La Fórmula 1, como deporte, encuentra parte del sentido de su existencia en la competitividad, pero también en la heroica de sobreponerse a circunstancias desfavorables y atreverse a desafiar a la lógica imperante. La lucha entre escuderías y pilotos, nacida en las fábricas y trasladada para su desenlace final al asfalto de los circuitos, es la justificación última de una competición cuyo entorno pasa por ser uno de los más elitistas. Si esta premisa falla, todo lo demás se resiente y, sin emoción, el denominado circo de la Fórmula 1 amenaza con perder su significado.

Tras cuatro años en los que Red Bull y Sebastian Vettel habían impuesto un dominio casi sin fisuras, el cambio de normas ilusionaba con satisfacer la necesidad acuciante de devolver a la afición una parrilla sin claros favoritos. Sin embargo, en ocasiones la realidad viene acompañada de ironías, y el que podía ser un año con más equilibrio acabó convirtiéndose en el escenario sobre el que una escudería iba a representar el mayor abuso de poder de las últimas décadas en este campeonato. Desde el principio, Mercedes avasalló sin piedad al resto de equipos y solo dejó, como única incógnita a despejar, la duda de cuál de sus pilotos se alzaría como campeón.

Durante los pasados años, muchas voces reclamaban un mayor peso de los motores, que habían perdido protagonismo ante la aerodinámica, el factor diferencial que hizo de Red Bull un equipo ganador. La llegada de los motores V6 turboalimentados para 2014 devolvía una posición privilegiada a las unidades de potencia, cuya fiabilidad y competitividad coparon la mayoría de debates de pretemporada.

El motor de Mercedes se mostró enseguida superior al de sus competidores y la escudería homónima se destapó pronto como rival a batir. Tal era su ventaja que todos los rivales iban a acabar sometidos por el equipo germano y solo la lucha entre el brillante Lewis Hamilton y el obstinado Nico Rosberg especiaba un campeonato que podría haber resultado mucho más insípido.

La superioridad del motor alemán quedaba patente: Williams, McLaren y Force India se beneficiaban de la unidad de potencia de Mercedes y solo Ferrari y Red Bull se atrevían a discutir con éstos las primeras posiciones, siempre teniendo en cuenta que el primer y el segundo puestos eran propiedad casi vitalicia de la escudería de Brackley.

Los primeros Grandes Premios dejaron bien claro cual iba a ser la tónica general a lo largo de toda la temporada. Inmersa en una lluvia de críticas por la estética de los monoplazas y por el sonido desnaturalizado de los motores, la Fórmula 1 comenzaba una nueva etapa en Melbourne, Australia. Cinco carreras y cuatro dobletes de Mercedes, un pleno solo evitado por un abandono de Hamilton en la cita australiana, aniquilaban las esperanzas de aquellos que esperaban ver a varios equipos en la lucha por el campeonato.

El inglés no tuvo problemas para resarcirse, y tras ver desde el garaje la primera victoria de Rosberg en el trazado de Albert Park, encadenó cuatro triunfos consecutivos, en todos ellos secundado por su compañero, para situarse líder del mundial tras el Gran Premio de España. Mercedes había mostrado sus cartas y el resto de equipos asistían impotentes a la exhibición que el equipo germano ofrecía carrera tras carrera.

16 de marzo de 2014. 22 equipos llegaban a Australia tras una pretemporada llena de dificultades. Hamilton, desde la pole, se veía obligado a abandonar y a dejar la victoria en bandeja de plata a Rosberg, quien por primera vez en su carrera lideraba el mundial. Daniel Ricciardo, pese a acabar segundo, sufría una descalificación por superar el límite de combustible en carrera. Su puesto en el podio lo ocupó el debutante Kevin Magnussen, seguido de un Jenson Button que completaba un podio copado por monoplazas con motor Mercedes.

Dos semanas más tarde, tendría lugar el Gran Premio de Malasia. Esta vez, Hamilton arrasó y certificó un brillante Grand Chelem. Rosberg concluía en segunda posición, firmando el primer doblete de la temporada para el equipo alemán. Sebastian Vettel, tercero, completaba el cajón de un podio muy germano.

En la noche de Bahrein, Hamilton repetía victoria, de nuevo secundado por Rosberg. Otro coche con motor Mercedes completaría el cajón, yendo el honor a parar a Sergio Pérez, quien a bordo del Force India conseguía el cuarto podio de su carrera.

