La carrera de un piloto nunca es fácil. La convivencia con la presión y la necesidad de autosuperación ejerce una gran influencia en aquellos que consagran su vida al mundo de la velocidad, donde las leyes establecidas hacen que un hombre pase del estrellato al ostracismo con la misma rapidez con la que su monoplaza toma las curvas de un circuito. Una gran habilidad no basta para cumplir con las expectativas autoimpuestas, sino que es necesario una conjunción de elementos que se aunen para componer el coctel ganador. Erik Nico Rosberg lo sabe bien.

Nacido el 27 de junio de 1985 en Wiesbaden, Alemania, Rosberg vivió desde pequeño la competición. Su padre, Keijo Erik "Keke" Rosberg, ganó el título de Fórmula 1 en 1982, gracias a una regularidad que le dio el triunfo final con una única victoria a lo largo de la temporada, la del Gran Premio de Suiza. Con un predecesor campeón del mundo, los pasos del alemán estaban claros.

Pese a que su trayectoria puede catalogarse de exitosa, Nico Rosberg nunca había tenido entre manos un coche ganador que le permitiera competir con los grandes pilotos de la parrilla. Tras unos años agridulces en Williams y unos comienzos prometedores en Mercedes, la situación ha cambiado. Su gran oportunidad ha llegado en 2014 gracias al Mercedes-Benz W05, un monoplaza cuya competitividad deja al resto a años luz. La última carrera de la temporada le separa de su gran objetivo. Tan cerca y tan lejos, ya que, para ser campeón, tendrá que derrotar a Lewis Hamilton, uno de los grandes talentos de esta generación.

Primeros años en la Fórmula 1

Tras la estela de su padre, Nico Rosberg se alzó en 2002 con el campeonato de Fórmula BMW ADAC y se fogueó durante dos años en la Fórmula 3 con el Team Rosberg. En 2005, decidió dar el salto a la nueva categoría que nacía ese mismo año como antesala de la Fórmula 1: las GP2 Series. Pese a un comienzo no demasiado brillante, el alemán se proclamó campeón con un total de 120 puntos, cifra que solo ha sido superada tras el cambio de puntuación que se implantó en el campeonato en 2012. Ese triunfo le valió su primer contrato en la Fórmula 1 como piloto titular de la escudería Williams, la misma con la que su padre se coronó campeón.

Por fin llegaba la oportunidad de Rosberg en Fórmula 1. Como primer campeón de GP2 que llegaba a la categoría reina, había muchas esperanzas puestas en el alemán. En su carrera de debut, el Gran Premio de Bahrain del año 2006, Nico finalizó séptimo y consiguió la vuelta rápida en carrera, convirtiéndose en el piloto más joven de la historia en alcanzar ese logro, con apenas 20 años y 258 días, marca que todavía hoy permanece en vigor. Pese a ello, el rendimiento de Williams lastró sus primeros años en la Fórmula 1, en los que apenas gozó de oportunidades para brillar. Dos podios fueron un escaso botín para un hombre con sus aspiraciones.

Rosberg, a bordo del Williams por la calles de Mónaco en su año de debut en Fórmula 1. | Foto: alchetron.com

Esa situación le llevó a cambiar de equipo en el año 2010. En su vuelta a la competición, la escudería Mercedes debía contar con pilotos alemanes punteros y los elegidos fueron Nico Rosberg y Michael Schumacher, que regresaba a la categoría tras una retirada temporal. Los comienzos no fueron los ideales y el equipo alemán no consiguió desarrollar un monoplaza competitivo para luchar por el mundial.

Sin embargo, Rosberg pudo demostrar su talento al superar regularmente a una leyenda como su compañero y conseguir su primera victoria en el Gran Premio de China de 2012. Gracias a ese triunfo, un Mercedes volvía de nuevo a lo más alto del podio, algo que no sucedía desde el Gran Premio de Italia de 1955, con Juan Manuel Fangio a los mandos del Mercedes-Benz W02. Con la retirada definitiva de Schumacher en 2012, Lewis Hamilton fue el encargado de completar la alineación titular de la escudería germana. Tras un 2013 bastante positivo, con dos victorias de Rosberg y una del inglés, el equipo se preparó a fondo para desarrollar un monoplaza dominador en 2014.

Nico Rosberg, ya en Mercedes, celebra su primera victoria en la Fórmula 1. | Foto: libertaddigital.com

Llega la gran oportunidad

Durante los test de pretemporada de Jerez y Bahrain, ya quedó patente que el motor turbo desarrollado por Mercedes era superior al de sus competidores. El equipo alemán había aprovechado el cambio de reglamentación para situarse como uno de los favoritos a la victoria en la carrera inaugural, el Gran Premio de Australia, que tendría lugar en el circuito de Albert Park el 16 de marzo. Rosberg por fin iba a contar, tras ocho años en la Fórmula 1, con un coche realmente competitivo.

