Cuando Fernando Alonso anunció en el mes de diciembre que fichaba por McLaren-Honda se desató un optimismo exacerbado en el que se dio por supuesto que el nuevo propulsor nipón iba a ser competitivo y el piloto asturiano sería capaz de aspirar al campeonato. Pasados los tres primeros grandes premios el jarro de agua fría ha sido considerable y como siempre ocurre los detractores del laureado piloto y los oportunistas; que siempre los hay, atacan sin piedad al bicampeón tachándole de egoísta, mal compañero e incluso gafe por el hecho de que la Scudería Ferrari parece haber retomado la senda del podium en este inicio mundialista.

Pues bien, analicemos los acontecimientos sucedidos hasta ahora. El equipo Ferrari ha remodelado desde los cimiento su equipo con la llegada de un nuevo director de la Scuderia como es Maurizio Arrivabene y refuerzos en el área de ingeniería que una vez tocado fondo en un pésima temporada 2014 es normal que este 2015 sea más alentador y optimista. Añadamos la llegada de un tetracampeón del mundo como es Sebastian Vettel y tenemos el caldo de cultivo adecuado para que la Scuadra italiana se revele en 2015 como una alternativa (lejana aún) al dominio demostrado por Mercedes. La victoria en Malasia demuestra que el trabajo que han realizado este invierno invita al optimismo en Maranello. El debut de Vettel no ha podido ser mejor, tres podios en otras tantas carreras con la guinda de la victoria en el GP de Malasia y la clara mejoría del finlandés Kimi Raikkonen con dos cuartos puestos refrendan la teoría del cambio en la inercia de un equipo que la temporada pasada demostró ir a la deriva tanto institucionalmente como deportivamente y que si pudo acabar cuarta del mundial de constructores fue gracias al aporte competitivo que Fernando Alonso hizo posible sumando 161 puntos por los 55 que apenas sumó su compañero, el otrora campeón del mundo en 2007 que no hizo honor a su apodo de finlandés volador.

Este invierno ha sido movido, desde el principio se vio que el propulsor Honda no iba todo lo bien que los ingenieros japoneses querían. Roturas continuas y poco tiempo en pista daban clara muestra de que no había truco de magia posible para los primeros grandes premios y las últimas posiciones serán el habitat natural en la primera parte del campeonato. Si a esto sumamos el enigmático accidente en el circuito de Cataluña del fichaje estrella de esta temporada y que obligó a Alonso a perderse la cita inicial del campeonato tenemos como resultado una tendencia bastante negativa y una pérdida de fe en las capacidades de la escudería anglojaponesa y esta nueva etapa que comienzan en este 2015.

Jenson Button y Fernando Alonso conforman un muy equilibrado binomio en el que ambos conjugan talento y experiencia y precisamente eso es lo que necesita el equipo cuando el nuevo conjunto aún tiene que caminar mucho para alcanzar su máximo potencial. En Australia sólo acabó Button la carrera y Magnussen (Sustituto de Alonso) no pudo ni tomar la salida, en Malasia doble abandono ya con el español en el monoplaza plateado y en China primera muestra de eficacia terminando ambos coches en una duodécima y decimocuarta plaza que si bien no es un resultado para echar cohetes insufla optimismo y aires de cambio. No ha habido puntos aún pero la paciencia es una virtud de la que van a tener que hacer gala antes de aspirar a cotas tan altas como las victorias y los podios.

A todos los críticos que ahora mismo se ensañan con McLaren habría que explicarles que un proyecto de la magnitud y la ambición que demuestra la unión de dos compañías tan prestigiosas no da resultados de la noche a la mañana. La decisión tomada por Fernando Alonso de abandonar una escudería en la que fue subcampeón del mundo en tres ocasiones y en dónde las promesas vacías se repetían temporada tras temporada, ha sido la mejor. Hablamos de un motorista que dominó con mano de hierro los años 80 de este deporte y que tiene experiencia en la construcción de motores híbridos. La actual reglamentación prohíbe de manera absurda los test y haciendo un paralelismo con la entrada de Toyota en la F1 en el año 2002 recordemos que durante todo el 2001 estuvo haciendo test para que un año después su llegada a los grandes premios fuera lo más integrada posible. Esta losa la debe suplir Honda con probaturas los fines de semana de carrera, pero a pesar de ello, la capacidad técnica con la que cuentan y la seriedad como rasgo fundamental hace que el proyecto de construir un conjunto campeón sea asumido como una posibilidad y no como una quimera.

El equipo inglés desprende aroma de competición por los cuatro costados y el hecho de no conformarse con ser cliente de Mercedes y aspirar como mucho a estar a su sombra y disfrutar de las migajas que deje la escudería alemana dice mucho de la ambición que destila con Ron Dennis a la cabeza. Será un campeonato duro y la despiadada maquinaria de este deporte tiende a olvidar el pasado y masacrarte en cuanto los resultados no son idóneos pero si alguien puede afrontar el reto de vencer en el campeonato en los próximos años y sumar laureles en su palmarés es McLaren - Honda y Fernando Alonso. A veces para llegar a la cima hay que saber dar un paso atrás y coger impulso.