El ecuador de la temporada de Fórmula 1 cada vez está más cerca, y con ello, crecen las incertidumbres sobre los motores que acabarán usando cada equipo una vez que concluya el mundial. Ninguna escudería tiene cierto margen de respiro con este tema, ya que el número máximo de unidades de potencia se ha reducido a cuatro en este 2015, lo que está suponiendo un auténtico quebradero de cabeza para motoristas y clientes.

Uno de los equipos que no podrá escapar de las penalizaciones de 10 posiciones en parrilla por usar más motores de los permitidos será Red Bull, que se encuentra al límite, sobre todo con su piloto Daniel Ricciardo, quien ya está corriendo con su cuarta unidad de potencia cuando solo se han disputado seis grandes premios.

Por ello, Cyril Abiteboul, máximo responsable de Renault, se lamentó la semana pasada en Mónaco de que el Grupo de Estrategia no aprobara finalmente el aumento del número de propulsores a cinco, lo que hubiera aliviado un poco a los galos, pero reconocía que las estrictas reglas las sufren por igual todos: "De haberlo aprobado habría sido mejor para nuestros dos clientes, pero sabíamos las normas, sabíamos que todos los pilotos tenían cuatro motores, así que tendremos que lidiar con ello", declaró.

Además, el director francés hacía una estimación sobre los motores que usarán sus dos equipos clientes, Red Bull y Toro Rosso, señalando que en cada monoplaza se sobrepasará el número máximo "un par de veces", algo con lo que tendrán que "lidiar". La previsión de usar seis V6 Turbo de Abiteboul es más optimista que la de Christian Horner, director de la escudería austríaca, formulada varias semanas atrás, quien dijo que usarían "siete, ocho o nueve motores".

Pese a este panorama, Abiteboul no es pesimista, quitando importancia a las penalizaciones de 10 puestos a las que tendrán que hacer frente los equipos del toro rojo: "10 posiciones pueden recuperarse fácilmente en carrera si estás en un circuito donde puedas adelantar y dispones de los reglajes adecuados", afirmó, añadiendo que "son carreras largas", y que no es algo que "vaya a cambiar el campeonato".

El motor no es el único problema de Red Bull

No obstante, la falta de fiabilidad y potencia del propulsor galo no es el único mal del que adolece la escudería tetracampeona del mundo. Eso se desprende de las palabras de Ricciardo, para quien el problema de su monoplaza "no es solo el motor". Según el corredor australiano, "probablemente en los últimos cuatro o cinco años con Red Bull, el punto fuerte era la aerodinámica", cosa que no se ha repetido este año.

Para reforzar su opinión, el excompañero de Sebastian Vettel puso como ejemplo que "este año" no son mejores "que nadie en las curvas rápidas". Incluso, cree que pueden ser en este aspecto "más lentos que los pilotos de cabeza". Pero para Ricciardo "no hay ninguna excusa en particular", ni siquiera el hecho de que este año Adrian Newey esté en un segundo plano y no haya sido el que llevara la batuta en la creación del RB11.