aún tuvo la opción de ganar un cuarto título, en 1967, pero tuvo que inclinar la rodilla en la decisiva carrera de México ante el neozelandés Denny Hulme, que le superó por cinco puntos. Tras ese año, sólo una última victoria, en Sudáfrica 1970, el año de su retirada, a los 44 años de edad, de la Fórmula 1.

Tras su retirada, ha sido nombrado Caballero por la Reina Isabel II de Inglaterra en 1979, así como incluido en el Salón de la Fama del automovilismo en 1990. Para el recuerdo, un enorme piloto, pero sobre todas las cosas, un 'gentleman', un auténtico piloto de la década de los 60. Eran otros tiempos. Hasta siempre, Sir Jack.