La Fórmula 1 volvió hoy a sus orígenes. Ese inicio de aquel domingo 13 de mayo de 1950 en el que Giuseppe Farina ganó la primera carrera de la historia. Fue en Silverstone, donde la Fórmula 1 recuperó su esencia para asombrar al munco con una carrera legendaria en la que se juntaron una serie de factores para hacer brillar una carrera en una temporada en la que la emoción brilla, pero por su ausencia.

Pese a que el resultado y los integrantes del podio no variaran con respecto a lo visto en pruebas anteriores, el panorama táctico que los pilotos de Mercedes se encontraron tras la salida y la sorprendente llegada de la lluvia en el último tercio de la prueba sembró el caos en el circuito de Silverstone. Hamilton fue el que mejor leyó las variantes de la carrera para llevarse su quinta victoria del año y ampliar a 17 puntos su ventaja con Rosberg al frente de la clasificación general.

Salida de videojuego de Massa

La carrera comenzaba con la previsibilidad habitual de una temporada más jerárquica que nunca. Pero una salida supersónica de los Williams dejó atónitos a los dos aspirantes a la corona. Massa se colocó primero tras sobrepasar a Hamilton y Rosberg en una salida de videojuego, mientras que Bottas siguió a su compañero, llegando a emparejarse con Hamilton en los primeros metros aunque sin premio.

Pero a Hamilton le iban a jugar una mala pasada los nervios. Sorprendido por un Williams con el que ni contaba, cometió un error en la reanudación de la carrera tras el Safety Car provocado por el accidente de Button. El campeón del mundo, ansioso por pasar a Massa, dejó un hueco que Bottas no desaprovechó.

Claire Williams no podía creérselo desde el muro. Los de Grove estaban en la misma situación que en Austria en 2014: primero y segundo. Estaba por ver si lo sabrían gestionar mejor que en aquella ocasión. En Spielberg'2014 pecaron de conservadurismo comprensible por la sequía de resultados y la necesidad de ingresos económicos. Hoy debían ganar.

El ritmo, siendo peor que el de Mercedes, sorprendió. Massa y Bottas aguantaban, gracias a su velocidad punta y a tener dos coches con el que usar el DRS como escudo, el poder de los Mercedes. Pero desde el principio se observó que el finlandés Bottas era más fuerte que Massa.

Pero el nórdico respetó en todo momento la jerarquía del equipo y no intentó pasarle. Usaba el DRS y se emparejaba con Massa únicamente para defenderse del temido Hamilton. A buen seguro, Lewis perbició indecisión en el equipo de Grove y vio una oportunidad en la parada en boxes.

Foto: @F1

Y fue Hamilton el primero en entrar. En Mercedes 'regatearon' a sus rivales y, tras algún amago, consiguieron meter un coche en boxes sin que en Williams reaccionaran. El famoso 'undercat'. Hamilton se encontró con Hülkenberg en la salida de boxes y se jugó un adelantamiento de libro para volar en su vuelta rápida con neumáticos duros nuevos. Fue el primer acto de temple del campeón del mundo. En Williams, sin un plan ante una situación que ni ellos esperaban, decidieron meter a Massa en boxes y no a Bottas. Allí enterraron sus opciones.

Bottas, sin apoyo de su equipo para ganar la carrera

Además, fallaron en la parada del brasileño, que perdió, por mucho, la posición con Hamilton. Dejaron 'vendido' a un Bottas que se había mostrado mucho más fuerte y que, no obstante, entró una vuelta más tarde y al menos mantuvo la posición con un Rosberg que se encontraba con papelón. Su rival estaba líder y tenía la victoria en la mano y él estaba atrapado en las redes de unos Williams rapidísimos en las rectas. Hasta que todo cambió. Hasta que el cielo apareció.

Con el cielo encapotadísimo, las conversaciones por radio echaban humo. La lluvia iba a llegar. Y llegó, en la vuelta 36, con dos tercios de carrera cumplidos. Pilotos como Alonso, Ericsson, los Manor y un Räikkönen más valiente que nunca decidieron apostar por los neumáticos intermedios, al verse sin nada que perder. Los cuatro protagonistas de la carrera prosiguieron su camino y decidieron aguantar con los 'slicks'.

Foto: @F1

El segundo sector del trazado comenzó a acumular agua y los Williams, con menor carga aerodinámica, hicieron aguas, nunca mejor dicho. Massa y Bottas cayeron poco a poco en el infernal ritmo de un Rosberg que, más ambicioso que nunca, se fue a tumba abierta a por Hamilton. Quería hacer lo que nunca ha hecho hasta ahora: ganar a Hamilton en un cuerpo a cuerpo. Y en lluvia, el hábitat natural del dos veces campeón del mundo.

El primer chaparrón no hizo estragos y los hombres que decidieron entrar en boxes resultaron equivocados. Pero faltaba una segunda sorpresa del destino. Un segundo envite del cielo. Fue ahí cuando Hamilton se vio acorralado y arrinconado.

Lejos de dejarse infundir por el pánico, tomó una decisión que sólo los grandes campeones saben tomar en un momento de vida o muerte: entrar en boxes para poner intermedios cuando la pista aún no estaba totalmente mojada. En la cabeza de todos pasaron los errores de los Räikkönen y compañía con el primer chaparrón.

Rosberg pasa a la acción

Pero el cielo estaba con Hamilton. La lluvia fue a más y Rosberg, pese a aguantar como un valiente jabato y entrar en la vuelta posterior, no tuvo nada que hacer. Había sido más valiente que nunca, pero Hamilton tuvo lo que en ocasiones le falta: temple. El temple de un campeón que completa una exhibición ante su público. El temple de un piloto que ha sabido adaptarse a la perfección a todas las circunstancias de la carrera.

Foto: Clive Mason/Getty Images

La debacle de Williams con la lluvia fue de campeonato. Tardaron mucho en entrar y Vettel les pasó por la derecha en la estrategia. Además, el ritmo de Bottas con neumáticos intermedios fue lamentable y estuvo cerca de ceder incluso la quinta posición al Red Bull de Daniil Kvyat. El ruso, que realizó su mejor carrera en la F1, fue el único motor Renault en acabar tras el accidente de Verstappen y las averías de Ricciardo y un Sainz al que la lluvia le guardaba una oportunidad pero que la suerte no le sonrió.

Sí tuvo mejor fortuna Fernando Alonso. El asturiano, que sobrevivió a la 'melé' de la primera curva, remó contra corriente esperando abandonos hasta que logró entrar en meta en una meritoria décima posición, que supone su primer GP en los puntos en su segunda etapa en McLaren-Honda. Dos posiciones por detrás acabó Roberto Merhi, 12º tras superar a Stevens cuando la lluvia llegó a Silverstone para sembrar el pánico.

POS PILOTO EQUIPO TIEMPO
1 Lewis Hamilton Mercedes
2 Nico Rosberg Mercedes +10.956
3 Sebastian Vettel Ferrari +25.443
4 Felipe Massa Williams +36.839
5 Valtteri Bottas Williams +63.194
6 Daniil Kvyat Red Bull +63.955
7 Nico Hulkenberg Force India +78.744
8 Kimi Raikkonen Ferrari +1 vuelta
9 Sergio Pérez Force India +1 vuelta
10 Fernando Alonso McLaren Honda +1 vuelta