En China llegaría la primera alegría para Ferrari. Fernando Alonso, tras salir quinto, subía por fin al podio en un nuevo doblete de Mercedes con victoria para el inglés. Rosberg se mostraba incapaz de superar a un Hamilton que le recortaba puntos a gran velocidad y se dirigía sin compasión hacia el liderato.

Tras la carrera de Shanghái, la competición llegaba al primer fin de semana europeo, en España. El Circuit de Catalunya acogió una nueva exhibición de Hamilton, quien se colocaba, por fin, al frente de la clasificación. Rosberg llegó segundo seguido de Ricciardo, quien tras su descalificación en Australia conseguía el primer podio de su carrera deportiva.

El dominio de Mercedes estaba siendo total y Hamilton, tras su primer abandono, había arrasado sobre el asfalto. A partir de ahí la temporada iba a llegar a una nueva fase. Después de varias carreras por detrás de su compañero, Rosberg se veía obligado a reaccionar y su relación con el inglés iba a empezar a torcerse merced a varias polémicas que contribuían a aderezar el campeonato.

En medio de una situación cada vez más tormentosa, ambos compañeros de equipo iban a alternarse las victorias con el permiso de un invitado inesperado y que iba a convertirse en la gran revelación de la temporada, el australiano Daniel Ricciardo. Además, Williams, que hasta el momento había pasado bastante desapercibido, iba a empezar a sacar provecho de su monoplaza y se iba a destapar como uno de los equipos más competitivos del año. Ferrari empezaba a descolgarse poco a poco y solo Red Bull, gracias a las brillantes actuaciones de su segundo piloto, aguantaba el pulso con los equipos motorizados por Mercedes.

Las calles del Principado iban a ser testigos de la primera gran polémica del año entre los pilotos de Mercedes. En los últimos instantes de la Q3, Rosberg, quien hasta ese momento ostentaba la pole, cometía un presunto error y se salía en Mirabeau, deteniendo su coche en la escapatoria de la curva. La bandera amarilla resultante impidió a Hamilton mejorar el tiempo de su compañero, quien desde la pole edificó una victoria que le devolvió el liderato del mundial.

Tras la carrera, muchos pusieron en duda la involuntariedad de la acción de Rosberg, un lance que recordó al de Michael Schumacher en 2006, quién tras detener su coche en La Rascasse e impedir que Alonso superara su tiempo, fue condenado a salir último en el Gran Premio de Mónaco.

Seis victorias de seis para Mercedes y cinco dobletes. Por fin en Canadá iba a romperse la racha. El abandono de Hamilton y los problemas de Rosberg, quien acabó segundo, dejaron la victoria en manos de Ricciardo. El australiano acababa con el monopolio de Mercedes y conseguía el primer triunfo de su carrera. Vettel, con un tercer puesto, completaba el mejor resultado de Red Bull en una temporada alejada de los éxitos a los que estaban acostumbrados.

Si en Canadá Ricciardo había roto la racha de victorias de Mercedes, en Austria sería Felipe Massa quien hiciera lo propio con la de poles. Rosberg, pese a clasificar tercero tras los dos Williams, logró hacerse con la victoria seguido de Hamilton. El inglés cuajó una buena carrera después de una mala clasificación, donde solo pudo ser noveno. Valteri Bottas cerraba el podio con una gran actuación.

En Inglaterra, Hamilton regresó a la senda del triunfo delante de su público y se aprovechó de la mala suerte de Nico Rosberg, quien sufría mientras tanto su primer abandono de la temporada. Bottas, con un segundo puesto, sumaba su segundo podio consecutivo tras el logrado en el circuito Gilles Villeneuve.

La décima carrera del año se disputó en Hockenheim, en Alemania. En su tierra, Rosberg se impuso con superioridad escoltado por un sorprendente Bottas, quien firmaba su tercer podio seguido. Hamilton tuvo que ejecutar una brillante remontada para llegar al tercer puesto, después de que un accidente en la clasificación le dejara fuera en los primeros instantes de la misma, obligándole a recuperar posiciones durante la carrera para no descolgarse en la lucha por el mundial.

