Justo cuando el mundo de la Fórmula 1 clama a los cuatro vientos por cambios drásticos en el reglamento deportivo para volver a rememorar tiempos pasados, la “casa” del gran circo del automovilísmo (con permiso de Monza) brindaba en la jornada del domingo un espectáculo digno de los mejores años de este deporte.
Satefy Cars, múltiples accidentes, lluvia, adelantamientos al límite … Todo esto pudieron disfrutar las 140.000 personas que abarrotaron Silverstone ayer domingo. Y es que no hay nada como en tiempos de crisis económica y crisis de identidad, bajar los precios de las entradas y abrir las puertas para que los aficionados capten el aroma de los monoplazas. ¿Quizás no sea tan díficil devolver a la Fórmula 1 a lo más alto?.
Pero dejemos el tema de los despachos a un lado y centrémonos en el aspecto deportivo. Y es aquí donde sobresale un nombre por encima del resto: Lewis Hamilton. Actual campeón del mundo y líder del mundial de Fórmula 1 2015, llegaba a la prueba de casa con la presión de ver como su compañero de equipo Nico Rosberg venía recortando la distancia que gozaba en el campeonato de pilotos carrera tras carrera.
Para erradicarlo, nada mejor que una victoria, cara y costosa todo hay que decirlo. Porque la mala salida de ambos Mercedes propiciaba que los Williams de Felipe Massa y Valtteri Bottas se colocarán en las dos primeras posiciones. Y decimos cara y costosa, porque la buena tracción y velocidad punta de los monoplazas de Grove, contrarrestaba el efecto del DRS utilizado por Hamilton.
Sin embargo, si por algo se caracteriza Mercedes, además de dominar en la pista, es por controlar también todo lo que sucede en la sala de ingenería y estratega. Undercut con todas las palabras (como le gusta decir a Pedro Martínez de la Rosa) para salir por delante de ambos Williams y dejar detrás de ellos a su compañero y máximo rival por el título, Nico Rosberg.
Y en estos aspectos también radica la diferencia entre ambas escuderías. Mercedes posee un monoplaza excelente, superior a todos los demás rivales en cualquier condición, pero además de ello, sabe jugar sus cartas de la mejor manera posible para salir siempre beneficiosa. Williams por su parte, posee un gran monoplaza, quizás a la par viendo su desarrollo en los últimos Grandes Premios con Ferrari, pero no gozan de gente importante en matería de dirección del equipo.
Quizás el equipo fundado por Sir Frank Williams, considerado por muchos como el tercer gran equipo de la Fórmula 1 tras Ferrari y McLaren, debería replantearse organizar su organigrama deportivo. Les pasó en Austria 2014 y les ha vuelto a pasar este año en Silverstone. Y quizás, gran culpa de este problema, sea la admiración de Rob Smedley por Felipe Massa.
Se criticó mucho a Ferrari por su famoso “Felipe, Fernando is faster than you” de Alemania 2010, pero en aquella ocasión, la Scuderia con esa decisión, evitó lo que justamente ayer sucedió en Silverstone: que un tercer piloto les robase la victoria. Necesitan hacer ver a sus pilotos que en situaciones como las vividas en Gran Bretaña, deben comportarse como compañeros de equipo y no como rivales, y dejar pasar en caso necesario, a su compañero si esté es más rápido.
Porque ya no fue que Lewis Hamilton y Nico Rosberg recuperasen las posiciones perdidas en la salida (cosa que a día de hoy se considera como lo normal), sino que el Ferrari de Sebastian Vettel, perdido durante gran parte de la prueba, consiguió adelantar a ambos FW37 y subirse a la última plaza del pódium con una diferencia bastante considerable (9 segundos). Mucho trabajo que realizar en la escudería inglesa si quieren conseguir cotas más importantes que aspirar a ganar un Gran Premio.
Y llegados a este punto, se plantea una pregunta clara. ¿Puede Williams aspirar a ganar un mundial con motores Mercedes? En McLaren piensan que no. Y es por ello que justifican el paso dado hacia Honda. Hablando de la escudería de Woking. En Silverstone han sido los otros grandes protagonistas de la carrera. Por cosas buenas, que ya es noticia.
Primer punto para Fernando Alonso en esta temporada o test, como bien define el piloto español a este año. Aunque todo hay que decirlo, ayer tuvo mucha suerte Alonso con los abandonos y el error estratégico de Sauber con Marcus Ericsson, montando los neumáticos lisos cuando comenzó de nuevo a llover.
Aunque también en defensa del asturiano, cabe decir que fue el único que aguantó de los pilotos que pararon por primera vez en boxes a montar los neumáticos intermedios cuando comenzaba a llover. Siempre es mejor un buen resultado que uno malo, y a pesar del abandono de Jenson Button por un toque con el propio Fernando al intentar esquivar a ambos Lotus, las sensaciones que recogen de Silverstone el equipo anglojaponés se podrían considerar como decentes.
No han sufrido excesivos problemas de fiabilidad y Alonso ha puntuado, hecho que a buen seguro viene bien para la moral de un equipo que sabe que necesitan trabajo y trabajo para ir hacia las posiciones delanteras. Veremos si en Honda hacen caso a McLaren y comienzan a intesificar su programa de desarrollo, inicialmente previsto a cinco años.
La Fórmula 1 regresará dentro de tres semanas en el circuito de Hungría, para la disputa de la última carrera antes del parón veraniego obligatorio por normativa. Pista corta, de pocas rectas y muchas curvas lentas, donde tener una buena carga aerodinámica y tracción son claves para obtener un buen resultado. ¿Será alguien capaz de batir a los Mercedes? El 26 de julio, la respuesta.