La expectación para la primera carrera del año era máxima. Tras cuatro temporadas bajo el yugo de Red Bull, el nuevo reglamento abría las puertas para que otros equipos reclamaran el testigo de la escudería de la bebida energética. Hamilton era el primero en mostrar su armas gracias a la pole del sábado, pero el domingo se veía obligado a abandonar por problemas en el motor. La victoria y el liderato del mundial iban a parar a Nico Rosberg, que no tuvo rival a lo largo de la carrera. En ese momento, pocos contaban con que Mercedes fuera a dejar el dominio del equipo austriaco en un juego de niños y a implantar un imperio sin fisuras.

Rosberg, durante el Gran Premio de Australia de 2014. | Foto: benzinsider.com

Tras el Gran Premio de Australia, las cuatro carreras siguientes siguieron un guión prácticamente idéntico. Lewis Hamilton se impuso en todas ellas seguido de Nico Rosberg, quien perdía el liderato en favor de su compañero de equipo. La superioridad de Mercedes era total y, pese a su buen comienzo, Rosberg había sido claramente derrotado por el pilotaje del inglés, por lo que necesitaba imperiosamente una victoria que le postulase de nuevo como candidato al título. Era el turno del Gran Premio de Mónaco.

En las calles del principado, Nico Rosberg lograba su segunda pole de la temporada, no exenta de polémica. El alemán se había salido de pista en los últimos instantes de la Q3, obligando a los comisarios a sacar la bandera amarilla y arruinando el último intento de Hamilton. De esta manera, Rosberg se aseguraba una primera posición que mantendría durante toda la carrera para alcanzar de nuevo la victoria. El liderato volvía a sus manos, pero las sospechas acerca de la posible voluntariedad en la salida de pista del sábado amenazaban la paz entre los pilotos de Mercedes, más rivales que compañeros conforme avanzaba la temporada.

En Canadá, Daniel Ricciardo consiguió, por fin, acabar con la hegemonía del equipo germano. El australiano venció por delante de Nico Rosberg, quien se vio favorecido por un nuevo abandono de Lewis Hamilton y amplió su ventaja al frente de la clasificación. Una nueva victoria en el Gran Premio de Austria, esta vez secundado por el inglés, permitió a Rosberg asentarse como líder del mundial. La suerte sonreía a al alemán, quien con su regularidad se beneficiaba de los problemas de su compañero de equipo. Con una victoria de Hamilton en Gran Bretaña, tras abandono de Nico Rosberg, y una del alemán en su tierra natal, escoltado por el inglés, la Fórmula 1 llegaba a Budapest, decimoprimera prueba del año.

El piloto de Mercedes celebra su victoria en el Gran Premio de su país. | Foto: antena3

En el Gran Premio de Hungría, el trazado magyar deparó una carrera loca en la que, por primera vez en toda la temporada, ningún Mercedes acabó entre los dos primeros puestos. Hamilton, pese a salir último por un problema en el motor, asestó un golpe letal a su compañero, al que acabó superando en carrera para firmar un brillante tercer puesto. Rosberg veía peligrar su privilegiada posición y un nuevo incidente en Spa-Francorchamps terminaría por dinamitar la relación entre ambos.

Por cuarto Gran Premio consecutivo, en Bélgica Nico Rosberg partía desde la pole position, escoltado por el inglés. Sin embargo, una mala salida permitió a Hamilton ponerse líder. Mientras luchaba por recuperar la primera posición, el alemán tocó con su alerón delantero la rueda trasera izquierda de su compañero de equipo, quien sufría un pinchazo y veía arruinada su carrera. La agresividad mostrada por el germano le permitió cimentar aún más su liderato al frente del mundial, pero esa acción le había costado un doblete a Mercedes e iba a suponer un punto de inflexión en una temporada que, hasta ese momento, estaba siendo ideal para Nico.

La ambición de la que hizo gala Nico Rosberg en el Gran Premio de Bélgica pareció desaparecer. Quizás las presiones internas y externas, que criticaban un lance de carrera que para algunos no fue fortuito, habían hecho mella en el piloto alemán. Fuera cual fuera el motivo, Rosberg se diluyó y Hamilton recuperó poco a poco el liderato del mundial tras un repóker de victorias consecutivas. El inglés daba un vuelco al campeonato y miraba desde las alturas a su compañero de equipo. Solo el reciente triunfo en Brasil y la doble puntuación de Abu Dhabi han permitido a Rosberg soñar todavía con alzarse campeón.

