Mercedes, exigencia máxima para seguir marcando una era

Una vez que has alcanzado el cielo y lo has tocado con las manos, la única exigencia posible es mantenerse en lo más alto. Es el precio del éxito y la responsabilidad que conlleva. Para Mercedes, el reto es mayúsculo, toda vez que su triunfo se gestó sobre una base muy sólida que no admite más opción que volver a dominar con mano de hierro. Las 16 victorias logradas en la pasada temporada no suponen ningún seguro, sino más bien una carga que las flechas plateadas tendrán que llevar durante el próximo campeonato. Todo aquello que no sea alzarse con ambos títulos será visto como un fracaso y poco importan los méritos y evoluciones de otros equipos. Cuando un equipo ha avasallado, como lo hizo Mercedes el año pasado, el único camino viable es ganar y no valen excusas.

Por lo tanto, Mercedes está condenada a intentar prolongar su hegemonía en 2015. La continuidad en la normativa es clave para que la escudería germana contemple con optimismo esta nueva temporada, ya que la diferencia alcanzada durante el año pasado con el resto de los equipos es prácticamente insalvable. Haber contado con el mejor motor y con una de las mejores aerodinámicas de la parrilla sí parece ser aval suficiente como para asegurar la supremacía alemana un año más.

De hecho, basta con observar el W06 para comprobar que es una evolución de su predecesor. El morro ha cambiado para adaptarse a la nueva normativa y se caracteriza por una parte final más estrecha y baja que la de su predecesor. Los brazos de las suspensiones delanteras han adelgazado y los pontones se han reducido. La tapa del motor también ha visto menguar su tamaño, lo que redundará en una mayor eficiencia aerodinámica. En cuanto a las suspensiones traseras, se han rediseñado para dejar fluir mejor el aire hacia el difusor. La unidad de potencia, la mejor arma con la que cuenta Mercedes para revalidar el campeonato, también ha mejorado y algunos rumores apuntan a un incremento de hasta 50 CV.

Esta es la receta de Mercedes para el éxito: el mismo concepto que el año pasado, pero aún más trabajado. La pretemporada no ha hecho sino confirmar un hecho: el equipo alemán parte con una considerable ventaja respecto a sus competidores.

Imagen frontal del W06. | Foto: mercedesamgf1.com

Pocas sombras se ciernen sobre el equipo de Brackley. Los demás equipos han trabajado duro para reducir la distancia, pero, a falta de que Australia destape las verdaderas cartas de las escuderías, todo indica que las dos flechas plateadas volverán a repartirse los honores a lo largo de las carreras. La pareja formada por Lewis Hamilton y Nico Rosberg, rivalidades aparte, ha demostrado ser lo bastante consistente como para garantizar el éxito. A priori, Red Bull, Ferrari y Williams, con la incógnita de McLaren siempre presente, lucharán por estar ahí, pero Mercedes no se ha dormido y su monoplaza, si bien sigue una línea continuista, está lo suficientemente trabajado como para postularse como gran favorito para esta nueva temporada.

Hamilton, renovación urgente

El piloto inglés finaliza este año el contrato que le vincula a Mercedes. Pese a que su renovación se da por supuesta, la realidad es que aún no se ha producido, lo cual deja abiertas muchas puertas. Hamilton necesita al equipo alemán para seguir contando con un coche realmente competitivo, mientras que el equipo de Barckley tiene, con el inglés, a uno de los pilotos más rápidos y brillantes de la parrilla. El entendimiento mutuo parece cuestión de tiempo, pero, mientras tanto, la renovación puede erosionar el ambiente en el seno de la escudería germana, que tendrá que gestionar, una vez más, la dura lucha entre Hamilton y Rosberg.

El corazón de la bestia

Si hubo un factor determinante el año pasado, ese fue el motor híbrido desarrollado por Mercedes. Ni el propulsor de Ferrari ni el de Renault pudieron compararse durante 2014 a la unidad de potencia alemana, que impulsó a las flechas de plata hacia la consecución de ambos campeonatos. Por tanto, no es de extrañar que el rendimiento del nuevo motor de Mercedes haya sido objeto de debate durante toda la pretemporada, un rendimiento que, según diversos rumores, podría llegar a superar al de su predecesor en 50 CV de potencia. Lo que parece claro es que la unidad de potencia de Mercedes volverá a ser, un año más, la gran referencia en la parrilla.

Lewis Hamilton: con la mente puesta en el tricampeonato

Hamilton, durante la presentación del W06. | Foto: motorsport.com

Por fin lo consiguió. Después de aterrizar en la Fórmula 1 de una forma brillante, consiguiendo un subcampeonato y un campeonato del mundo en sus dos primeros años, Lewis Hamilton se ganó un puesto entre los mejores pilotos de la parrilla. Sin embargo, el piloto inglés, que hasta entonces solo había disfrutado de monoplazas competitivos, iba a empezar una larga travesía en la que no iba a contar con el material necesario para luchar por el título mundial. Ahí fue cuando Lewis se dio cuenta de lo difícil que puede llegar a ser coronarse campeón. Tras cuatro años infructuosos en McLaren, el inglés decidió embarcarse en Mercedes, equipo con el que, tras un año de transición, se ha proclamado, por fin, bicampeón.