La mala suerte en clasificación seguía siendo el principal enemigo de Lewis Hamilton, a pesar de resarcirse en carrera con remontadas brillantes y espectaculares. En Hungría, su motor volvía a fallar pero esta vez dejó el monoplaza inservible tras arder en llamas. El inglés no se lo podía creer, otra vez tocaba remontar desde la última posición; pero muchísima más complicada que la anterior cita, ya que Hungaroring es un circuito que por su disposición técnica favorece poco los adelantamientos, no en vano es conocido como el “Mónaco permanente”.

Pero no iba a acabar aquí su mala suerte, un toque con su compañero en la segunda vuelta de la carrera en Bélgica, la primera tras el parón estival -hasta las fábricas tienen que cerrar durante dos semanas-, le obligaba a entrar en boxes a cambiar neumáticos para más tarde, acabar su carrera dentro de su box sin poder, al menos, cruzar la bandera de cuadros.

La cita de Hungría deparó otro ganador distinto a Mercedes. El australiano Daniel Ricciardo se llevó la victoria en una carrera loca, marcada por las estrategias tras dos coches de seguridad -por accidentes de Marcus Ericsson y Sergio Pérez-. Fernando Alonso fue segundo en una magistral clase de cómo defender huecos ante el que sería, a la postre, nuevo bicampeón del mundo, Lewis Hamilton. Incluso hubo leve polémica porque en la última vuelta el británico se fue largo en una curva y casi saca a Rosberg de pista, que venía rapidísimo con compuestos blandos.

Y el circuito de Spa-Francorchamps nos volvió a traer la victoria de Daniel Ricciardo tras otra actuación brillante del segundo piloto de Red Bull. Rosberg solo pudo ser segundo tras cambiar su estrategia al dañar su alerón delantero en el toque con Hamilton. La última plaza del podio la copó el Williams de Valtteri Bottas donde destacó la cuarta plaza de Kimi Räikkönen, su mejor resultado del año.

La polémica volvía al plano general. Lewis Hamilton declaró a los medios de comunicación que el toque de Nico Rosberg había sido intencionado, para “probar un punto” en palabras del campeón británico. El alemán no salió en ningún momento a defenderse, pero si lo hicieron desde las altas esferas del equipo, negando la intencionalidad de su piloto. Italia volvía a ser otro punto de partida para Hamilton, a veintinueve puntos de su compañero de equipo en la pugna por el título.

Los errores de Rosberg y una pequeña remontada de Hamilton, tras una mala salida, le auparon de nuevo a una racha de cinco victorias consecutivas. Estas victorias, unida a los problemas con el cableado de su volante, llevarían a Nico Rosberg a quedarse a diecinueve puntos de su compañero de equipo cuando restaban tan solo dos carreras. Además, el factor psicológico empezó a hacer mella en Rosberg, que fue batido con holgura en Japón y Estados Unidos, con falta de ritmo en lluvia y un espectacular adelantamiento en el trazado de las Américas.

La temporada perdería su emoción y la felicidad en el Gran Premio de Japón. Jules Bianchi se salió en la vuelta cuarenta y cuatro en la curva siete donde Adrian Sutil había hecho lo propio. La mala suerte hizo que el francés fuese recto hacia la grúa se 6,5 toneladas, dejándolo en una situación muy delicada y crítica.

Además, los problemas económicos de los dos equipos pequeños les obligaron a dejar de correr las tres últimas carreras; ya en Rusia solo compitió un único Marussia como homenaje a Jules Bianchi, que tuvo su monoplaza en el box. Caterham, tras pedir un crowdfunding pudo correr la última cita del año con Kobayashi y Stevens, sustituto de Ericsson que se había desvinculado del equipo tras anunciar su fichaje por Sauber.

Lewis Hamilton volvía a auparse a la primera posición tras su victoria en Inglaterra. Rosberg debía contentarse con la segunda plaza seguido de Felipe Massa. La nota especial de la carrera fue la remontada de Ricciardo tras su mala salida, adelantando, incluso, a su compañero Sebastian Vettel.

En Singapur, Hamilton dejó una muestra de su gran talento sobre las calles asiáticas. A pesar de que un coche de seguridad trastocó las estrategias, fue capaz de mostrar un ritmo brutal para hacerse con la victoria en detrimento de Vettel. Ricciardo copó la tercera posición en la carrera que más igualdad mostró en clasificación.