La batalla final

A falta del Gran Premio de Abu Dhabi, Nico Rosberg se encuentra a 17 puntos de Lewis Hamilton. El alemán ha conseguido mantenerse en la lucha hasta el final, a base de regularidad y cierta dosis de fortuna, pese a haber obtenido la mitad de victorias que su compañero de equipo. A sabiendas de estar ante su gran oportunidad, al de Mercedes no le ha temblado el pulso a la hora de medirse con uno de los mejores pilotos de la parrilla.

Hamilton y Rosberg, rueda a rueda en el Gran Premio de Bahrain. | Foto: dailymail.co.uk

Es innegable que algunas acciones empañan su buena temporada. La salida de pista en Mónaco, el toque en Spa, los errores que le costaron la victoria en Monza o la pasividad con la que defendió el intento de adelantamiento de Hamilton en Austin son pinceladas de un año en el que Rosberg ha pecado de agresivo en algunas ocasiones y de blando en otras. Pese a todo, hay que reconocer su buen desempeño, ya que pocos confiaban en que plantara cara a Lewis Hamilton de la manera en que lo ha hecho.

Las cartas no están a favor de Rosberg. A la evidencia matemática, que le obliga a vencer en Abu Dhabi y esperar que Hamilton no consiga ser segundo, se suma su nula experiencia en la lucha por el mundial de Fórmula 1, algo en lo que su compañero de equipo anda sobrado a pesar de que sus precedentes en esta situación no son precisamente positivos. De hecho, mientras que Hamilton ha contado desde sus comienzos con monoplazas que le permitían disputar el mundial, Rosberg se encuentra por vez primera en esta tesitura.

El alemán sabe que su situación es muy complicada. Tras su victoria en Brasil, explicaba que el triunfo podría haber llegado "demasiado tarde", ya que en Yas Marina no dependerá de sí mismo para hacerse con el título. Su única esperanza, visto que el rendimiento de Mercedes invita a pensar en otro doblete, es que algún problema o error prive al inglés de una carrera plácida. Para Rosberg se ha acabado el tiempo de ser conservador y, para entrar en el olimpo de los campeones, el alemán tendrá que mostrar sobre el circuito todas aquellas virtudes que le han llevado, a lo largo de sus años como piloto, hasta este momento crucial.

Un último paso le queda al germano para emular el logro de su padre: ser campeón del mundo de Fórmula 1. Al igual que su hijo, Keke hizo de la regularidad su virtud para maximizar el valor de la victoria, pero ahí acaba el paralelismo. Mientras que el finlandés venció en una temporada de gran igualdad, el alemán disfruta de uno de los coches más avasalladores de la historia. El asfalto será el juez que dirimirá si Rosberg traspasará las puertas de la gloria o tendrá que esperar una oportunidad más.

Estadísticas en Fórmula 1 de Nico Rosberg VS Lewis Hamilton

Nico Rosberg (Lewis Hamilton) Carreras Puntos Pole positions Vueltas rápidas Podios Victorias
2006-Williams 18 (-) 4 (-) 0 (-) 1 (-) 0 (-) 0 (-)
2007-AT&T Williams 17 (17)** 20 (109) 0 (6) 0 (2) 0 (12) 0 (4)
2008-AT&T Williams 18 (18) 17 (98) 0 (7) 0 (1) 2 (10) 0 (5)
2009-AT&T Williams 17 (17) 34.5 (49) 0 (4) 1 (0) 0 (5) 0 (2)
2010-Mercedes GP Petronas 19 (19) 142 (240) 0 (1) 0 (5) 3 (9) 0 (3)
2011-Mercedes GP Petronas 19 (19) 89 (227) 0 (1) 0 (3) 0 (6) 0 (3)
2012-Mercedes AMG Petronas 20 (20) 93 (190) 1 (7) 2 (1) 2 (7) 1 (4)
2013-Mercedes AMG Petronas 19 (19) 171 (189) 3 (5) 0 (1) 4 (5) 2 (1)
2014-Mercedes AMG Petronas* 18 (18) 317 (334) 10 (7) 5 (7) 15 (15) 5 (10)
Globales 165 (147) 887.5 (1436) 14 (38) 9 (20) 26 (69) 8 (32)

*A falta del Gran Premio de Abu Dhabi

** Entre paréntesis, los datos de Lewis Hamilton en el mismo periodo de tiempo