Los datos logrados por el inglés en 2014 son demoledores: 11 victorias, siete poles, siete vueltas rápidas y 16 podios a lo largo de las 19 carreras del campeonato. Pese a que el gran papel de Nico Rosberg, sumado a algunos problemas de diversa índole, evitó que Hamilton comandara la clasificación durante gran parte de la temporada, el inglés se rehizo, ganando seis de las últimas siete carreras del año, en un final apoteósico en el que demostró que sigue siendo aquella brillante estrella que deslumbró en sus dos primeros años en Fórmula 1.

Hamilton, con el trofeo de Campeón del Mundo 2014. | Foto: autobild.es

En 2015, Lewis Hamilton parte como máximo favorito para alzarse por tercera vez con el título mundial. De base, solo su compañero de garaje, Nico Rosberg, parece estar capacitado para discutirle el campeonato, pero el gran final de temporada del inglés le coloca por delante en todas las apuestas. De fondo, está el debate de su renovación por la escudería germana. Si bien es verdad que ambos están condenados a entenderse, el trámite se está alargando más de lo previsto y puede ser motivo de tensiones a lo largo del campeonato.

La relación con Rosberg será otro de los factores a tener en cuenta, ya que el año pasado se vio dinamitada tras varias situaciones polémicas, como la clasificación del GP de Mónaco o el toque en el circuito de Spa-Francorchamps. Si Mercedes vuelve a poner a disposición de sus pilotos un coche ganador, está fuera de toda duda que ambos lucharán por imponerse al otro, una situación que, ante la ausencia de otros rivales, puede hacer estallar el garaje del equipo alemán.

Lewis Hamilton celebra su victoria en el GP España 2014. | Foto: f1weekends.com

Con todo y con eso, Hamilton tiene motivos para estar contento. El bicampeón del mundo se encuentra ante un panorama inmejorable para lograr su tercer entorchado e igualar a ídolos de la talla de Ayrton Senna, Niki Lauda, Jack Brabham, Nelson Piquet o Jackie Stewart. Visto el devenir de la temporada pasada, no resulta aventurado decir que, a falta de que se descubra el rendimiento de otros monoplazas, el mayor enemigo de Lewis Hamilton será, una vez más, él mismo. Si el inglés evita las polémicas y se centra en lo que mejor sabe hacer, pilotar, habrá dado un gran paso de cara a lograr su tercer entorchado.

Nico Rosberg: llegó la hora de dar el paso definitivo

Rosberg posa junto al Mercedes W06. | Foto: gannett-cdn.com

Una nueva oportunidad se presenta delante de Nico Rosberg, quién sabe si la última. Las esperanzas depositadas en el piloto alemán, el más joven de la historia en lograr una vuelta rápida, no se han visto refrendadas por sus actuaciones. Sin embargo, es justo reconocer que tampoco él había disfrutado de un coche realmente competitivo hasta el año pasado y que su actuación en 2014 sorprendió a todos, ya que pocos pensaban que pudiera luchar cara a cara con Lewis Hamilton hasta la última carrera.

Aprovechando al máximo sus oportunidades, Rosberg encabezó la clasificación durante gran parte de la temporada y solo el impresionante arreón final de Lewis Hamilton consiguió derribar la resistencia del germano. Una temporada, la de Rosberg, que bien podría haberle valido el título mundial, pero al final el hijo de Keke se quedó con la miel en los labios. En las últimas carreras, quizás afectado por las polémicas creadas a lo largo del campeonato, el piloto alemán careció de la agresividad necesaria para poner al piloto inglés contra las cuerdas. 2015 puede ser el año de su redención, pero no lo tendrá nada fácil, ya que su compañero de equipo estará más motivado que nunca.

Aun así, Nico Rosberg está ante una prueba muy importante para él. El año pasado demostró que, cuando se lo propone y con las circunstancias propicias, puede ser tan rápido y competitivo como casi cualquier piloto de la parrilla, pero en esta ocasión debe demostrar tener la fortuna, la habilidad y la determinación necesarias para proclamarse, de una vez por todas, campeón del mundo.

Herramientas no le van a faltar. El W06 promete estar a la altura de su predecesor y todo aquello que no sea ganar ambos campeonatos queda fuera de los planes de Mercedes. Así, es posible que Rosberg se encuentre por segundo año consecutivo con el mejor monoplaza de la parrilla. Ha quedado claro que fichar por Mercedes fue un gran acierto del alemán, ya que en el equipo germano ha podido empezar a brillar como se esperaba de él, luchando y batiendo en pista a pilotos como Michael Schumacher o Lewis Hamilton, y logrando sus primeros éxitos en la Fórmula 1.

Ahora, le falta dar un paso más, un paso gigantesco que le permita recorrer la distancia que separa a los buenos pilotos de los campeones, la distancia que le separa del olimpo de la Fórmula 1, adonde solo los privilegiados pueden acceder. Ha demostrado tener la capacidad suficiente para lograrlo, pero ahora debe dar un golpe sobre la mesa. El año pasado estuvo a punto de conseguirlo, parecía que era su momento, pero se le escapó de entre las manos. Quizás 2015 sea su año, quizás por fin aproveche su gran oportunidad. Nunca se sabe cuándo pasará el último tren hacia la gloria. Elevar al apellido Rosberg a lo más alto en el mundo del motor, 33 años después de que lo hiciera su padre, es el único objetivo presente en la cabeza del piloto alemán.