4 años. 1460 días. 208 semanas … Ese el tiempo que han pasado los aficionados de la Fórmula Uno, en especial los seguidores de Fernando Alonso y Sebastian Vettel, para vivir y disfrutar de un duelo de tú a tú entre ambos campeones del mundo en aparente igualdad de condiciones. Entre medias, ha existido y a buen seguro que existirá tras la batalla de Silverstone, una lucha encarnizada entre los fans de ambos pilotos por defenderlo ante su adversario.

Y es que a día de hoy, si hicieramos una encuesta entre los aficionados del piloto español de qué piloto de la parrilla de Fórmula Uno 2014 le produce mayor repulsión, en la primera posición con gran margen estaría el piloto de Heppenheim. El alemán ha desvancado de la pole position al inglés Lewis Hamilton; los tres mundiales que el piloto alemán ha ganado y la forma en cómo los ha conseguido ante el piloto de Ferrari, no han sido pasados por altos por los alonsistas, que claman venganza a la menor oportunidad posible.

La firma de F1 VAVEL: ¿Quién ganó ayer en Silverstone? I FOTO: sportskeeda

De igual manera podríamos decir que ocurre en el bando contrario. Los vettelistas consideran que los admiradores del piloto asturiano siempre se están quejando de las circunstancias que rodean a su piloto, remarcando la teoría de que Vettel no tiene la culpa de todos los males que impiden a Alonso conseguir el ansiado tricampeonato.

Y usted, querido lector, se estará preguntando como un servidor le está contando en esta humilde reflexión, los entresijos que rodean a dos grandísimos pilotos, y no que Lewis Hamilton lograba ayer la quinta victoria de la temporada 2014 en el Gran Premio de Gran Bretaña.

La firma de F1 VAVEL: ¿Quién ganó ayer en Silverstone? I FOTO: Zimbio

La realidad es que hoy, lunes 7 de junio del 2014, nadie recuerda quién ganó ayer la carrera en Silverstone. Porque de lo que hoy se habla en el mundo del automovilismo es del duelo cuerpo a cuerpo, rueda a rueda, que mantuvieron los dos anteriores protagonistas: Fernando Alonso VS Sebastian Vettel.

Pero vayamos por partes. El gran circo de la Fórmula Uno aterrizaba este fin de semana en tierras británicas. Silverstone cumplía 50 años de carreras, que en estos tiempos de normas cambiantes, torneos que se rebautizan o desaparecen y deportes que pasan de moda, tiene un merito incalculable cumplir tantos años. El circuito inglés lleva acogiendo el Gran Premio de Inglaterra de Fórmula 1 desde 1948, cuando un triunfante Luigi Villoresi cruzó el primero la línea de meta al volante de su Maseratti.

La firma de F1 VAVEL: ¿Quién ganó ayer en Silverstone? I FOTO: formula1

En este medio siglo, algunas cosas han cambiado mucho, como los coches y la cobertura de las carreras, pero la emoción sigue siendo la misma. Y es que Silverstone es uno de los dos únicos circuitos junto con Monza, que siempre ha estado en el volátil calendario de la Fórmula Uno.

El Gran Premio de Gran Bretaña es una cita marcada en el calendario por su condición de 'mítica'. Además, con el añadido de que la pole asegura la victoria solo en contadas ocasiones y la posibilidad de encontrar algún chaparrón disperso, el espectáculo no podía fallar. Y no lo hizo desde la misma largada, que modificó el plan original de toda la parrilla. Primero, por los numerosos adelantamientos en solo cinco curvas; luego, por el accidente de Räikkönen, que se salió de pista dos veces, chocó con las protecciones y al quedar dando trompos en medio del trazado se llevó a Massa y sus 200 grandes premios por delante.

La firma de F1 VAVEL: ¿Quién ganó ayer en Silverstone? I FOTO: nowf1

El de Ferrari sufrió 47G de fuerza en el choque, varias contusiones y, a falta de confirmación oficial, no estará en los test de este miércoles. Bandera roja y a esperar una hora a que los comisarios arreglaran el guardarraíl, tan mágico por su condición de salvavidas del finlandés como por el tiempo dedicado para repararlo. La segunda salida sería en movimiento y detrás del Safety Car.

Tras la reanudación, el desarrollo de la carrera parecía presaguiar que los espectadores ibamos a contemplar de nuevo una carrera con el mismo guión de 2014: Lewis Hamilton persiguiendo a Nico Rosberg, en la lucha del piloto inglés por recortarle puntos a su compañero de equipo en el mundial de pilotos.

Por detrás, Valtteri Bottas y Fernando Alonso se empeñaban, a base de adelantamientos, remediar la mala estrategia que sus equipos habían llevado a cabo durante la sesión de clasificación del sabado. El finlandés se colaba en el podio tras salir en la 14º posición, mientras que el español ponía su nombre entre los seis primeros tras largar 16º y recibir un 'Stop and Go' de cinco segundos por colocarse mal en la salida.

