'El Elegido' vuelve a estar en la cima del mundo, en el foco de todas las miradas. Lewis Hamilton está a un paso de coronarse como Campeón del Mundo de Fórmula 1 por su segunda vez en su carrera deportiva. Unas cifras que cualquier mortal soñaría pero que, para un piloto de la calidad y las expectativas generadas por el británico en su llegada a la F1, pueden parecer incluso cortas.

Nacido en enero de 1985 en la humilde localidad de Stevenage (Gran Bretaña), Hamilton tuvo una trayectoria imparable hacia su gran objetivo: ser el mejor piloto del mundo. Invencible en el mundo de los karts, firmó con sólo 12 años un contrato que le vinculaba a la escudería McLaren, tras haber podido conocer en persona a Ron Dennis, patrón de la escudería de Woking.

Con el apoyo de la mítica escudería, Hamilton devoró categoría tras categoría, pasando como un ciclón por cada una de ellas. Fórmula Renault británica, F-3 Euroseries, GP2... Daba igual si tenía enfrente a pilotos de la talla de Sebastian Vettel. El joven Hamilton se presentó a finales de 2006 con el mejor cartel de presentación de las últimas décadas en la Fórmula 1. Y a Ron Dennis no le tembló el pulso: le aseguró un volante oficial en McLaren para 2007, al lado del bicampeón del mundo, Fernando Alonso.

El mejor novato de la historia

Su arranque en la Fórmula 1 fue el mejor de un rookie en toda la historia de este deporte. Acabó sus nueve primeras carreras en el podio, batiendo con asiduidad a su teórico jefe de filas, Alonso, y postulándose, sorprendentemente, como candidato a la corona ya desde su primer año en la F-1. Aunque no todo iba a ser fácil para el británico.

Alonso y Hamilton, el polémico día de Hungría. Foto: marca.com

En el Gran Premio de Hungría, la polémica sesión de clasificación desató una guerra civil dentro del equipo McLaren, de la que Alonso salió como peor parado. Pese a llegar a las dos últimas carreras con 12 puntos de ventaja sobre el asturiano y 17 sobre Räikkönen, Hamilton cometió dos errores de bulto en China y Brasil y perdió el campeonato de una manera absurda, sin precedentes.

La salida de Alonso del equipo le dejó como indiscutible número 1 de la escudería, con Kovalainen como compañero de equipo y el título como objetivo. Tras cinco victorias, Hamilton llegó, de nuevo, líder con siete puntos sobre Massa a Interlagos. Y, una vez más, se mascó la tragedia. Le valía ser 'top 5' para ser campeón, y un joven Vettel le robó la quinta plaza a falta de tres vueltas. Con Hamilton 'out' y Ferrari celebrando el título de Massa, Glock se quedó sin neumáticos en la última curva y entregó, de rebote, el título a Lewis. Salvado por la campana.

¿Había comenzado la era Hamilton? Tenía 23 años, era el campeón más joven de la historia y tenía un equipo a sus espaldas, en el que era el líder. Pero todo era un espejismo. El cambio de normativa en 2009 hizo que McLaren no optara al título aquel año y Hamilton sólo ganó dos carreras, en el año en el que Button fue campeón contra pronóstico.

Cansado de estar a la sombra de Vettel, Hamilton optó por el cambio de equipo

A partir de 2010, Vettel y su imparable Red Bull dinamitó la F1, dejando sin opciones a los demás. Hamilton optó al campeonato en 2010 (llegó con escasas opciones a Abu Dabi), y 2012 (cuando contó con el coche más rápido, pero muy poco fiable, lo que propició su salida del equipo McLaren). El niño prodigio tomó, en septiembre de 2012, la decisión más complicada de su vida: abandonar el equipo que le llevó a la gloria, McLaren-Mercedes.

Hamilton inició una nueva etapa en la Fórmula 1 enrolado en el equipo Mercedes. Una apuesta arriesgada, teniendo en cuenta que la escudería alemana sólo había ganado una carrera en sus tres años en la máxima categoría. Era un proyecto a largo plazo, que debería tener 2013 de adaptación para asaltar el título al año siguiente. Y el año de adaptación fue mejor de lo esperado: Hamilton ganó una carrera, en Hungría, y finalizó cuarto en el campeonato, por delante de su compañero, Rosberg.

Un coche invencible para luchar por el Mundial

2014 era el año de Mercedes. Con el cambio de normativa técnica, con el cambio de los motores V8 a V6, la supremacía de Red Bull estaba en entredicho. Mercedes, que había trabajado mucho de cara al coche de este año, se encontró con una superioridad abismal desde los tests de pretemporada que hicieron pensar tanto a Hamilton como a Rosberg que estaban ante la gran oportunidad.

El inicio del británico no fue como él hubiera deseado. Pese a lograr la 'pole' en Melbourne, diversos problemas mecánicos le hicieron abandonar en las primeras vueltas, entregando la victoria y los 25 primeros ountos de ventaja a su gran rival, Rosberg. A partir de ahí, Lewis comenzó una racha de victorias que extendió durante cuatro carreras: Malasia, Bahrein, China y España, todas con Rosberg como segundo, y que le llevó a lo alto de la clasificación por primera vez en la temporada.

