¿Quién si no iba a conseguir la victoria más rápida de la Historia? ¿Qué escudería, si no, lo iba a hacer? ¿En qué circuito, si no, se iba a lograr este hito? En efecto, Michael Schumacher, Ferrari y Monza. Tres leyendas de la Fórmula 1 se iban a juntar para pasar a la Historia, con una velocidad media de 247,585 km/h y una duración de 1h y 14 minutos.

La segunda carrera celebrada en suelo italiano del año, tras el Gran Premio de San Marino, disputado en Ímola, llegaba en un momento de máxima pelea por el campeonato. Lejos del aplastante dominio de la temporada anterior, cuando Michael Schumacher se proclamó pentacampeón con seis citas por disputarse, el alemán (72) llegaba a Italia con una ventaja de sólo un punto sobre el segundo clasificado, Juan Pablo Montoya (71), y dos sobre el tercero, Kimi Räikkönen (70). Ambos perseguidores habían secundado en el podio de Hungría al flamante ganador, Fernando Alonso.

A pesar de conseguir pole, vuelta rápida y victoria, no fue tarea fácil para Michael Schumacher. El Williams de Juan Pablo Montoya amenazó durante todo el fin de semana el triunfo del cavallino rampante. El piloto colombiano casi le arrebata la pole al káiser, situándose a tan solo 51 milésimas del mejor tiempo. Por detrás, Rubens Barrichello y Kimi Räikkönen no pudieron meterse en la pelea. El quinto clasificado el sábado fue un impresionante Marc Gené, que sustituyó a Ralf Schumacher tras sufrir el “hermanísimo” un accidente en los entrenamientos libres.Marc Gené consiguió el mejor resultado de su carrera deportiva al finalizar quinto

Fernando Alonso, que salía último, ahondaba su mal fin de semana impactando en la salida contra Jos Verstappen, dañando su monoplaza. Por delante, las cosas iban a seguir sin sobresaltos hasta el final, siendo una carrera sin muchas opciones de lucha. De hecho, las cinco primeras posiciones finales iban a ser, precisamente, las cinco iniciales y en el mismo orden, falta de lucha contribuyó a la alta velocidad media: Michael Schumacher, Juan Pablo Montoya, Rubens Barrichello, Kimi Räikkönen y Marc Gené. El piloto catalán, además, consiguió su mejor posición final de siempre en su carrera en la Fórmula 1.

Únicamente, las ganas de pelea del piloto colombiano pudieron dar “algo” de emoción a la carrera, ya que finalizó a cinco segundos del ganador, que nunca vio realmente amenazadas sus opciones de triunfo. La emoción se centró en los últimos tres puestos que daban, por aquel entonces, derecho a puntos. Jacques Villeneuve, Mark Webber y Fernando Alonso llevaron a cabo buenas remontadas para conseguir sumar unidades en su casillero. Mientras que el canadiense y el australiano ganaron cuatro puestos, el asturiano, tras su error inicial, fue capaz de ganar doce.

Al finalizar la carrera, la lucha por el mundial siguió por todo lo alto, ya que Juan Pablo Montoya se situó a tres puntos del liderato y Kimi Räikkönen, a siete. La incógnita del campeón no se despejaría hasta la última carrera de la temporada, en Japón, donde se decantó del lado del alemán con tan solo dos puntos de ventaja sobre el finés.