El gran fin de semana que estaba teniendo Toro Rosso se ha diluido este domingo, una vez que ninguno de sus pilotos ha conseguido terminar la carrera.
Si Max Verstappen abandonaba en los primeros compases de la prueba tras perder el control de su coche y sufrir un accidente que le dejaba en la grava, Carlos Sainz sufría, una vez más, un problema mecánico que paraba su bólido en el ecuador de la carrera sin que el madrileño pudiera hacer nada. Rodaba en novena posición en ese momento.
El piloto español, ante la prensa, ha reconocido que sabía que "la carrera iba a ser un poco más complicada que la clasificación", lamentando que eso es lo que les ha ocurrido. Sainz ha declarado que en el primer stint ha sido difícil "coger ritmo", pero que "luego, al hacer la primera parada" han logrado recuperar "mucho", hasta tal punto que comenzaron "a tener muchísimo ritmo".
El inicio de la carrera ha sido de nuevo complicado para el rookie de Toro Rosso, perdiendo algunas posiciones y confirmando lo que ha venido comprobando hasta ahora: El monoplaza italiano va bastante mal cuando está muy cargado de combustible al comienzo de la prueba.
Por ello, Sainz ha resaltado que "el coche ha comenzado a comportarse más como ayer" cuando, a medida que iba avanzando la carrera, el Toro Rosso iba más "descargado de gasolina".
Sobre su abandono, cuando la lluvia iba a entrar en escena en muy poco tiempo, se mostraba resignado: "Al final del segundo stint, de repente en el último sector se me ha apagado el coche. Cuando he visto que llovía, me ha dado más rabia aún. Estaba deseando la lluvia."