Un tifón en Japón volvió a demostrar el gran ritmo de carrera de Hamilton en lluvia. Tras deshacerse de su compañero de equipo en el cambio a intermedios, Hamilton voló hasta que se paró la carrera por el gravísimo accidente de Jules Bianchi. La tercera posición fue para Sebastian Vettel en una carrera en la que Jenson Button volvió a ser el más listo de la clase con la estrategia.

Hamilton seguía con la racha para imponerse con facilidad y comodidad en el primer Gran Premio de Rusia. Rosberg cambió su estrategia para dar cincuenta y cuatro vueltas con el mismo compuesto tras una durísima pasada de frenada y quedarse con la tercera plaza. Bottas copó la última posición del podio.

Tras una excepcional clasificación en Austin, Rosberg no fue capaz de convertir la pole position en victoria. Un fallo en la recta más larga del circuito y una frenada muy arriesgada de Lewis Hamilton supusieron un espectacular adelantamiento para sellar la quinta victoria consecutiva de Hamilton, y décima de la temporada. Por detrás, Ricciardo volvía a ser el mejor detrás de los imbatibles y todopoderosos Mercedes.

Hamilton comenzaba a saborear su segundo entorchado como campeón del mundo cuando restaban dos carreras para el final de la temporada. En Brasil, de nuevo, tampoco hicieron acto de aparición los dos equipos más modestos de la parrilla. La pole position se la llevaría de nuevo Nico Rosberg, un aspecto en el que se ha mostrado más sólido que Lewis Hamilton, aunque en carrera la situación era al contrario.

Veinticuatro puntos separaban a ambos, con la imposibilidad de salir Hamilton como campeón por la doble puntuación de la última cita en Abu Dabi. Diecisiete puntos sería la diferencia antes de llegar a Abu Dabi. En clasificación se volvió a mostrar como el más fuerte el alemán, pero en carrera empezó mal con la salida. Y, para colmo, falló su ERS lo que le supuso quedar en decimotercera posición en lo que sería un final heroico por el coraje para acabar la carrera a pesar de rodar con un coche inestable y con 160 cv menos de potencia que sus rivales. La otra situación curiosa fue la descalificación de los dos Red Bull ya que no superaron los tests de flexibilidad en el alerón delantero tras la clasificación.

La cita en el trazado de Brasil auguraba lluvia, pero esta no quiso hacer acto de aparición para incredulidad de todos por las predicciones meteorológicas. Rosberg se impuso en Interlagos con su compañero pegado a su zaga, a pesar de cometer un error que le costó cerca de siete segundos. Massa sería el tercero en una gran carrera en su país.

Y llegó la última cita del campeonato. Lewis Hamilton se impuso con contratiempos ya que también sufrió leves problemas con el ERS y prefirió conservar la mecánica para hacerse con la victoria. Massa alteró su estrategia para intentar su primera victoria desde Brasil 2008, pero no pudo alcanzar a Hamilton. Su compañero Valtteri Bottas completó el podio. Y, de nuevo, volvió a brillar Ricciardo para quedar cuarto tras salir desde el carril de box, sacándole más de treinta segundos a su compañero que estaba en la misma situación.

De esta manera terminaba la temporada 2014. Lewis Hamilton se coronó campeón del mundo; su segundo entorchado desde aquel agónico de 2008 en Brasil. Nico Rosberg se marchaba como subcampeón tras una gran temporada, pero eso no bastó ante un espectacular Hamilton en la que, probablemente, sea su mejor temporada.

Daniel Ricciardo se erigió como la revelación de la temporada tras su gran rendimiento y por su habilidad para llegar a conseguir las únicas tres victorias que no cayeron en las arcas de la estrella de las tres puntas. Fernando Alonso volvió a completar una gran temporada para sellar su trayectoria dentro de Ferrari, donde ha llegado a luchar en dos ocasiones por el título mundial, aunque no llegó.

Mientras tanto, Sebastian Vettel ocupará su vacante en la escudería italiana en la que se percibe como una renovación completa en todos los aspectos de la organización deportiva del equipo. Ahora, Fernando Alonso intentará emular a su ídolo Ayrton Senna, para conseguir el título con McLaren-Honda en la nueva era de los motores turboalimentados, aunque en esta la electricidad tiene una gran y mayor importancia.

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