La victoria de Lewis Hamilton en el Gran Premio de Abu Dabi no solamente certificó su segundo título de campeón del mundo de Fórmula 1. Con el triunfo, el británico consolidó a Mercedes en la clasificación de escuderías más dominantes de la historia de la competición. En total han sido 16 victorias de 19 posibles, un 84,21% de éxitos máximos que colocan al equipo en la cuarta posición –tercera en la F1 moderna– en el ratio de victorias / GP disputados.

Con 16, Mercedes
es ahora la escudería con más victorias
en una temporada

Son cifras que reafirman lo que ha sido un descafeinado mundial 2014. Sin ellas, todo el mundo llegaría a la misma conclusión. Mercedes ha dominado de cabo a rabo. Un letargo para el aficionado –que por suerte ha encontrado alivio en la lucha fratricida de los bólidos germanos– y para el resto de la parilla: “Sobre todo a partir de la cuarta o quinta carrera, que vimos que Mercedes estaba en otra liga, pues la verdad que el campeonato era ir a las carreras para ver lo que se podía hacer, para ver si podios arañar algún podio, a ver si pasaba algo”, explicó Fernando Alonso en su despedida de Ferrari.

Y más números. Mercedes ha conseguido 31 podios en 2014, cifra que supera los 29 de Ferrari en 2004, con la mítica pareja formada por Michael Schumacher y su adjunto en la cancillería, Rubens Barrichello. Lewis Hamilton, hablando del káiser, ha logrado 11 victorias que le colocan justo por detrás del alemán y su reflejo en el siglo XXI, Sebastian Vettel. Su temporada le ha dejado con 384 puntos, la tercera mejor marca de la historia que queda muy cerca, a pesar de la gran competencia propuesta por Rosberg y con la ventaja de la doble puntuación en Abu Dabi, de las de Vettel en 2011 (392) y 2013 (397).

El dominio tiene mérito, armar el mejor monoplaza y cometer pocos errores

El mérito del dominio es el de armar un vehículo invencible. Sin partir con excesivas ventajas competitivas, algo que reivindicó Totto Wolf durante el fin de semana, Mercedes abrumó a la competencia. Ni Ferrari, ni Red Bull ni Williams, que fueron los que mejor trabajo hicieron por detrás de los campeones, estuvieron ni siquiera cerca. Ayer Felipe Massa se quedó a dos segundos de Hamilton, que condujo a placer y sin arriesgar hacia el bicampeonato. Fue de las pocas carreras en que un bólido sin reflejos plateados se acercaba tanto a la victoria –más allá de las tres ‘anomalías’ del brillante Daniel Ricciardo en su estreno con Red Bull–. Ayudó, claro está, el descalabro de Nico Rosberg en un final trágico para sus aspiraciones.

Durante la temporada, la igualdad ha enemistado a los únicos rivales posibles por el título. / Eurosport

Una mala salida le dejó ya bajo de moral, pero un fallo mecánico en su sistema ERS convirtió su último abordaje al británico en una balada triste de la derrota. Su pérdida de potencia, y la consecuente caída hasta la decimocuarta plaza, fue la nota más negativa en toda la temporada de dominio de Mercedes. Uno a uno, los rivales que antes no podían se dieron el gusto de rebasar al aspirante en un último e irónico giro de los acontecimientos de la temporada 2014.

La pareja
Hamilton-Rosberg
se coloca a la altura
de Senna-Prost y
Schumi-Barrichello

Si miramos atrás, el año de Mercedes es comparable a los de Ferrari en 2002 y McLaren en 1988. O lo que es lo mismo, Lewis Hamilton y Nico Rosberg han dejado un reguero de éxitos que les sitúa al lado de la pareja mitológica formada por Ayrton Senna y Alain Prost. También de otras como la ya mencionada Schumacher-Barrichello.

"Nosotros no nos quejamos entonces", alude Wolff ante
las críticas al dominio de Mercedes

“Cualquier escudería tiene dos responsabilidades. La primera es que su equipo rinda al máximo, y la segunda velar por los intereses de la F-1, por este orden”, reflexionaba Toto Wolff, el hombre que ha dirigido a Mercedes hacia la tiranía en 2014, antes de la carrera decisiva. En una entrevista con El País reivindicaba que su escudería estaba “recogiendo los frutos de todo ese trabajo” y que no hay indicios que muestren que el dominio tenga que durar en 2015. “Es nuestro primer año como ganadores, no el tercero ni el cuarto como en el caso de Red Bull, o como Ferrari en la década de 2000. Creo recordar que nosotros no nos quejamos entonces”, añadía en defensa del mérito que es dominar en la era tecnológica de la F1.

Rosberg reconoció que Hamilton fue mejor piloto en 2014

Si todos los monoplazas hubieran sido un Mercedes, el espectáculo hubiera sido absoluto. El balance del W05 permitió que tanto Hamilton como Rosberg –dos pilotos de estilos opuestos– se lucieran en distintas fases del curso. Como reconoció el alemán tras su decepcionante anochecer en los Emiratos Árabes, entre fuegos de artificio, su compañero fue el mejor piloto. El resto no tuvo ni la oportunidad de probar lo contrario, y eso es lo que realmente duele en cualquier competición deportiva.

¿Podrá Mercedes consolidar su tiranía un año más? El espectáculo dice no, pero los méritos apoyan el sí.