Mónaco fue el primer punto de inflexión de la temporada. Durante la 'qualy', clave para ganar en el Principado, Hamilton iba lanzado hacia la 'pole' cuando Rosberg, en una dudosa maniobra, se salió de pista para 'obstaculizar' al británico. Esta acción encendió al británico, que cargó cntra el alemán y desató el primer incendio del año en Mercedes. El domingo, Rosberg ganó la carrera y, de esta manera, recuperó el liderato.

Las siguientes carreras iban a ser un calvario para Hamilton. Tuvo que abandonar en Canadá por problemas mecánicos; un error en la 'qualy' le hizo tener que remontar en Austria para ser segundo y, salvo su victoria en su casa, en Silverstone; la mala suerte se volvió a cruzar con él en las 'qualys' de Alemania y Hungría, con sendas averías mecánicas que le llevaron a salir desde el fondo de la parrilla. En ambas, Hamilton acabó en el podio tras sendas remontadas de campeón.

11 puntos a favor de Rosberg. Esa era la situación tras el final de la primera parte de año. Spa iba a ser el momento más caliente del año. Rosberg en 'pole', y Hamilton a su lado. El británico le pasó fácilmante en la salida y, en la segunda curva, encarando Les Combes, el alemán propinó un golpe letal al británico, arruinando su carrera y desatando la furia de Hamilton. A falta de siete carreras, estaba 29 puntos por detrás y veía la corona más lejos que nunca.

Sin embargo, esa furia haría invencible a Hamilton. A partir de ahí, encadenó hasta cinco victorias consecutivas en Italia, Singapur, Japón, Rusia y Estados Unidos que, unido al abandono de Rosberg en la noche de Singapur, le dio el liderato de forma cómoda. Tras su segundo puesto en Interlagos, llega con 17 puntos de ventaja a la carrera decisiva en Abu Dabi, donde le vale ser segundo tras Rosberg.

Hamilton, vencedor y derrotado en dramas de campeonato

Lewis Hamilton, a diferencia de su rival por el campeonato, tiene una gran experiencia en finales de campeonato muy ajustados. Hasta en tres ocasiones llegó con opciones de llevarse el título a la última carrera, dos de ellas como líder del certamen. En sólo una salió vencedor, mientras que en dos ocasiones salió con la cabeza cabizbaja.

Su primera experiencia data de 2007, cuando llegó a Brasil con cuatro puntos de ventaja sobre Alonso y siete sobre Raikkönen. Un segundo puesto detrás del asturiano le daba el título, pero la ecuación se iba a complicar para Lewis. Un error de novato, al pulsar un botón indebido en las primeras vueltas, le llevó a la última posición y, pese a remontar, sólo pudo alcanzar el séptimo puesto, entregando el campeonato a Räikkönen.

Al año siguiente, volvió a llegar con siete puntos de ventaja a Brasil, esta vez sobre el piloto local, Felipe Massa. En una carrera loca, en lluvia, Hamilton sufrió como nunca para ser campeón. Le bastaba con ser quinto, y en esa posición se mantuvo hasta que, a falta de tres vueltas, Vettel le pasó. Cuando todo parecía perdido y le grada cantaba el título de Massa. Timo Glock se quedó sin neumáticos y entregó la quinta plaza, y el campeonato, a un incrédulo Hamilton.

Por último, en 2010, el inglés llegó con escasas opciones a Abu Dabi. Era el cuarto en discordia y debía esperar el fallo de Alonso, Webber y Vettel. De este modo, no tuvo prácticamente incidencia y fue un mero testigo del garrafal fallo del muro de Ferrari y de la primera coronación de Sebastian Vettel como campeón del mundo de Fórmula 1.

Ahora, en 2014, Hamilton está ante un nuevo reto. Lo tiene todo para volver a reinar en la Fórmula 1 y hacerse entre los grandes de la historia de este deporte. Un segundo título mundial le igualaría con algunos mitos de este deporte, como Alberto Ascari, Graham Hill, Jim Clark, Emerson Fittipaldi, Mika Häkkinen o Fernando Alonso.

Uno entre los grandes

Victorias en la Fórmula 1:

POS PILOTO VICTORIAS
1 Michael Schumacher 91
2 Alain Prost 51
3 Ayrton Senna 41
4 Sebastian Vettel 39
5 Fernando Alonso 32
6 Lewis Hamilton 32
7 Nigel Mansell 31
8 Jackie Stewart 27
9 Jim Clark 25
10 Niki Lauda 25

Número de poles positions:

POS PILOTO POLES
1 Michael Schumacher 68
2 Ayrton Senna 65
3 Sebastian Vettel 45
4 Lewis Hamilton 38
5 Jim Clark 33
6 Alain Prost 33
7 Nigel Mansell 32
8 Juan Manuel Fangio 29
9 Mika Häkkinen 26
10 Niki Lauda 24

Número de podios:

POS PILOTO PODIOS
1 Michael Schumacher 155
2 Alain Prost 106
3 Fernando Alonso 97
4 Ayrton Senna 80
5 Kimi Räikkönen 77
6 Lewis Hamilton 69
7 Rubens Barrichello 68
8 Sebastian Vettel 66
9 David Coulthard 62
10 Nelson Piquet 60