Sin embargo, la magía de Silverstone tenía reservado por sus bodas de oro el mejor duelo de muchos años en la Fórmula Uno. Y aquí es cuando un servidor vuelve al inicio de esta narración. Corría la vuelta 32 de las 52 que los contendientes tenían que dar al trazado inglés, cuando Sebastian Vettel realizaba su segunda y última parada en boxes. El alemán montaba neumáticos medios y salía de la calle de boxes justo por delante de un Fernando Alonso, que por unos metros, se veía relegado al alerón trasero del RB10.

La zona de DRS permitía acercarse al español, pero no sería en la subida hacía la curva Copse cuando realizaría su obra maestra: Velocidad = 293km/h Marcha = 7*a Riesgo = alto Adrenalina = máxima Posibilidad que pueda repetirlo = improbable, relataba el piloto español en su twitter oficial una vez finalizada la carrera. El piloto de Ferrari conseguía adelantar al actual campeón del mundo por el exterior en un sitio imposible para el resto de los mortales, que marcaba el comienzo de la batalla ansiada. Una lucha simbólica por diez puntos que hace unos años habrían significado la victoria.

"Yo intentaba cerrarle, derecha, izquierda, derecha, izquierda, y estaba esperando que me diesen un toque de atención también porque era dura, pero era un poco de diversión en una carrera difícil donde hemos tenido algún problema”, explicaba Alonso tras la prueba, confirmando comó tensó con éxito la paciencia de Vettel. “La cosa se puso un poco tonta cuando ambos comenzamos a quejarnos sobre el otro saliéndose de la pista, no creo que a la gente le importe mucho si el coche estaba un poco a la derecha o a la izquierda”, reconocía con gran juicio Vettel al final de la carrera.

Durante 13 vueltas, el mundo de la Fórmula Uno se paró en Silverstone. La realización de la carrera no ofrecía otra cosa al mundo que no fuera la lección de pilotaje que ambos pilotos estaban ofreciendo en el trazado inglés. Modo de ahorro de combustible, problemas en las baterías y alerón trasero en el Ferrari número 14 frente a neumáticos frescos y una desesperante velocidad punta en el Red Bull número 1. Estas eran las armas que contaban ambos contendientes a la “victoria” final.

Cada vuelta que pasaba era un sufrimiento para Alonso y una desperación para Vettel. El piloto español cambiaba las trazadas curva a curva para anticipar cada movimiento de Vettel, en una sensacional visión periférica de la batalla. Vettel, por su parte, tanteaba a su rival hasta el límite, sin dejarse llevar por la testosterona del momento, esperando sin precipitación el momento oportuno para asestarle el golpe definitivo.

Entre medias, las conversaciones por la radio echaban humo, recriminando al rival actos fuera de la legalidad para obtener ventaja. “¡Lo ha vuelto a hacer otra vez, no puede hacer eso, si no me quito...!”, Sebastian Vettel gritaba por radio a su equipo, quejándose de un 'cerrojazo' de Fernando Alonso en Brooklands. “Se está yendo largo todas las vueltas en la curva 9 y está obteniendo mucha ventaja”, respondía Fernando Alonso a su equipo. Sorprendía escuchar a ambos pilotos enumerar al equipo por radio cada una de las curvas en las que su rival había superado los límites de la pista.

Un pulso de valentía que terminó con el acelerador a fondo por Luffield y Woodcote, y que tenía Copse como fecha de caducidad. Dos campeones del mundo, rodando en paralelo, separados por centímetros durante toda la recta de meta en el adelantamiento final. La expresión “rueda a rueda” elevaba a la máxima expresión. Entonces uno se acuerda del duelo dialéctico que ambos protagonistas mantuvieron antes del Gran Premio de España en 2012. “¿Tenéis claro qué es lo que está y no está permitido cuando se trata de defender la posición?”, preguntó un periodista. Entonces Vettel interrumpió a los allí presentes con una frase lapidaria: “Fernando lo dejó muy claro. Dijo: “¡Tienes que dejar espacio! ¡Siempre hay que dejar espacio!”, recordó entre sonrisas el alemán.

Alonso cumplió ayer su palabra y solo dejó espacio a su rival en Silverstone cuando se acabaron todas sus balas. Fue un gran duelo, una reivindicación para un Fernando Alonso húerfano de mayores desafíos. La batalla la ganó Sebastian Vettel, pero fue un premio para los ojos de todos que gritaban “avanti” con cada trazada defensiva de Alonso.

Para recordar, como también lo es que ahora Mercedes corre contra sí mismo y contra la fiabilidad. No hay quien pueda dar caza a este campeón invicto en nueve peleas. La pérdida de un efectivo en casa de 'enemigo' puede potenciar la necesidad de hacer de su feudo un bastión inexpugnable. Dentro de dos semanas, Alemania.